La hermana María

Los Hermanos fueron llegando al lugar secreto con el aire taciturno de las grandes solemnidades y la mirada enrojecida y brillante de los iluminados. En silencio, con una mirada de complicidad y una inclinación de cabeza, saludaron a la Hermana María. Esta les fue dando la bienvenida con un puño alzado -como si quisiera decirles que eran invencibles- y un afirmativo gesto. Cuando todos se hubieron sentado, la Hermana María, con voz hueca y quebrada, presagio de graves augurios, comenzó el aquelarre:

“¡Hermanos! La salida no está tan cerca como creíamos y las consultas con los oráculos indican que la masa no esta pa’ bollo… que un nuevo orden está por venir… hermanos de FEDECAMARAS, de CONSECOMERCIO, de VENANCHAM, de la MUD, de VOLUNTAD POPULAR,… ¡hermanazos de PRIMERO JUSTICIA! …ha llegado la hora de nuestra cofradía…, por nuestra culpa, por nuestra grandísima culpa y por nuestra violencia, hemos perdido el apoyo de muchos devotos y ahora casi ni se escucha el apoyo de las cacerolas.

Silenciosos y reverentes, los fieles escuchaban a la Hermana María cuya cara iba tornándose lívida hasta dar la sensación de una máscara. Mientras hablaba no se le movía ni uno solo de sus bien peinados cabellos y sus manos giraban en el aire, proféticas y amenazadoras, trazando líneas enigmáticas y fantasmales. Sus grandes ojos de fascista parecían escrutar el futuro, como si traspasaran el presente incierto, como vislumbrando tiempos peores. Los hermanos asentían con un leve movimiento de cabeza ante aquellas arrebatadoras palabras.

“¡Hermanos!: Las turbas y los colectivos están llegando al colmo y están exigiendo que a mi también me pongan los ganchos como al hermano Locoldo y que allanen mi inmunidad parlamentaria. Pero nosotros no tenemos miedo, ¡Ni un paso atrás! Le cerraremos el paso a los Tupamaros y Colectivos y para eso ya hemos fabricado bastantes bombas molotov, tenemos piedras en nuestros morrales y una provisión de cauchos que se nos quedó abollada por la derrota de la guarimba. Pero esta vez si vamos a quemar esos cauchos y a degollar chavistas; ¡Vamos a incendiar pacíficamente el país!

¡Bravo! ¡Hurra! ¡Aleluya! Coreaban frenéticos los Hermanos, emocionados por la brillante oratoria de la sacerdotisa. ¡No a los colectivos! ¡Articulemos la calle! ¡Especulemos y subamos los precios de todo! ¡No a la Ley de Precios Justos!, decían ya en el paroxismo de la emoción reinante.

“¡Hermanos! Ha llegado la hora de invocar al Gran Satán del Norte ya que Dios y la sociedad civil se niegan a escucharnos debido a que regamos basura, al asunto de las guayas y a que estamos acabando con los árboles ”

Después de estas premonitorias palabras, la Hermana María encendió un fósforo y, luego de hacer tres cruces, prendió con él un tabaco. Lentamente el lugar donde se desarrollaba la singular reunión se fue llenando de humo envolviéndolo todo en una negra nube que podía divisarse aun desde muy lejos de la casa de la MUD.

“¡Arrodillaos Hermanos! ¡Recemos al Gran Satán! “

Una vez genuflexos, la Hermana María inició el conjuro. Con la ceniza del tabaco fue trazando un círculo alrededor de un retrato de Obama al tiempo que pronunciaba unas incomprensibles palabras, apenas audibles, en una lengua arcaica, borrada durante siglos de la memoria del hombre.

“Oha, loo, gipuu,… zaa,… Obama,… ne zov oerc,…”

Seguidas de estas inaudibles palabras, pronunciadas casi para sí, la voz de la Hermana María resonó en la habitación con la potencia de un hechizo:

“¡Oh Gran Satán del Norte! Te ofrecemos los humos de este tabaco para que nos acompañes en esta difícil hora de nuestra desaparición, amén, para que nos señales con tu dedo protector, para que no nos alcance ningún ensalmamiento maligno ni ningún allanamiento de inmunidad, amén,… incendiar, destruir, #lasalida,…siete potencias de la MUD,…Uribe, Henrique, Aveledo, Locoldo, Julito, Ledezma, Monseñor Padrón,…por los siglos de los siglos, amén. … Tres veces tembló la MUD y tres veces tembló Voluntad Popular, que así tiemblen los Colectivos que nos quieren derrotar…. ¡Oh Gran Satán del Norte! Si en efecto tu me vas a hacer, cinco señas me vas a dar: Ley de Precios Justos parar, guerra civil lograr, CNE derrumbar, Maduro acabar y Carta Democrática activar. Colectivos: con dos les veo, con cinco les ato, conciencia les bebo y el corazón les parto”

Las primeras luces del amanecer vieron concluir aquél extraño género de reunión en la casa de la MUD…



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Oscar Fuenmayor

Licenciado en Educación, mención Matemática y Física, Universidad del Zulia.

 oscar.fmyor@gmail.com

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