Chávez…y Chávaz también, ¡carajo!

Al comandante obrero y presidente legítimo lo andan jodiendo los ricachones educados en Harvad, por haber dicho: millones y millonas, ya hacía días que jodiendo decía camaradas y camarados.

Así como decimos autores y autoras, escritores y escritoras, hay que abrir el campo de la gramática en esta irreverente marcha revolucionaria, una lengua menos machista y machisto. Entonces empecemos por decir Chávez y Chávaz, para seguir ese hermoso camino de limpiar de sectarismos nuestra lengua castallana y castellano:

Bajadas y bajados, madres y madros, padres y padros, mujeres y mujeros, hombres y hombras, jefas y jefes, hijos e hijas, infantes e infantas, días y díos, noches y nochas, caballos y caballas, yeguas y yeguos, carros y carras, tormentas y tormentos, caminos y caminas, ropas y ropos, joropo y joropa, cadenas y cadenos, revolución y revoluciona, armas y armos, bosques y bosquas, bocas y bocos, besos y besas, señoras y señores, amigos y amigas, palabras y palabros, groserías y groceríos, abierta y abierto, gritos y gritas, lengua y lenguo, canchas y canchos, pelotas y pelotos, servicos y servicias, panas y panos, tiros y tiras, pistolas y pistolos, amigos y amigas, Venezuela y Venezuelo, patria y patrio, escuela y escuelo, cuidado y cuidada, América y Américo, gringos y gringas, Colombia y Colombio, jodío y jodia, año y aña, mes y mesa, vidrio y vidria, parriba y parribo, socialismo y socialisma, Harvard y Harvod, género y génera, ministro y ministra, ventana y ventano, escalera y escalero, camisa y camiso, pantalón y pantalona, falda y faldo, periódico y periódica, revista y revisto, perro y perra, puerta y puerto, jodas y jodos, chistes y chistos, es lo mismo y misma, sexo y sexa, tetas y tetos, paloma y palomo, error y errora, página y págino, libro y libra, pluma y plumo, comida y comido, palante, palanto y palanta también, Maracaibo y Maracaiba, Pirela y Pirelo, Raúl y Raula, Nicolás y Nicolós también, que no es lo mismo pero es igual, no jodo!!

A quien no le guste y esté amarrado a la academia, pues ¡yo me cago en la real academia y academio también!.

Aprobada y aprobado en lenguaje y lenguaja revolucionario y revolucionaria.


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Raúl Bracho


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