La dictadura global ofrece eficacia operativa, esto conlleva riesgos éticos y prácticos, pues superan los beneficios al no existir controles robustos, una discusión que se conecta con los equilibrios y la coordinación de los derechos, el pluralismo y los mecanismos de rendición de cuentas claras, evitando que lo claro se oscurezca por sombras que se tornen irreversibles. Se trata del nuevo sistema de poder centralizado a escala planetaria, donde las decisiones son rápidas, y se coordina con ventajas operativas, pero sin tomar en cuenta los graves riesgos que esto implica, por la represión, la pérdida de libertades, la fragilidad de las instituciones, riesgos concretos que se miden en la práctica, pues no son mitigados, saltándose las reglas. Es la idea de combinar la noción clásica de dictadura, concentración del poder en una persona o grupo, pero a escala planetaria. Ante tal escenario hipotético se exige evaluar la eficacia y la legitimidad, además de los impactos sociales, económicos y éticos. En términos funcionales, una dictadura concentra autoridad para tomar decisiones rápidas y unificadas, eliminando procesos deliberativos lentos, pero a escala global implicaría que instituciones y actores tengan la capacidad de imponer políticas en múltiples estados y sociedades, reduciendo la fragmentación normativa pero también la pluralidad política.
Las luces o ventajas potenciales consistirían en tomar decisiones y coordinación rápida en crisis globales, pandemias, colapso climático, donde una autoridad central implementaría las medidas uniformes sin retrasos burocráticos. Habría mayor estabilidad y orden al reducir conflictos entre Estados, acelerando proyectos de infraestructura y redistribución con eficiencia administrativa, menos burocracia intergubernamental y mayor capacidad de movilizar recursos a gran escala. Ventajas reales en términos operativos, pero dependen de la legitimidad y la transparencia por parte del poder central. Quién o quienes lo controlaría. Por su parte estarían las sombras, los riesgos y los costos, puesto que sabemos cómo han respondido las dictaduras, con represión y pérdida de libertades, la concentración de poder facilita la censura, la vigilancia masiva y la eliminación de disidencias. Además, se presta para el abuso y la corrupción, pues los controles se difuminan y no son efectivos, el poder absoluto tiende a la captura por parte de intereses particulares, por la fragilidad sistémica, la falla en el centro puede provocar un colapso global, reduciendo la homogeneidad resiliente, cultural y política. Y ni hablar de las desigualdades y exclusiones, las decisiones centralizadas pueden ignorar contextos locales profundizando las injusticias.
Basta con realizar un análisis comparativo sobre los efectos que han sido documentados en regímenes autoritarios y veremos las consecuencias en lo social y económico. Son riesgos prácticos las medidas mitigatorias, una erosión de derechos humanos, del control de la información, la eliminación de mecanismos de control para que se rinda cuentas. La tarea entonces consistirá en tomar medidas drásticas, fortaleciendo los contrapesos institucionales y mecanismos internacionales de supervisión, para que se garantice la transparencia a través de auditorías independientes y acceso público a la información pública. Promover y redundar en la descentralización funcional en servicios críticos y evitar fallas del sistema, para lo cual es fundamental el fomento de la participación ciudadana presencial y digital para que sea legítima. Acciones que reducen la probabilidad de abuso, aumentando la resiliencia en el sistema político. Esto es de vital importancia dadas las nuevas generaciones en ascenso a la n potencia de las generaciones que están transformando la realidad a pasos agigantados, que nos deja como enanos tecnológicos. Ocurre que los nuevos inventos no nos han favorecido en realidad, pues vemos como un grupo muy reducido de individuos gerencian, con todo y sus prejuicios, a la mayoría de la humanidad. Estamos asistiendo a un tiempo en el cual las desigualdades aumentan, y lo no humano pareciera estar ganándonos la partida, esto debe llamar la atención de todos y todas, por la gravedad que implica en nuestras vidas en lo sucesivo, en poco más de dos décadas y media. Hoy se dispone de suficiente tecnología para minimizar de manera sustantiva, muchos de los problemas que aquejan a las mayorías, pero qué se hace, se recurre a la providencia, no al deber ser, y es así, porque nos quieren esclavos, obedientes, sumisos, acríticos, se pudiera decir, seguir siendo borregos, haciendo las cosas que nos mandan hacer, sin tomarle el pulso desde la verdad de lo que acontece, para lo que no nos estamos preparando. El monitoreo de nuestras vidas es cada vez más constante, como ejemplo tomemos la velocidad del cambio en lo tecnológico, el 4k a 60 frein por segundos por cada Claus de información que enviamos, permitiendo mayor transferencia de datos, esto implica una cobertura mayor y más amplia en los rangos para que las señales sean más nítida. A tales velocidades y cobertura se dispone de una alta capacidad en tiempo real, enviando y recibiendo desde cualquier lugar y tipo.
Una nueva versión del consumo de la población que debe pagar para ser parte de ese hilo conductor virtual, ondas electromagnéticas convertidas en repetidoras, un boomerang cargado con millones de mensajes en todo el planeta, inundando a los más de 7 mil doscientos millones de personas, que son las que viven en condiciones cada vez más precarias, más pobreza, más indigencia, más desechos de lo que alguna vez tal vez fueron humanos, y cada vez más controlados por los chips que nos han venido inoculando a través de muchos medios. Esto por donde lo veamos es pernicioso, pensamos que es la guerra soterrada para el control por parte de los pocos que mantienen el poder, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 12 meses del año, década tras décadas. Depende del calendario, si es astronómico es más preciso, en el trópico dura 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,22 segundos. Desde el gregoriano, el cotidiano, equivale a 365 días o 31.536,000 segundos; bisiesto cada 4 años, y se le añade el 29 de febrero, 622,400 segundos. Es la duración promedio del año calendario, unos 365.2425 días. Por su parte el año sidéreo o tiempo de la Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol, 365 días, 6 horas 9 minutos más que el año tropical. He ahí la clave estadística, contable, números estériles, lo que importa es el dato, al parecer lo único que se requiere para gobernar desde la dependencia. Pero qué hay de la salud, del bienestar, la libertad y lo justo para las personas, su seguridad en un mundo tan inseguro, acaso no son las ondas de frecuencias, la energía y la radiación transmitida desde infraestructuras y la telecomunicación, cada vez más conectados por parámetros continuos desde los aparatos que nos dividen, como las longitudes de ondas y frecuencias, mientras más altas o más cortas transportan mayores cantidades de energía. Tanto así que algunas ondas electromagnéticas que son transmitidas con altas frecuencias, trasportan tanta energía, que tienen la capacidad de romper los enlaces entre moléculas, daño terrible directo para la salud de todo lo que tiene vida, se trata de ondas ionizantes, rayos X y gama.
Cualesquiera sean las ondas, su exposición trae como consecuencia graves daños a mediano y largo plazo, y estamos expuestos cada vez más, esto no es trivial ni se debe polemizar demasiado sobre sus consecuencias, son tales las posturas en contra, y mínimas las que nos favorecen, que pudiéramos explicarlo con detalles, poniendo el ejemplo respecto del consumo del tabaco y sus perjuicios a la salud en general. Al final tuvieron razón quienes nos alertaron de su peligro, lo que produjo millones de personas con enfermedades producidas por su consumo.
Hoy se aplica tecnología 5G con efectos que ya aparecen, además del daño colateral por el mayor uso de celulares en manos de bebés, de niños y niñas, de adolescentes y el resto de quienes, de una forma u otra, desde los más remotos lugares, consumen indirectamente las ondas electromagnéticas. Ver la Resolución 1815 en Europa, donde el Dr. L. Hardell, oncólogo sueco y 180 científicos de 36 países le hacen elogios a los medios de comunicación sobre el 5G, obviando las consecuencias en las personas, animales y plantas, sin que nada se menciona al respecto, donde políticos, gobiernos y medios de comunicación tienen alta responsabilidad de informar sin sesgos ni intereses. Desde 2015 más de 215 científicos de 40 países solicitaron con urgencia se redujeran los campos electromagnéticos emanados de fuentes inalámbricas y se repitió en 2017 ante la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU., pidiendo una evaluación de riesgos ambientales por la implementación de infraestructura 5G.