En nuestros planteamientos señalamos con precisión que debido a la interferencia ocurrida en los bases ideológicos primordiales de los Estados Unidos por casi cualquier tendencia con sus particulares intereses, estos se han convertido en la caja de retazos de la sastrería, donde de acuerdo al momento histórico son aceptados con sus planteamiento parciales y parcializados, ideas, grupos y tendencias bien sean económicos, políticos religiosos, etc.
Es así como aprovechándose de una supuesta flexibilidad política se pesca su última incorporación al grupo politico estratégico correspondiente a la señora Machado, que solo sueña con el cambio de régimen en Venezuela y defenestrar a Maduro, Diosdado, y por lo tanto no puede ubicarse en los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Aunque debe estar claro que agravar la crisis en Venezuela es la intencionalidad de Estados Unidos por sus diferencias ideológico políticas, al incorporar directa o indirectamente a Machado en los grupos de opinión que son oídos en el plano de su análisis estratégico, Washington estaría confundiendo los objetivos inmediatos y personales que a ella le motivan, sin resultados políticos de larga data, con los objetivos estratégicos de manejo de las contradicciones globales que requieren el uso de las mejores mentes del país.
En otras palabras, lo que ocurre es que Estados Unidos parece tratar los problemas inmediatos con Venezuela, bloqueos, sanciones, presión diplomática, despliegues militares, como si fueran en sí mismos los objetivos estratégicos, cuando en realidad deberían ser solo instrumentos o pasos tácticos dentro de una visión más amplia. Esa confusión genera un efecto de corto plazo que se convierte en un fin en sí mismo, y no en medio para alcanzar metas mayores muy difíciles. Solo podrán llegar a los mismos resultados que Machado puede presentar de su accionar politico: derrotas y fracasos.
Libertad, igualdad y legalidad principios que junto con Francia fundaron a los Estados Unidos, no tiene nada que ver con su accionar estratégico imperial hoy y Machado y su grupo de delincuentes y seguidores vacunados gratis en Venezuela y que ahora quieren liquidar al vacunador, mucho menos.
Y es que al convertir las acciones inmediatas que quiere Machado en objetivos estratégicos, Estados Unidos ha perdido claridad sobre la jerarquía de sus intereses. El bloqueo petrolero o la recompensa por Maduro se presentan como logros estratégicos, cuando en realidad son medidas que no logran un cambio de régimen ni un reposicionamiento geopolítico.
Tampoco están haciendo más respetable a Estados Unidos en el mundo, por el contrario se acentúa su imagen del fuerte arbitrario. Y de Trump como Perro Bravo. Y cambian la naturaleza de la confrontación con Venezuela convirtiéndola en la rencilla de una vecina. No se debe olvidar que al hombre lo dirige la acción y a la mujer la conversación. Y ella quiere usar la fuerza de los Estados Unidos contra Venezuela y que Trump sea el culpable.
Pero esto no puede hacerse sin consecuencias, aunque sea imprevistas, como es la erosión de legitimidad internacional. Al usar medidas inmediatas como si fueran estratégicas Washington genera confusión y se expone a críticas de que su política es reactiva y punitiva.
Se produce igualmente un desgaste interno con sus votantes, pues esas acciones se venden como victorias estratégicas, pero en realidad son muecas que no modifican el tablero global. Allí nadie ve ganancias de ningún tipo para ellos y perpetúan un círculo de sanciones buscando alguna sanción que si va a dar respuestas evidentes y entonces Venezuela se entregará amarrada a los pies del vencedor. Sueño imposible.
La incoherencia estratégica con los principios fundacionales de Estados Unidos no solo afecta a Venezuela pues los valores universales de libertad, igualdad, legalidad, no aparecen por ninguna parte y en ninguna circunstancia, excepto en los oficiales renunciantes que dirigían la flota. Afecta la legitimidad y la imagen global de EE. UU y de su Presidente.
Esta falla en la política quiere ser tapada o cubierta con la Mentira Estratégica, que en Irak fue las armas de destrucción masiva y en Venezuela todas las mentiras y falsedades que inventa Machado y que son difundidas universalmente, Tren de Aragua, Narcotráfico, delincuentes, y cualquier aberración que a ella se le ocurra y que ellos aplauden sonoramente.
Venezuela se convierte en un laboratorio donde se refleja una debilidad estructural de la política exterior estadounidense la tendencia a confundir los intereses personales accidentales con la política, y la urgencia con la estrategia.
Vengo planteando hace tiempo, que mientras tengan a Machado tan cerca influyéndolos, solo cosecharan derrotas pues ella no puede alcanzar victorias ni vitales ni tácticas. No tiene nada para mostrar. Su influencia aunque no quieran reconocerlo, es negativa para la estrategia general de EEUU. Tiene un déficit irrefutable de resultados concretos. Machado no ha podido mostrar avances tangibles en términos de nada, organizativos, movilización, captación de aliados, negociación.
Eso significa que, al ser considerada como figura central, Estados Unidos se apoya en un liderazgo que no trasmite influencia en logros sino rechazo creciente. Su aporte va de mínimo a inexistente.
La cercanía de Estados Unidos con Machado no solo no les aporta resultados, sino que, su visión, los arrastra a una dinámica de derrotas porque ella no logra victorias ni en el plano táctico ni en el estratégico. En ese sentido, su influencia se convierte en un factor negativo dentro de la visión general de Washington hacia Venezuela.
Donde sí sus aportes son manifiestos es en los daños en todos los ámbitos, que ella Machado, Guaido y su grupo, tal como se verá después, han hecho a los Estados Unidos y a su pueblo, que defiende Trump.
Oscar Rodríguez Estrada 25 de diciembre de 2025
