Desde que empezó la guerra entre Rusia y Ucrania el SBU ha reivindicado los atentados con explosivos que costaron la vida a tres altos funcionarios del ministerio de Defensa ruso. Todo indica que Sarvarov es el cuarto.
La vocera del CIR, Svetlana Petrenko, en la cuenta que mantiene la dependencia en Telegram, dio a conocer los primeros detalles del atentado: una mina adherida en la parte baja de su automóvil se activó a distancia en un estacionamiento a 150 metros de la casa donde vivía el general, que tenía amplia experiencia en conflictos y participó, entre otros, en las campañas rusas en Chechenia y Siria.
Según Petrenko, se siguen varias pistas para determinar la causa del asesinato, y uno de las principales conduce a los servicios de inteligencias ucranios.
“Aún es pronto, pero los criminalistas y los servicios forenses están realizando ya los peritajes de rigor, entre otros del tipo de explosivo usado. Se interroga a testigos y se revisan las cámaras de seguridad”, comentó.
Los canales rusos Shot y Baza que compiten en Telegram por ganar las primicias ubicaron el lugar de los hechos en el sur de Moscú, en la calle Yasenieva, donde afirman que explotó una bomba debajo de un coche Kia Sorento, estacionado cerca de su casa.
De acuerdo con otra fuente, el portal de noticias RBK, el general de 56 años quedó atrapado dentro del vehículo, los servicios de emergencia lograron rescatarlo con vida en estado muy grave y una ambulancia lo trasladó a un hospital, donde los médicos nada pudieron hacer para salvarle la vida.
Los expertos militares identifican al general Sarvarov como colaborador muy cercano al jefe del Estado Mayor y máximo responsable de la campaña en Ucrania, general Valeri Guerasimov, desde los tiempos en que ambos coincidieron en el asalto de Grozny, la capital de Chechenia, en la primera guerra ruso-chechena (1994-1995).
Como jefe de preparación de operaciones, Sarvarov ejercía de una suerte de verificador de la planificación estratégica de todas las acciones del ejército y representante del alto mando directamente en el lugar de los hechos.
Entre sus funciones figuraba revisar el nivel de preparación de todos los comandantes de unidades militares y de las tropas para cumplir las tareas del plan general que diseñaba la dirección de operaciones del Estado Mayor, junto con el uso que se daba a los recursos asignados.
Estudiosos del ejército ruso opinan que si el asesinato del general Igor Kirilov, jefe de defensa radiológica, química y biológica, en diciembre del año pasado, mediante una bomba dentro de un patinete eléctrico que estalló junto a la entrada a su casa, se trató más de una acción para mostrar que nadie está a salvo en la capital rusa, el atentado contra Sarvarov parece más un golpe directo contra el sistema de dirección del ejército ruso, igual que el asesinato del mismo modo –bomba debajo de su coche– del general Yaroslav Moskalik, subjefe de operaciones, en abril de este año.
A estos tres miembros de la plana mayor del ejército ruso muertos tras un atentado con bomba, habría que agregar al capitán de navío Valeri Trankovsky, subcomandante de la brigada de buques portamisiles de la Flota del mar Negro, que murió el noviembre de 2024 tras la explosión de su coche en Sebastopol, Crimea.
Y en julio del año anterior, un alto oficial el GRU, siglas en ruso de la inteligencia militar, no identificado por las autoridades, sufrió un atentado similar en la calle Siniavinskaya de Moscú al explotar un artefacto en su Toyota Land Cruiser. Se informó que el oficial sobrevivió, pero perdió una pierna.
