¡Lo que son las cosas de la vida ¿no? Mi suegra tiene dinero para viajar tan lejos y por una extraña engañadora mientras, yo con mi nueva vida paso las de san Quintín: buscando cómo vivir mejor aquí y allá en alguna parte de España y, ella ni para acá ve como si no existiera. Ni me auxilia como su yerno que soy, exiliado de recuerdos que son los que me acompañan en esta íntima soledad que no me deja en paz y, para más martirio veo y leo lo que ocurre a diario en nuestro país medio escoñetado por las medidas de Trump a su antojo y consideración de sálvese el que pueda y, menos mal que salí a tiempo de allá. Aunque Maduro también colabora en joderme al no aumentar el salario mínimo de la pensión ni el sueldo de los jubilados de los adultos de la tercera edad que disloca la vivencia de la inmensa mayoría que somos actualmente afectados sin contemplación ninguna sin hablar del dólar y del Euro que tal a su desplazamiento económico muy pronto llegará alrededor de los 1000 Bs.
Y sobre eso me referiré que es mi caso en particular: pues percibo mensualmente por pensión 130 Bs y, por jubilación 348 Bs respectivamente que en total son 478 Bs.
Y como estoy en un país de Europa, cuya moneda es el Euro (€), al cambio recibo mensual 1,5 €. Eso es todo y, claro que con eso no se vive, porque no alcanza para adquirir lo necesario de la (CBA) para la subsistencia y, no sé cómo hacen y cómo adquieren su medio de vida los que fueron a Oslo a encontrarse con MCM, entre ellas mi suegra Trinidad que de mí todo el respeto posible, pero de allí ni un paso más al girar ella en otra órbita que no me atrae por más que MCM se expanda cínicamente con más de lo mismo.
Entre las "personalidades" presentes en la premiación de los nobeles llamó mi atención además de Antonio Ledezma y mi suegra Trinidad y, entre otros un paisano margariteño rico por demás, pero ido y con propiedades que no sabía de su fanatismo por MCM y al verlo allá me vino a la memoria que él se llamaba Eliseo, porque después dejó de llamarse así e hizo saber que en lo adelante obedecería al nombre de Trinidad y Tobago y, ahora todo el mundo lo conoce y lo llama Trinidad y Tobago. Pero lo que no sé cuál el interés de su estar de Trinidad y Tobago en Oslo que por lo general él no pasa de Juangriego en la Isla.
Y eso debe ser sabiéndolo o no, una gran satisfacción para MCM que, tal como están las cosas de Trump por El Mar Caribe que lancha que ven la desaparecen dejando muertos, venga Trinidad y Tobago y, se le acerque a ella en Oslo y qué diría, porque no sé si se conocen y, sino debió presentársele allá: Epa MCM, yo soy Trinidad y Tobago de Margarita que, a lo mejor asombró a MCM o, a lo mejor no, dada su capacidad asimilativa que la llevó a lograr el premio nobel de la paz 2025.
En realidad no envidié a Trinidad y Tobago ni a mi suegra por estar en Oslo, porque yo estuve allá en el año 1979 y no me gusto nada, claro, no estaba MCM cuando yo fui. Ni tengo buenos recuerdos que sacar al presente que lo ofrende.
De mi suegra tampoco sé de la amistad ni de la atracción que sienta por MCM, aunque he leído de todo lo que tuvo que hacer la ahora premio nobel de la paz para llegar a Oslo a demostrar de lo que es capaz que, algún día esa historia de trepar lancha, helicóptero, subir cerro, matar culebras y tigres, escalar montaña, ver tiburones y ballenas, nadar contraviento y mareas y eso que no llevaba la espada de Bolívar, sino la bayoneta de Trump y la brújula de Marco Rubio y después los abrazos de toda esa querida y aguerrida gente no es para menos que, sí y lo más seguro llegue a Hollywood que ya de por sí ganará su Oscar, porque lo de MCM no es cuento es historia épica que encaja bien en la memoria de ellos y, solo le queda ser…, adivine adivinador que también depende de Trump y de más nadie.
¿Volverá MCM a Venezuela a luchar como solo ella lo sabe hacer? ¿Llegará nadando por las Bocas de Trinidad? O se quedará fuera de su país disfrutando de su poder y de su premio.
¿Vendrán nuevos capítulos de su acontecer democráticos? O serán otros guiones.