Psicoanálisis, política y detritos

Las cosas que tiene uno que ver en esta confrontación entre las derechas Gobierno-PSUV y MUD—Washington. Me refiero al coprofílico acontecer de aquella señora de la llamada sociedad civil defecando en plena vía pública y lo que vino después.

Las imágenes de este desagradable hecho de la vida real trajo a mi memoria aquella frase originaria que vi por primera vez en la pared de un baño: "Prepárense malditos burgueses que cuando la mierda valga dinero, los pobres naceremos sin culo". Una variante genial fue "Prepárense malditos burgueses que cuando la mierda valga dinero, los pobres no cagarán". Así amenazábamos al poder constituido de entonces con negarles nuestra materia prima cuando ya todo –hasta la vida humana– fuera convertido en mercancía y negocio por los privilegiados capitalistas. En otras palabras, los amenazábamos con darle ese uso a la mierda.

¡Pero cómo han cambiado los tiempos!

Ahora es la burguesía apátrida la que no solo amenaza sino que además ataca a todo el país usando como arma las letrinas humanas de cierta clase media. Se ataca no solo al Gobierno y a las instituciones del Estado, sino también al país entero debilitando al Gobierno; mas de lo mismo para facilitar la intervención de los Estados Unidos y corporaciones multinacionales que compran o negocian el país a precio de gallina flaca por medio de transacciones análogas a las del arco minero. La intervención que sueñan y promueven desde la Asamblea Nacional ya está ocurriendo.

A propósito de estas cosas he consultado a mi gran amigo Freud Fuenmayor -quien es aficionado al psicoanálisis y quien todo lo dice de muy buena fe- para que me comentara sus curiosas apreciaciones acerca del pestilente asunto. Me explica:

"En primer lugar, no hace falta un examen de heces de la autora material de aquel engendro para hacernos una idea de lo que le pasaba. Examinando las fotos que se tienen del episodio se puede deducir que la aludida no se veía para nada apurada ni intentó procurarse algún tipo de privacidad cuando estaba haciendo lo que estaba haciendo. Se trató pues, de un acto deliberado y flagrante, convencida de que así daba una genial y distinguida contribución personal a la causa de la libertad y la democracia tal y como parecen entender en ese mundo de guayas y de incendio de guarderías.

Segundo, la profusa defecación de la señora, certificada por los medios nacionales e internacionales, es la medida de una grave perturbación psíquica y no una transición coyuntural en su bien provista letrina, como algunos interesados pretender hacernos creer ahora para que veamos en su conducta un acto inocente y no un acto "pacífico" como destruir el transporte público y causar muertos para desestabilizar el Gobierno.

No obstante lo perturbada, la pobre señora no es del todo inocente; en su peculiar faena hubo el propósito mas o menos consciente de desplegar su arma biológica de destrucción masiva con intención irreverente y política. Es claro que la pobre padece de una grave fijación en la etapa anal del desarrollo de su personalidad y, aun cuando en realidad se veía muy extasiada y orgullosa por lo que hacía, nada pudo hacer por controlar su necesidad. En este tipo de neurosis obsesiva compulsiva los enfermos experimentan incontrolable necesidad de hacer sus necesidades en público como una forma infantil de llamar la atención tal y como hacen los niños en la tierna edad entre los 2 y 3 años cuando desafiaban y manipulaban a sus padres con la retención y expulsión de los excrementos.

Esta conducta compulsiva de defecar y orinar en público puede activarse en medio de una agitación extrema que provoca dolor o placer. En este caso la perturbada estaba poseída por la rabia destructiva que transmitían en ese momento los encapuchados que la acompañaban y que estaban lanzando piedras e incendiando algo como es ya costumbre. Seguramente fue eso lo que disparó el mecanismo infantil de gratificación que consiste en la manipulación del pupú para aliviar su ansiedad.

Así pues, no es de extrañar que dada la carga de rabia y desprecio que hay en tan fea y peculiar acción, la oposición violenta le haya dado a la mierda la proyección que todos sabemos y, que de ese acto innoble, se haya pasado predeciblemente a esparcir los residuos como una forma de manifestar su rechazo sociópata por las elementales normas de convivencia".

Realmente me pareció interesante las deducciones de mi gran amigo Freud quien se ofreció a seguir colaborando en el entendimiento de estas intestinales circunstancias que hoy afectan la cotidianidad del venezolano. Y pienso que sigue siendo válido que administremos bien nuestros residuos no sea que a algún sociópata le dé por comprarlos, ni defequemos en cualquier sitio no vaya a ser que un encapuchado nos robe la caca para sus acciones extremistas. Es solo una recomendación.

Ahora bien, la culpabilidad de la MUD en este mierdero no implica la inocencia del Gobierno Nacional en el mismo. También el Gobierno o las cúpulas de gobierno, pensando en su sobrevivencia, ha contribuido a crear el mierdero que nos aflige a todos obstruyendo las expresiones democráticas del Pueblo en general. Puso bastante de su parte para evitar el referendo revocatorio, nunca gestionó la realización de las elecciones de los diputados de Amazonas ni –por su exclusiva conveniencia– autorizó al CNE para que hiciera su trabajo y se realizaran las elecciones de gobernadores y alcaldes. Seguramente también en eso pensaba la Fiscal Luisa Ortega Díaz cuando afirmó recientemente que "No podemos exigir un comportamiento pacífico y legal de los ciudadanos si el Estado toma decisiones que no están de acuerdo con la Ley".

Lo que estamos viendo tiene que ver con la gestión de gobierno en la que no se da participación democrática a los ciudadanos. El Gobierno y su partido, en vez de diseñar las políticas económicas y sociales consultando de verdad con todos los sectores, prefiere reunirse en privado con empresarios capitalistas, banqueros especuladores y corporaciones multinacionales, para planificar únicamente con ellos. El Gobierno se olvidó de la revolución y del socialismo que no puede ser construido por unas cúpulas aisladas que se mueven según la lógica capitalista y de su propio y exclusivo interés. Como ejemplo de esta situación, el Gobierno y su partido han desoído las voces pertinentes que le han señalado que nacionalice el comercio exterior y que soberana y originariamente CON EL PUEBLO nos encarguemos de la importación y distribución de los alimentos. Esa sería una buena manera de combatir el desabastecimiento y el desvío de alimentos y medicinas. Ni falta haría una Asamblea Nacional Constituyente que por lo que vamos viendo sería una instancia burocrática mas del propio Gobierno para eludir los procesos eleccionarios pendientes.

Es pertinente destacar que el Gobierno del Presidente Maduro -en connivencia culposa con la MUD- también ha conculcado el derecho a organizarse a los sectores que no comulgan ni con la MUD ni con el Gobierno como es el caso de Marea Socialista, para citar un caso importante. Estos sectores son mayoría y son afectados por la violencia que han venido incubando la gestión neoliberal del Gobierno y el terrorismo de la MUD y ante lo cual poco o nada podemos hacer porque no tenemos representación institucional.

Como consecuencia de que los ciudadanos en general no estamos organizados son las vanguardias del Gobierno y la MUD las que despliegan sus acciones enfrentándose violentamente por sus propios intereses. Rechacemos esa violencia entre esas dos derechas capitalistas en la que no tenemos arte ni parte pero de la que sí somos víctimas. Por ahora continuemos construyendo otra forma de practicar la política que sea compatible con la ética y con el interés de todos, una alternativa política distinta al Gobierno–PSUV y a la MUD-Washington.



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Oscar Henrrique Fuenmayor Quintero

Licenciado en Educación, mención Matemática y Física, Universidad del Zulia.

 oscar.fmyor@gmail.com

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