Autopsia de una guarimba

Voy a comenzar por una confesión, para que no se diga que hago leña del árbol cortado por un hijo de puta que me quiere cambiar el país y no sabe ni en qué planeta vive. Mi generación alzó barricadas, quemó cauchos y autobuses, levantó alcantarillas, secuestró y saqueó camiones de comida, incendió locales de partido, asesinó policías y guardias nacionales. No se llamaba guarimba sino toma de barrio, agite, disturbio, arroz con mango, las calles son del pueblo y no de la policía; y a pesar del parecido en el método y en el propósito (derrocar al gobierno provocando un golpe militar), nuestra pelea era diferente por dos razones, una histórica (que no creo que entiendas porque a ti la historia no te dice nada): el mismo día que el Congreso aprobó la Constitución del 61, las garantías fueron suspendidas por tres años; y otra moral que nos ennoblece, y está a tu alcance: en esos días toda protesta pacífica era inmediatamente apagada a tiros, porque las fuerzas del orden tenían orden de disparar primero y averiguar después. El 1º de Mayo de 1962, mi 17avo cumpleaños, lo celebré en Pedro Camejo, en una balacera con la policía que desde temprano nos había tomado las alturas de los bloques de Simón Rodríguez. Nosotros trancábamos el barrio para que la policía no entrara, no para impedir que salieran los vecinos. No dejábamos, como ustedes, trampas anónimas y aleatorias, para que cayera quien cayera. Éramos enemigos del gobierno, no del pueblo (adeco o copeyano) que lo apoyaba.

Debo decirte, además, que me parece normal que te guste la Revolución que niega tus ilusiones hollywoodenses: como todo aquel que ignora lo que pasó antes de su nacimiento, estás condenado a ser niño para siempre, y no tienes ni idea de lo que es y para qué sirve un país o, por lo mismo, tu guarimba.   

Guarimba, palabra de juegos infantiles para indicar abrigo, amparo, refugio, espacio inviolable, viene del germano Warjgan (refugiarse), de ahí guarida; refugio de bestias o animales salvajes y por extensión de gentes de mal vivir. La terminación imba fue nuestro toque musical afro-caribe que convierte a bobo en bobolongo, y a Pedro León Zapata en un sapote.  

La guarimba no es pacífica porque corta por la fuerza la circulación, pero es puramente defensiva desde el punto de vista militar, porque carece de objetivo más allá de sí misma y, como se sabe, la victoria es inherente al riesgo y la maniobra. El verdadero objetivo de tu guarimba lo administran otros: semi-directamente los políticos de  oposición que, a su vez, son administrados desde el exterior por las fuerzas que se creen capaces de rematar lo que comenzaste. Es decir: peleas con tus convicciones (si eres estudiante) para quienes trabajan por sus intereses. En el mejor de los casos no entiendes nada de lo que te digo, porque si entendieras y estuvieras consciente de que con tu guarimba se busca una intervención extranjera y la devastación de Venezuela, serías el peor de los canallas. 

Por otro lado, la guarimba (según el guarimbólogo mayamero Robert Alonso) consiste en que los vecinos se refugian en sus casas cuando viene el gobierno y eso es la estupidez de trancarse a si mismos. La guarimba sólo se vuelve importante en autopistas, plazas y avenidas, lejos de la ventaja del refugio instantáneo del hogar, pero entonces es disturbio localizado, y los guarimberos, cuyo máximo poder de fuego son escasos francotiradores, se ponen a la merced de cualquier asalto a la carrera o maniobra envolvente de las fuerzas del orden. Como película de guerra, malísima.

Te aprovechas, guarimbero, del respeto del gobierno por tus derechos en sus protocolos de mantenimiento del orden, pero no aprovechas el tiempo que eso da para hacer propaganda, para organizar a los vecinos y proponerles algo. Por el contrario, les jodes la vida y conviertes sus urbanizaciones, relativamente privilegiadas, en basureros humeantes y derribos. Tampoco ofreces o exiges conversaciones con el gobierno. ¿Por qué? Justamente porque sabes que el gobierno aceptaría conversar contigo y ¡qué vaina! tú no tienes NADA que decirle, salvo que renuncie el Presidente. Esa prepotencia desvalida tuya, esa malcriadez no es original: en 2002 la CIA llamaba a tus líderes the Caracas spoiled kids Si, y además de malcriados, necios como tú, porque necio es quien ignora lo que puede y debe saber.

Todo lo que produjiste, en medio de tanto humo y lacrimógenas, fue material en bruto para el gran montaje mediatico internacional destinado a justificar sanciones y acciones contra Venezuela. Ese show tan gringo de la alfombra roja del Oscar, entre bufones a diversa tarifa en la farándula. Pero fracasó, como tenía que fracasar y fracasará siempre, porque ningún gobierno de América Latina, conservador o progresista, quiere que los gringos y europeos le metan ese strike tan descarado (salvo Panamá al que se lo tienen metido desde siempre), y los países que no son de la OTAN se abstienen por pudor. Asi pues, tanto esfuerzo y nadie cayó en el burdo teatro guarimbero. Corrijo: cayeron árboles que nos daban sombra, cayeron seres humanos que nos daban algo y no merecían muertes tan injustas.

Pero lo peor es que caíste tú, guarimbero, con tus compañeros, en el irreparable ridículo y el desprecio de millones de personas, sino en manos de la vieja derecha que te adula como si fueras la generación que ellos nunca fueron. Aprende: en Venezuela, la generación socialdemócrata del 28, la guerrillera de los 60, y la bolivariana que hoy gobierna, fueron cultas, leídas, políticamente formadas, llenas de ideas, sueños, críticas y propuestas concretas Tu generación, hija bastarda del espectáculo y la mercancía, corre detrás de lo que no tiene. No quiere lo que hay sino lo que le ofrecen: consumista que se cree cosmopolita, mestiza que se cree gringa. Buen hijo de la publicidad, nunca llegas a la mayoría de edad, y así como debes bajar la cabeza y cerrar la boca cuando María Corina Machado descalifica e insulta a los jóvenes atletas (tus contemporáneos) que compiten y dan lo mejor de sí en el extranjero, así debes bajar la cabeza y cerrar la boca cuando los políticos hablan por ti y los medios sólo te autorizan dos o tres consignas. Quieres detener una revolución y no gobiernas ni en tus barricadas.

No es la fuerza militar quien te vence, como nos venció a nosotros: es la profunda debilidad del discurso opositor, basado en semi-verdades construidas sobre mentiras. Quien te hace creer idioteces te hará cometer atrocidades.

Termino repitiendo lo que te dije el año pasado (De un joven extremista de izquierda a uno de derecha - Aporrea 29/04/2013):  

Si tienes ilusiones de promoción o de grandeza, olvídalo, no seremos grandes entre llamas: las llamas serán lo único grande y todos nuestros mundos estarán bajo la sombra roja del humo. Eso era todo. Para que lo pienses y, ya seas estudiante o comerciante, malandro o decente, no tengas que preguntarte un día, entre las ruinas de tu Venezuela, de los sueños y lo amado ¿Qué monstruos he despertado? ¿Cómo me he despertado monstruo?



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Eduardo Rothe


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