Cegada por su desesperada ansiedad de figuración, María Cochina Machado, esta vez no encontró a quien impresionar exhibiendo sus flacas y arrugadas canillas, tan estropeadas que hasta el vetusto George Bush, prefirió mirar el retrato de George Washington de la Oficina Oval. Masoquista y testaruda en sus actos de pichón de politiquera, acaba de regresar de otra de sus fracasadas giras al exterior, y apenas consiguió entrevistarse con cadavéricos sobrevivientes de la ultraderecha que son como esos fantasmas que ya no asustan a nadie. Lo cierto es que en su andanza de trota mundo, nuevamente María Cochina perdió su tiempo y los dólares que le manda USA para que haga bulla a favor de los planes intervencionistas del imperio. Para su desgracia, solo el gobiernito panameño se encargó de suicidarla, pues al designarla funcionaria del servicio exterior, también por open ley quedo auto excluida del parlamento, puesto que violó los artículos 191 y 197 de nuestra Carta Magna. O sea, como diría el Maestro Rómulo Gallegos en estos casos: cambio la morocota por el menudo. Entre tanto, el cobarde Capriles y el bobolongo Ledezma hacen fiesta creyendo que serán menos los competidores de las presidenciales del 2019, así esa celebración se parezca mas bien a una pelea de borracho por una botella vacía.
Por lo visto María Cochina no conoce de remordimientos de conciencia, por lo que sospechamos que nació sin corazón en el pecho. Esto explica porque no conforme con los muertos del 11 de abril del 2002, los masacrados de Capriles y Leopoldo Loco, ahora la ex parlamentaria con alevosía insista en bañar de sangre las inmediaciones del Capitolio Nacional, desacatando así el dictamen de la Sala Constitucional de nuestro máximo tribunal. Frente a esta nueva arremetida del fascismo, las instituciones democráticas del Estado deben adoptar medidas enérgicas para evitar más perdidas de vidas humana. Que la MUD, la CEV y EEUU se revienten vociferando que somos represivos, eso poco importa cuando están de por medio seres humanos inocentes.
Ojalá que esta vez, el Poder Publico se deje de pendejadas, y haga cumplir la Constitución y las Leyes mediante el uso de la autoridad, que es la única forma de allanarle el camino a las guarimbas que tanto daño están causando contra los deseos de paz nacional. De tal manera, que bajo ningún respecto, el gobierno de Maduro está dispuesto a dejarse chantajear por esos criminales de guerras que como desaforados pretenden poner de rodilla al imperio de la ley, evitando ocasionar mayores desgracias al país. Entonces, ¿Qué esperamos para ponerles los ganchos a estos desalmados terroristas que buscan incendiar el país?