Basta de Hojilla, de Mazo y tanto humo

¡Qué tal camaradas y escuálidos de Aporrea! Antes de tomar el tema. Definitivamente ha sido el inicio hacia esta ruta hacia el socialismo. Pareciese que será interminable por lo lleno de permanentes barricadas colocadas por USA y la oligarquía -también interminables- desde que Hugo Chávez asomó su opción candidatural.

Sus pensamientos siempre fueron socialistas dentro de esta dicotomía universal: capitalismo o socialismo. Porque ni pensar en llegar a la etapa superior, el comunismo, con una sociedad sin clases, donde no exista la propiedad privada.

Pero prefería, y así recordamos sus palabras, un gobierno que se ubicara en una tercera vía. Que hasta hizo referencia a Tony Blair.

Finalmente, y luego de algunos años se declaró socialista. Soñando en la apropiación de los medios de producción por parte de la clase obrera. Y nivelar, aunque sea un poco, nuestra sociedad siempre desequilibrada.

Pero, los eternos peros y en este caso uno enorme.

Todo hubo que hacerlo y todavía, dentro del capitalismo, siempre vivito y coleando.

Fue cómodo para Fidel, fusilando a los asesinos y con la gusanera fuera, formándose mayamera. Chávez, y Maduro, con la gusanera adentro. Insoportable. Aunque han reptado unos cuantos.

Y juntos, con su eterna doctrina consumista entronizada, con el apoyo mediático y los dólares usaenses y sus guerras psicológicas y económicas, son un bastión agresivo que arremete contra la ilusión de una sociedad armónicamente justa.

Chávez no pudo evitar la mala gestión ni la corrupción. Y miren que luchó contra ellas. Pero, con contadas excepciones, estuvo rodeado de incompetencia y, en muchos casos, con mala fe.

Casi que luchaba solo. Exigiendo a sus ministros que salieran de sus despachos. Pero, qué va, era muy sabroso estar en la gran mesa ovalada escuchando al gran líder. Y muchos dentro de las comodidades de las oficinas que apenas salían del cargo desaparecían de la política activa.

Hagamos memoria de los ministros y de los pocos viceministros y directores que estuvieron chupando y más nunca hemos sabido de ellos. Menos socialistamente trabajando en los barrios, apoyando la lucha de clases desde adentro.

Algunos en sus cuarteles de invierno. Otros en sus negocios ya previstos o con contrataciones a través de la vinculación chavista con sus amigos ahora en cargos.

Ministros, insisto que con sus pocas excepciones, solo para imágenes en declaraderas televisivas para que Chávez les viera su eficiencia. Y con quienes, de esa manera, llegamos a apreciar por su condición revolucionaria. Efímera, solo apegadas a un líder único.

Ahora, aun su carga de ineficiencias, sin ningún activismo político con participación comunitaria (ni siquiera para entregar una bolsita de CLAP), muchos son detractores de Maduro a quien le dejaron ese menjurje de equivocaciones, especialmente en el orden económico.

Equivocaciones que siempre destacó Chávez hasta en TV y que no pudiendo él hacer todas las funciones, además de mantener las relaciones internacionales que hoy apuntalan la revolución y, repito, dirigir a ese gabinete con algunos que a veces ni entendían lo que anhelaba y se requería, soportó y superó por su tenacidad y con su personalidad y encendido verbo claro.

Ni hablar de los gazapos de corrupción de militares recostados a la IV en quienes confiaba por ser miembros del único partido que conocía, su amado ejército. Claro, y de civiles también.

Y luego el PSUV que, y me perdonan mis camaradas de partido, no había tomado las riendas del elemento de apoyo integral e integrado a las políticas de desarrollo planteadas en el Plan de la Patria.

Para que alguno haga algo tiene que ser cuando lo nombren ministro o director. Y al ser sacado o salir a hacer lo que antes expliqué. De verdad que es una vaina gobernar así.

Muchos de los ex de Chávez, por su gran terquedad y que chavista, pasando por alto la guerra de gran intensidad con la que han arremetido implacablemente contra Maduro, son peores detractores que Borges y Allup.

Porque no vamos a mencionar a los grandes -y grandas- traidores.

Un solo ejemplo, de los miles, que me produjo triste escalofrío, aunque ya sabíamos sus posiciones, fue escuchar a Ana Elisa Osorio, y a Gabriela Ramírez –tal vez autohumillada al comparar su "gestión" con la de Tarek–, junticas en uno de todos los viscerales programas radiales contra el gobierno, diciendo que había que detener esta tiranía. ¡Qué ovarios, carajo!

Y ha ocurrido con los socialistas puros, marxistas de puras teorías. Que por no considerársele sus opiniones gozan mostrando ser opositores y se abrazan, aunque sean mentalmente, con la flor y nata de la escualidez. Y olvidan que pocos están enterados del socialismo y que la mayoría de este proceso no solo es gente de izquierdas sino que son simplemente chavistas.

Uno no los entiende, de pana.

¡Qué vergüenza! Con toda su indiscutible formación intelectual y doctrinaria, sus egos les impiden entender que estar contra este proceso revolucionario (con todas sus fallas a corregir y en proceso de) es favorecer a las oligarquías y la posibilidad de entregar nuestra soberanía. ¡Una pendejada!

Ahora con el título del artículo. Aclaro que soy permanente vidente, sin excepción, de todos nuestros programas revolucionarios. Consistentes y medio shows. Pero, y no se ofendan mis camaradas, estimo que habiendo sido necesarias y nos abrieron más los ojos a los chavistas –ya que la mayoría opositora no se entera– ya es suficiente el estar descubriendo actores terroristas. Denunciando y haciéndonos eco de declaraciones de escuálidos donde quiera que se encuentren. Que en el fondo, sirven de propagandas, hasta subliminales.

Debemos todos buscar los métodos más seguros de hacerlos del conocimiento general.

Sabemos que a los opositores con odio tuetánico les emociona saber de esas atrocidades con que van a lograr sacar a Maduro. Pero, existe una gran masa que no conoce todo lo macabro del terrorismo desatado. Y, de paso, no todos ven televisión. No tienen tiempo por estar ocupados en sus trabajos, en su sustento, o no les interesa.

Ahí reside el cómo vamos a llegarles para que entiendan el porqué de las barbaridades, e insistir, ojo con esto, con la incidencia de la guerra económica en nuestras vidas. Todavía se forman colas en locales de chinos apenas llegan alimentos e insumos para el hogar. Y seguimos sin conseguir todas las medicinas.

Por eso, cuando recorremos sectores populares –talleres mecánicos, comercios menores, ferreterías, panaderías, licorerías, etc. –, no sentimos apoyos, más bien se escuchan chanzas burlonas.

Hay un gentío, una gentará, de los no activistas del proceso frecuentes en las concentraciones y teatros en actividades políticas, a quienes no les escuchamos ni mencionar sobre la constituyente.

Unido a esto nacional, está mi propuesta, de otros artículos anteriores, de cómo llegarle a la opinión internacional –que no destacaré otra vez– ya que, según lo que se aprecia les llega a todos los países, y así lo aceptan, y vean lo delicado: en Venezuela hay "un pueblo, sumido en la escasez, luchando y muriendo en todas las calles ante una permanente agresión militar de un gobierno tiránico".

Y un detalle final. Basta de lacrimógenas ya que, salvo generar el humo que molesta a todos, no hace retroceder a los terroristas asalariados que andan súper protegidos –para agredir– y se las devuelven. Y solamente dan imágenes de excesos de medidas del "gobierno tiránico".

Copio de Facebook: "Venezuela Protesta" es un grupo que ofrece recomendaciones para "neutralizar una tanqueta represora" atacando los canales de aire acondicionado con una bomba artesanal hecha con excrementos, azufre y pimienta.

En otro mensaje recomienda arrojar globos rellenos con pintura y pegamento a las ventanas del vehículo conocido como "Ballena" para bloquear su visibilidad e inutilizarlo.

Ahora, me pregunto ¿no podemos colocar pintura en las Ballenas? Así quedarían marcados los terroristas y más fácil identificarlos.

Disculpen las contradicciones, pero en lo personal y comentado con otros camaradas, estamos medio ahogados y obstinados.


 



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Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

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