¿Quién le teme al poder de la base? El método adeco en el PSUV

LO QUE NO TIENE EL PSUV 

El hecho de que nadie puede dar lo que no tiene, es un aserto que hoy nadie discute. Y la política no es una excepción. El artículo 5 de los estatutos, deja en manos del buró nacional la decisión de si las elecciones internas se hacen de manera directa, (una conquista de los pueblos del mundo) elecciones de primero, segundo o tercer grado (que es una manera de controlar las decisiones de la base, si a la burocracia no le gusta el resultado), consenso (consenso del buró, o de la burocracia), o cooptación (que es la misma reestructuración de los adecos, que favoreció las camarillas). La redacción tan amplia del artículo que se aprobó, deja en las manos de la burocracia la elección de los burócratas regionales. El hecho de que se elijan por cooptación es una patada en la espinilla de las bases, que cuando Chávez dijo “me la juego con las bases”, nos sentimos respaldados, y que nuestra opinión sería la que privaría.  

Pero no es así. Las bases no tenemos, de hecho, el poder para elegir allí  donde más nos duele y donde somos capaces de conocer o desconocer a los dirigentes, porque están más cerca: En las regiones. Es una falta de democracia interna, si interpretamos la palabra democracia de manera literal, que es “mandato del pueblo”, o para actualizar el lenguaje: “Poder Popular”.  

Un partido que no reconoce la opinión de las bases allí donde es más importante, en las regiones y localidades, no puede organizar el Poder Popular, porque nadie puede dar lo que no tiene. De esta manera, el buró actúa como Aureliano Buendía: Cuando está a punto de ganar la guerra, firma el pacto de Neerlandia con la derecha interna. 

UNA EXPERIENCIA TRISTE 

Muchas veces hemos sido testigos de mesa (los cargos remunerados  por el CNE se los reserva la burocracia para su clientela), para vigilar la buena marcha de los procesos electorales. Pero en el último proceso, vimos que los organizadores (que nadie eligió, por cierto) no encontraban ni siquiera gente para las captahuellas, y cuando se les buscaba para ofrecerles voluntarios, no se encontraban. El desconocimiento de la organización de base y la conformación de una estructura electoral con más de lo mismo, es responsable de esa situación. 

Nos movimos a votar porque vimos que hubo elecciones internas para los candidatos, a pesar de las fallas y de los casos sonoramente tristes como lo que le hizo la burocracia a Eduardo Samán. En nuestro caso, fuimos a votar porque, entre los mismos de siempre, había uno que otro que ganó en buena lid y, lo confieso, porque Chávez propuso a Soto Rojas por Falcón, entre otros. Y porque apostamos a que la Asamblea Nacional cambiara su composición, porque estamos cansados de mandar gente al cuerpo legislativo, para que nos traicionen brincando la talanquera. Por eso ganamos. Pero si hubiese sido un proceso más aceptable para la base habríamos arrasado, logrando los tres cuartos que se buscaban. 

LOS GOBERNADORES BRINCATALANQUERA 

Uno de los frutos espúreos de los métodos adecos para la elección de “dirigentes” regionales y candidatos, es la proliferación de tránsfugas, y no sólo en la Asamblea. Nadie hizo caso cuando se denunció hasta la saciedad a Manuitt, y el resultado es ya conocido.  

Análogo caso se dio en Lara, con Henry Falcón (Yo no lo llamo falsón, porque el tipo siempre ha sido abiertamente corrupto). Se ignoró la cantidad de denuncias de las bases, pero los guaros, que son chavistas, votaron por él, y fueron defraudados.  

En Sucre, abundaban las denuncias de corrupción del gobernador, y pudimos sentir la decepción de Chávez cuando se enteró, dando un discurso en ese Estado. Lo demás es historia conocida. En Carabobo, la gobernación, ganada por un tipo que lo único que hizo fue eructar, y lo único bueno que tenía era ser “hermano de” un mártir, nos costó perder la gobernación ante una nulidad como El Pollo, cuya gente gobernó con Acosta Carles. 

No es menos vergonzosa la actitud de la burocracia regional de los estratégicos Estados Táchira y Zulia, que, sospechosamente, han perdido una y otra vez. En el caso de Zulia, es posible que el Presidente tenga confianza en su compañero de armas, Arias Cárdenas, y es posible que tenga razón para confiar en él; pero no estamos seguros de que el pueblo del Zulia haya olvidado el cercano tiempo cuando ese caballero estuvo echándole plomo verbal a Chávez y el gobierno bolivariano. Lo oímos, lo vimos. 

Y es que el pueblo quiere mucho a nuestro Comandante porque se lo ha ganado a pulso, pero ese cariño no se extiende (ya no) a personajes que han decepcionado a la mayoría. 

TRUJILLO Y MÉRIDA 

Las numerosas denuncias sobre las gobernaciones de Trujillo y Mérida deben ser investigadas punto por punto, si queremos evitar más golpes. Y en el eventual caso de que estos señores sean “inocentes” de lo que se les acusa, una buena investigación conduciría a que se pensara mejor antes de publicitar denuncias falsas o no fundamentadas. Sin embargo, las fotos publicadas en Aporrea, sobre las marramucias de la gobernación de Trujillo, a favor de los terratenientes asesinos, nos recuerda la triste experiencia del Carabobo del guardia del eructo. 

¿QUEREMOS PODER POPULAR DE VERDAD VERDAD? 

La ley anti talanquera y la elección de un camarada como Fernando Soto Rojas en la presidencia de la Asamblea le da credibilidad al afán de radicalizar el proceso, por lo menos en lo legislativo. Sin embargo, esa acción positiva se diluirá en las maniobras de los “equipos” regionales de la burocracia, que dejará intacta la actual terrible situación interna del partido, a menos de que se “eche para atrás” la decisión de adoptar la cooptación adeca para elegir los burós regionales, y dejen que la base decida. 

Y ESO SE PUEDE HACER CON MAYOR FACILIDAD QUE ECHAR PARA ATRÁS LA LEY DE UNIVERSIDADES, QUE PIDIERON LOS RECTORES ESCUÁLIDOS. 


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Andrea Coa


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