"La victoria no da derechos", una zoncera aplicada a Venezuela en la actualidad

 

Releyendo algunos textos me consigo nuevamente con el político e intelectual por ende escritor argentino Arturo Jauretche, y su “Manual de las Zonceras Argentinas” escrito en 1968, este libro que recoge las Zonceras o mejor dicho estupideces que se repiten una y otra vez por los alienados, producto de las feroces campañas creadas por la burguesía para dominarlos. Aun y cuando fue escrito en el 68’ y con un sentido para la Argentina, es sin duda una obra aplicable a toda la patria grande, (ahora con el valor agregado de los medios masivos de comunicación y las redes sociales) pues siguen repitiéndose estas estupideces y creyéndolas una importante cantidad de incautos. Valdría la pena escribir sobre las nuevas zonceras aplicadas a nuestro país y toda Latinoamérica.

Acá les dejó (incluso con las notas de pie de página del autor) solo una de las Zonceras presentadas por Jauretche, la N° 9 "LA VICTORIA NO DA DERECHOS"  Que viene bien en estos momentos donde los derrotados por la revolución bolivariana en el sistema electoral democrático más poderoso y seguro del mundo, gritan a viva voz que el gobierno legítimo de Venezuela y el pueblo que lo apoyo no tiene por qué imponer sus ideas y su proyecto ante la minoría opositora que hoy atenta contra la estabilidad del país y la región y peor aún (he ahí la zoncera) muchos incluso Bolivarianos creen que esto es así, profesando un escenario de conciliación contra quienes no conciliaran nunca,  pensando en claudicar logros de Chávez y el pueblo, aun y cuando el mantenimiento de estos son la verdadera garantía de paz en Venezuela, ¡ay no quiera Dios le quiten las conquistas al pueblo!, ahí si verían a las masas en las calles, como escribe nuestro autor “las normas de paz que se crean son aquellas destinadas a asegurar el mantenimiento de lo ganado por la victoria.”. Por último les invito a leer para su análisis el texto completo, que fácilmente pueden descargar por internet,

Zoncera N° 9

"LA VICTORIA NO DA DERECHOS"

Esta es una zoncera intrínseca. Puramente conceptual, pero se articula con todo el pensamiento antinacional que preside las zonceras ya vistas que se refieren al espacio. Como en todas, nos repiten y repican con ella hasta el punto de que nos parezca obvio, y lo obvio es, precisamente, que es una zoncera, y de las más disparatadas.

Después de haber comprobado cómo una derrota puede ser presentada como una victoria — cosa que usted habrá hecho después de leída la zoncera La libre navegación de los ríos y que la extensión es un mar — le será fácil comprender cómo durante años pudimos haber repetido esta otra zoncera sin analizarla.

La pedagogía colonialista, que tuvo capacidad para presentar como victorias las derrotas, previo el caso de una posible victoria y pensó de qué modo neutralizarla. ¿Qué mejor manera de esterilizar una victoria que privarla de sus frutos?

Es más. Es una forma pedagógica de impedir siquiera la lucha: ¿para qué luchar si el vencer es infructuoso? Esto lleva a aceptar la derrota de antemano y generar la indefensión. El que tiene esta posición está de antemano vencido y dispuesto a ceder, a entregar. A cualquier cosa, pero no a combatir... ¿Qué digo combatir?, ¡ni siquiera a discutir! Porque... ¿para qué vencer si la victoria no da derechos?

Pero lo terrible es que la derrota los quita y así se elabora una mentalidad que más que al campo de la política pertenece al de los juegos infantiles del gana pierde. Si gana, no puede ganar en función del principio que profesa. Si pierde los demás, desde el "vae victis" de Breno — si es que el bárbaro sabía latinajos — a los sutilísimos tratados destinados a proteger la civilización y a asegurar el imperio de la libertad para los pueblos, le aplican las disposiciones que el vencedor impone al vencido. Y las normas de paz que se crean son aquellas destinadas a asegurar el mantenimiento de lo ganado por la victoria.

Claro está que este principio de la victoria no da derechos lo aplicamos exclusivamente cuando se trata de los intereses de la Nación.

Otro caso es cuando se trata del interés patronal, o del sindical, del partido político o del grupo de presión, o simple mente los negocios particulares de cada uno o de un grupo social y hasta deportivo. Entonces el que gana, gana, y el que pierde, pierde. Y se acabó lo de la victoria no da derechos. Y si usted no lo cree, vaya y sáquele a Estudiantes la copa que le ganó al Manchester y Verá lo que le dicen los "hinchas".

Pero esto es precisamente lo que propone la zoncera: que seamos zonzos cuando se trata del país y vivos cuando se trata del club de fútbol, de la Sociedad Rural, del sindicato de plomeros, del ejército, de la marina, de los civiles, de los partidos, del alquiler, de todo. De esa manera podemos ser doblemente zonzos: no sabemos sacar el fruto de la victoria cuando ganamos como Nación y profesamos un principio que invita a la derrota antes de la pelea; pero cuando se trata de lo particular somos tan vivos que no cedemos un tranco de pollo y nos dividimos profundamente, con lo que contribuimos a la debilidad del conjunto que es la del país. 1y2

1 La frase en su origen fue un recurso ocasional y no tiene nada que ver con el uso que se ha hecho de ella. Fue el Ministro Varela quien la pronunció cuando al terminar la Guerra del Paraguay en la presidencia de Sarmiento, el Brasil, que sacó la parte del león, intentaba sacar la parte de varios leones sobre el territorio paraguayo.

Entonces Varela dijo:

"... el gobierno argentino ha sostenido en discusiones con el representante del Brasil que la victoria no da derechos a las naciones aliadas para declarar por sí límites suyos a los que el Tratado señala". Es una interpretación y no un principio general, que se refiere concretamente al Tratado de la Triple Alianza, que según Varela necesitaba para la fijación de los límites tener previsto la ratificación del gobierno definitivo que se estableciese en el Paraguay. Condicionaba, pues, la disposición del Tratado a un hecho posterior al mismo y se enunciaba como regla de interpretación, no como principio.

Al margen del juicio que nos merezca esa guerra y ese Tratado, este es el hecho: no se trata de un principio de derecho internacional como enfáticamente se nos señala ni de la doctrina argentina — que sería idiota, desde luego, si los demás países no la comparten —. Fue un recurso de circunstancias. Pero como doctrina, como principio sagrado se ha inculcado en nuestra educación y se reitera constantemente.

El historiador mexicano Carlos Pereyra, comenta respecto de la oportunidad en que fue hecha la frase: "La victoria siempre da derechos y el vencedor quiere que los dé. Sí el gobierno de Buenos Aires quería que no los diera, fue porque la victoria era del Brasil, y los derechos de la victoria del Brasil no podían obtenerse sino a expensas de la República Argentina. Ganada la guerra, se vio que quien la había ganado era el Brasil y que la Argentina se había prestado a enseñorear un amo dentro de su propio territorio, en el lecho de sus ríos y en la boca de su estuario. Preciso era evitar las consecuencias de la falta. De allí la frase: La victoria no da derechos. La victoria no da derechos cuando no los hemos de aprovechar".

Así es. Varela hizo la frase para enmendar en algo el crimen de la Guerra del Paraguay que también fue crimen para la Argentina, y haberla pronunciado en esa oportunidad fue un recurso de circunstancias para que los Braganza, no se alzaran con todo. Haberla hecho doctrina e insertarla en el pensamiento de los argentinos, no obedece a la buena política en que ella se pronunció como enmienda, sino a la mala, que obligó a enmendar y que sigue prevaleciendo gracias a la difusión de la zoncera.

2 "La Nación" del domingo 3 de marzo de 1968 trae en su sección literaria, un artículo firmado por un señor Ignacio Wirisky — que según mis noticias es profesor de la Facultad de Derecho y debutante en esas columnas, según me parece — que impugna la zoncera.

Confieso que me sorprendió de entrada y casi me hace trastabillar que uno de los periódicos más difusores de las zonceras permitiese que un colaborador discutiese una de ellas: ¿"La Nación" está dispuesta a servir a la nación?, hipótesis peregrina. O ¿"La Nación" abre sin columnas y permite que colaboren en ella en función de la libertad de prensa, a los que no se someten a su disciplina ideológica?

Lo que pasa es que el Sr. Wirisky conoce los bueyes con que ara y se respalda en el General Mitre para abrir la puerta, porque ésta es una ganzúa infalible para salir "encima" de "La Nación".

Trae la cita correspondiente: "He dicho que desgraciadamente se renunció por nuestra parte al derecho que da la victoria, no porque no crea que debiésemos ser generosos con el vencido, sino porque al elevar esta generosidad a principios absolutos declarando que la victoria no daba en ningún caso derechos, a la vez que nos hacía perder ventajas adquiridas a costa de grandes esfuerzos, condenaba la guerra misma que habíamos hecho por el hecho de declarar que se había derramado la sangre y los tesoros del pueblo argentino, para restablecer las cosas al statu quo ante bellum, quitándonos hasta el mérito de la generosidad...", etc.

"La victoria obtenida por las armas da derechos, y derechos más legítimos y sagrados que los que se obtienen por la debilidad o la corrupción. Sostener que la victoria no da los derechos de la victoria es lo mismo que sostener que la derrota es la que da derechos preferentes".

(Ed. de "La Nación". 5/12/1880).

Como se ve, lo que dijo el General Mitre como editorialista se parece bastante a lo que yo digo, o mejor dicho por razones cronológicas — y de jerarquía, agregará el otro —, lo que yo digo a lo que dijo Mitre.

Pero la posición de Mitre sólo tiende a defender su obra. Se trata de la Guerra del Paraguay y de los frutos que debía recoger Brasil según la política de las Braganza, que Mitre ejecutaba en el Plata. Así es como lo que dijo Mitre en este caso fue solo un recurso cuando la Presidencia Sarmiento por medio de Varela trató de disminuir las consecuencias favorables a los Braganza.

El General estuvo en contra de la zoncera pero sólo en cuanto la zoncera afectaba su política, o sea la del Brasil.

De todos modos, los argentinos no podemos menos que agradecerle al Sr. Ignacio Wirisky que haya puesto los puntos sobre las íes revelando la naturaleza de zoncera del principio.

Pero al final se le ven las patas a la sota. Por que el artículo no está dirigido a finalidades políticas nacionales nuestras. Se trata de otras. Wirisky se adelanta — lo dice expresamente — a que en la próxima Asamblea de las Naciones Unidas se invoque la zoncera que llama "fórmula latinoamericana", cuando se trate la cuestión de Medio Oriente y se pretendan discutir los derechos del Estado de Israel nacidos de su reciente victoria sobre los Estados Árabes. ¡No sea que los árabes invoquen esta zoncera frente a la victoria de Dayán!

Ya me parecía muy raro que "La Nación" permitiese impugnar una zoncera — aún con el respaldo de su General — tratándose de una cuestión argentina! Pero se trata de "los derechos que da la victoria"... de Israel. Y entonces sí: "la victoria da derechos".

¡Con Chávez por medio de Maduro, Venceremos!

 

El autor es: Militante de la revolución bolivariana

toro_ai@hotmail.com

@ToroBelisario

http://hombrenuevomerida.blogspot.com/



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