Hombres e ideas

La conmoción revolucionaria que experimenta Venezuela durante estos últimos diez años es también una revolución de las conciencias. Las mayores posibilidades de difusión oral y escrita del pensamiento, la incesante problemática de la vida política y social, dieron lugar a la cristalización de diversas corrientes del pensamiento. Los acontecimientos que se sucedieron a partir de 1989 no fueron de naturaleza apropiada a estimular el desarrollo y la circulación de las ideas. Sin embargo, a partir de 1992, las fuerzas nuevas que germinaban en el seno del pueblo venezolano se manifestarían bien pronto a través de múltiples exponentes intelectuales.

Es cierto que con la agravación de las tensiones sociales, y la exigencia de un relevo de clases, así como el ensanchamiento del horizonte político del saber humano y sus aplicaciones, el papel intelectual del pueblo crece en importancia. La necesidad para el de idear su armazón ideológico y técnica trae aparejadas, en ese momento, exigencias de orden intelectual que para las viejas castas dominantes las consideran inútiles incluso perjudiciales.

Y el socialismo se adueña de las conciencias de unos, mientras otros pretenden la invulnerabilidad de estructuras caducas desde hace siglos. Así entramos en la Venezuela tremenda y desgarrada de nuestro siglo, con desgarramientos del anterior que en él nos dio la Historia. Y hay más; ni una sola de las fuerzas operantes en nuestro tiempo deja de estar enraizada en el siglo precedente. La Venezuela del siglo antepasado es la madre de la Venezuela contemporánea y sólo quien pretenda soslayar la misión venezolana de nuestro tiempo puede hurtar ese choque cordial con casi dos siglos comenzados en el campo de Carabobo. En nuestro siglo, revolución y progreso no se encasillarán en banderas, sólo beneficiosas a quien, temiendo a éste, invocando el nombre de aquélla en falso. Venezuela acude a la cita de la Historia.

En lo político tenemos una nueva Constitución con la participación y posterior aceptación de la mayoría del pueblo venezolano; la fundación de nuestro partido político el PSUV, el más grande del hemisferio que, ya está celebrando su primer Congreso a escala Nacional. Y en ese momento el comandante Presidente anunció la creación de la Quinta Internacional Socialista. En lo sindical, años atrás, se constituyó la UNETE. Se acordó, a base de aceptar el principio de lucha de clases; reunir a todos los trabajadores de Venezuela, a fin de que, aunando sus esfuerzos, puedan mejorar progresivamente sus condiciones sociales y oponerse a la creciente explotación de la burguesía. Cuya premisa es: Combatir por la redención social de todos los venezolanos; lejos de la lucha Fratricida que mancha con sangre la victoria; lucharemos por la realización de nuestra obra, instruyéndonos e ilustrándonos, en una palabra, por medio de la Revolución Bolivariana, buscaremos la realización de nuestros ideales.

En educación: Destaca la aprobación de la LOE por el pueblo y la AN, dejamos atrás la vieja ley burguesa que favorecía a las clases dominantes. ¡Qué otra ha sido la conducta de la oposición y los Obispos de la Iglesia Católica! Para ellos, toda reforma y progreso interior lo declaran imposible; exigían violando la Constitución que la instrucción religiosa fuera obligatoria, así en la enseñanza primaria como en la secundaria, querían que la doctrina religiosa se extendiera desde simples nociones de catecismo y de historia sagrada en los primeros años a lecciones más complicadas de explicación amplia del dogma católico. En Venezuela, podemos ahora comenzar a entender las cosas y a dominarlas con la ayuda de la Revolución, que se está abriendo paso frente a la manipulación de obispos, frente a la oposición de todos los antiguos preceptos, ya que, la libertad del pueblo rompió la unidad desde la imposición dogmática. La Iglesia… Pretendiendo consumar el divorcio entre el Dios de la Fe y la Razón Humana, condena los adelantos sociales, corona el “credo quia absurdum” con la antropolatría del Pontífice…

En ésta época de Revolución comienza la inversión más sinuosa en la industrialización. Ya no es la sociedad capitalista, con nombres y gerentes extranjeros, domiciliados en Estados Unidos o Europa, que tratan a los venezolanos como a esclavos. Se trata ahora de asociarse con el Estado, en Empresas de Propiedad Social; que tienen la ventaja de no permitir la explotación de los consumidores, y una exportación ostensible en masa de los beneficios. Podrían citarse también, varias empresas agroalimentarias, entre las que tienen importancia las de harina precocida, leche, quesos, café, azúcar refinado, etc. No bastan, pues, a nuestro juicio, la protección para elevar el stock de las empresas agrícolas que los tiempos y la demanda exigen. El cultivo extensivo tiende a favorecer la producción, aprovechando condiciones especialísimas de suelo, clima y de la socialización de la propiedad; hoy por hoy, el corriente de las extensas campiñas del país, y al subsistir y predominar tiene fatalmente que quedar organizado su capital agrícola con gran mobiliario vivo, capital mecánico, capital circulante por hectárea y capital de reserva.

Mientras tal sea la característica de la industria agroalimentaria propiedad de las transnacionales, el capitalismo, y no Venezuela, fijará precio a los productos agroalimentarios; el capitalismo, y no Venezuela, será el centro de las manufacturas de los alimentos y de los productos textiles y del calzado, etc., la débil renta segura de la gran propiedad irá a consumirse a los grandes centros mercantiles e industriales y no a mejorar la calidad de vida del pueblo y la industria nacional; toda iniciativa de adelanto en los métodos de producción luchará con la dificultad de no poder transformar fácilmente su capital fijo en circulante…

Y, sin embargo, las instituciones se modernizan, se crean las Misiones; por encima de todas: salud y educación, se forman los consejos comunales, se abren casas del pueblo, por fin el deporte está conquistando su espacio, el cine se desarrolla en sus instalaciones de feria, el automóvil deja de ser un instrumento diabólico, la electricidad se abre paso… El cacique tiene más dura su “patriótica” tarea. El cacique es el ricacho del pueblo, él mismo es terrateniente o representante del terrateniente de alcurnia que reside en la ciudad; de él depende que los trabajadores agrícolas trabajen o se mueran de hambre, que los campesinos sean expulsados de las tierras o que las puedan cultivar, que puedan obtener un crédito para financiarse, ayuda técnica para mejorar la producción, suministro del abono necesario, aperos; y el suministro de la maquinaria para labrar la tierra y la recolección de las cosechas, etc. El universitario compulsa sus ideas con las de otros países… Ahora es verdad; el siglo XX está casi definitivamente enterrado; el constitucionalismo es bandera y recuerdo de ideal; y el absolutismo representativo de adecos y copeyanos tiene que envolverse con los ropajes del siglo del socialismo.

Mientras por ahí fuera se estudiaba y se investigaba y se trabajaba, aquí en la Venezuela del puntofijismo nos pasábamos el tiempo rebuscando glorias pasadas y empeñados en descubrir en nuestro siglo pasado un gran matemático, Pérez, de quien dijo maravillas Perencejo y que mantenía correspondencia con los primeros sabios de Francia en su tiempo. En vez de aprender ciencia y de hacerlo, todo se nos volvía hablar de la ciencia venezolana, y eso después de que habíamos probado que no existe.

En resumen: Venezuela sigue siendo el país agrario, de agricultura atrasada, el país de escaso mercado interior; que aún juega en el mercado exterior con sus materias primas, pero la salida de estas se realiza en detrimento de sus propias posibilidades de industrialización. Su industria ligera lucha con los precios de las materias primas y más aún, con los precios de la maquinaria a importar, lo que repercute en un costo elevado de producción, pese a los salarios nada elevados de sus trabajadores. Mientras las naciones desarrolladas se lanzan a la aventura exaltante del siglo XXI, Venezuela es aún prisionera de los moldes de vida de otros tiempos. Por eso el examen de su situación agraria sigue siendo fundamental.

Salud Camaradas.

Hasta la Victoria Siempre.

Patria. Socialismo o Muerte.

¡Venceremos!

manueltaibo@cantv.net


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Manuel Taibo


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