"El Coronel tiene quien le escriba con sentido de héroe anónimo del 11 agosto de 1929"
"Me conmovió leer este escrito sobre tu abuelo el Coronel Luis Felipe Marín Zerpa, que hombre tan noble y Gelo digo sin conocer los detalles y pormenores de los hechos que ocurrieron y de como se desarrollaron.....No merecían los que salvo ese sacrificio tan noble.
Un abrazo y mis deseos de que pases una feliz Navidad y Año Nuevo......con tu familia y amigos...
Jose Juan Requena"
Para dar respuesta a tu gentil mensaje, comparto contigo estas breves reflexiones:
Estimado José Juan Requena, es un honor recibir tus palabras, cargadas de esa sensibilidad que caracteriza a quienes saben leer no solo el texto, sino el alma de las historias que compartimos. Te agradezco profundamente el tiempo que dedicaste a leer sobre mi abuelo, el Coronel; saber que su sacrificio y su nobleza resonaron en ti es un bálsamo necesario en estos tiempos:
1). El sacrificio del Coronel trasciende la anécdota familiar para convertirse en un símbolo de la entrega desinteresada. Representa ese "fuego sagrado" que, a veces, parece apagarse en la sociedad moderna, pero que sigue vivo en los hombres de principios. Su figura simboliza el puente entre el deber y la humanidad, incluso cuando los beneficiarios de ese acto no comprenden la magnitud del regalo recibido.
2). En los gestos de nobleza que mencionas, los signos no son palabras, sino actos de servicio. El hecho de que "no merecían tal sacrificio" añade una capa de significado más profunda: la nobleza verdadera no se mide por el mérito del receptor, sino por la integridad del emisor. Es el signo de una ética superior que se ejerce por convicción, no por recompensa.
3). Cuando hablamos de "nobleza" en este contexto, el significado se aleja de los títulos nobiliarios y se asienta en la grandeza del espíritu. Es la construcción de una narrativa donde el individuo se pone al servicio de algo más grande que sí mismo. Tu lectura le devuelve el sentido humano a unos hechos que la historia fría a veces intenta convertir en simples pormenores.
4). Desde mi condición de nieto, estos actos son los cimientos morales que permiten pensar en una comunidad real. Sin esa capacidad de sacrificio y de ver al "otro" como alguien digno de ser salvado, no hay arquitectura social que se sostenga.
José Juan Requena, te agradezco nuevamente tu abrazo fraterno. Que estas fechas de Navidad y Año Nuevo te brinden la paz y la fuerza necesarias para seguir escribiendo y analizando nuestra realidad con esa agudeza que te caracteriza en Aporrea.
Recibe un gran abrazo de mi parte, extensivo a los tuyos.
