Yo quiero votar por Freddy Guevara. ¡Y no cantemos victoria!

¡Qué tal, camaradas y saltatalanqueras! Disfrutando de mi ciudad ya que dejamos la angustia del terror. En lo personal, perdí un costoso caucho, no por ser especial, sino que cualquiera vale un "billete goldo", cuando caí en una alcantarilla a la que los ociosos de las barricadas le habían quitado la rejilla y como había llovido todo estaba bajo el agua.

Por no poder transitar libremente perdí mis terapias en un CRI para un hombro con daños en el manguito rotador. Por el mismo motivo no pude cumplir compromisos de variada índole. Una noche, mi mujer se sintió muy mal, hasta el desvanecimiento, y salimos de emergencia hacia una clínica. Nos acompañó la suerte, y ayudadito por Dios, porque fue de las pocas treguas sin terror, y llegamos sin inconvenientes, directo al suero y demás.

Pero mi arrechera fue inmensa cuando me coloqué en el pellejo de los que, con diversas emergencias, no pudieron llegar, o lo hicieron pagando peaje. De verdad que a uno le pasan por la mente las mil cosas que nos atreviésemos a hacer si nos hubiésemos enfrentado a un grupo de malandros con esas desalmadas estupideces.

Esos días de terror son imperecederos. Niños sin clases y los padres que traban sin tener cómo resolver. Universitarios perdieron sus semestres. Muchos comerciantes menores a esperar reconstruir y redecorar, reinstalar equipos, o sea sin producir, y hacerlo gracias a la política solidaria del gobierno del "tirano".

Se nos fueron las lágrimas de los ojos, aunque el dolor se grabó en el alma (sin rencores), cuando no vimos más jóvenes muertos asesinados por ellos mismos y algunos deslices aislados de policías y GNB; gente quemada, mujeres y hombres acosados, no vemos a parturientas mortificadas en las maternidades, maestras y madres y niños angustiados en sus preescolares, etcétera, etcétera… ¡QUÉ HORROR!

Sí se nos grabaron en la mente las imágenes de los delincuentes y terroristas de la polítiqueadera callejera que, con "gran valentía", ordenaban a sus escuadrones del terror dirigiéndolos a las quemas y asaltos de Instituciones, de youtonges de gran servicio público. Y de todo aquello que "estratégicamente seleccionaron" para sembrar de incomodidad y de desespero en los ciudadanos y, de esa manera, tratar de demostrar ingobernabilidad.

Solo quedan escombros callejeros, infinidad de árboles talados, residuos de rejas y de cosas quemadas y la permanente presencia de los terroristas -por acción o por omisión a declararse en contra- en sus complacientes y socios medios de comunicación que, además de seguir contaminando al pueblo, les enmascaran su solapado terrorismo ahora bajo la irremediable participación a elecciones.

También queda un mal sabor a engaño y a traición colectiva a aquellos, especialmente jóvenes sin doctrina y sin historia que cual carnes de cañón, se expusieron y ahora junto a los adultos son víctimas del escarnio público. Y del sarcasmo de ellos mismos y de sus familiares y amigos ya que fueron y son reiteradamente engañados y que, luego de quitarse del rostro los colores de la guerra, están pensando, algunos, cómo enderezar de la astas el pabellón patrio.

Entonces, camaradas, me permito proponer que dejen que los terroristas connotados se lancen como candidatos a las gobernaciones.

Pienso, y habrá que analizar, que como las balanzas electorales las inclinan los independientes, ellos recordarán esos rostros en las pancartas y en las propagandas asociándolos a las angustias que pasaron, o que pasamos todos, y no votarán por ellos. Habrá que consultar a psicólogos y a sociólogos.

Si los descalificamos antes, saldrán rostros menos dañinos (solo los rostros) talvez con mejores opciones a ser elegidos.

Por otra parte, las elecciones se inclinan por situaciones muy definidas.

Perdimos la Asamblea Nacional por el descontento colectivo del desabastecimiento total, traducido en colas de todo tipo y en todas partes.

Ganamos la Asamblea Nacional Constituyente por el descontento colectivo producto del terrorismo y la falta de libertades.

Eso hasta ahí. Ahora tenemos que inclinar el voto hacia el triunfo con las urgentes "medidas económicas" que nos favorezcan colectivamente, ya que actualmente la economía popular es el talón de Aquiles de la Revolución.

Y darle duro a la inseguridad personal y que se vean medidas contra la corrupción.



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Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

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