Socialismo o Reformismo ( I )

En 1898 Rosa Luxemburgo, polaca de nacimiento (1870) y alemana por adopción (1898), escribió varios artículos, que serán recopilados bajo el título de “Reforma o Revolución”.Constituyen parte de su obra escrita y su lucha revolucionaria permanente, en donde polemiza contra los diversos tipos de “revisionismo”, presentes en la II y III Internacional.

Desde la caida de la “Unión Soviética” y las derrotas revolucionarias habidas en “nuestra América” en la década de los setenta y ochenta, un silencio teórico y una práctica complaciente se hizo común en el campo revolucionario. Los de allá y los de acá consideraron que “el marxismo había muerto”.Pretendieron con este silogismo, hacer pasar el pensamiento de Marx, como culpable de la poderosa burocracia y la esclerosis política creada en el llamado “campo socialista europeo”.Recordemos que en 1959, Mao había señalado que “el imperialismo era un tigre de papel”, y “la Unión Soviética marchaba hacia el capitalismo”.

Formada con manuales y textos cuya interpretación del pensamiento de Marx era simplista, esta “izquierda” derrotada, reculó en sus propósitos revolucionarios. El imperialismo lucia ahora como único e inmortal y el socialismo, como una utopía una vez pensada. Hoy cuando estamos viendo que efectivamente “el tigre es de papel”, se apela nuevamente al socialismo. No estaba muerto,”estaba de parranda”.

No podemos hablar hoy de Socialismo a espaldas de Marx. Es el padre de la criatura. Tampoco se puede hablar de socialismos, o socialismo del siglo XXI. El socialismo es un solo cuerpo teórico y un perfil definido. Es un sistema, y como todo sistema, tiene compatibilidad entre sí. Los tiempos de hoy en el marco del sistema capitalista, no han cambiado sustancialmente las características intrínsecas de este modo de producción. Capitalismo y socialismo no solamente son contrarios. Son profundamente opuestos.

Hablamos de la Historia como Ciencia. No de lo que algunos pretenden hacer de la historia, como su interpretación subjetiva, poniendo la realidad a su conveniencia, y los hechos como les parece que son. Cómo sería el caos epistemológico si cada científico hiciera esto mismo con su disciplina. Estos seudo interpretes serán abatidos por la historia.”La historia –decía Juan Carlos Mariategui –resuelve todas las dudas y desvanece todos los equívocos “.Desconocer la historia como ciencia, conduce por ejemplo a la idea de que los partidos y las organizaciones crean las condiciones históricas, y “montan” sus vanguardias para “hacer” la historia. La historia no es etérea, no funciona por casualidades. Con su teoría de la historia, con la aplicación de un método dialéctico, con la comprensión de todo el hilvanamiento que hay en el sistema capitalista, es que Marx da origen a las Ciencias Sociales, y pone con los pies hacia abajo lo que debe ser el Socialismo. La compatibilidad habida dentro del sistema, nos devela su funcionamiento real, es decir el todo. Esto sólo es posible por la vía del entramado categorial. Con conceptos no se hace ciencia. El practicismo suele ser un activismo ciego.

El idealismo político suele ser más frecuente de lo que creemos. Los “líderes” pretenden desde sus cabezas interpretar y cambiar la realidad. Precisamente, estudiando la realidad tal y como ella es y se mueve, fue que Marx pudo superar la falsa dialéctica teísta de Hegel. Hombres como Engels y Lenin, quedaron atrapados en los deslumbramientos cognoscitivos hegelianos. El “cientificismo” y el positivismo están presentes en estas deformaciones de la historia. No es ni “economicista” ni “historicista” la propuesta de Marx. Los modos de producción tienen dentro de si períodos de transición, en donde la realidad una vez conocida, se trabaja en función de su desmantelamiento total. La transición no puede ser para mejorar, para hacer más funcionable el sistema capitalista. De lo que se trata no es de corregirlo. De lo que se trata es de destruirlo.

El sistema capitalista siempre ha estado sometido a sus crisis específicas, de ellas ha salido con esfuerzo propio y con los equívocos y las traiciones de los reformistas seudo revolucionarios. En la próxima entrega acotaremos pruebas documentales como los “revisionistas”, los reformadores, los interpretes políticos, los “acomodadores” a las circunstancias, le han hecho un gran bien al capitalismo, ayudando a fortalecer sus partes débiles. Con esto han impedido el avance revolucionario. En verdad el reformismo ha sido perverso para el socialismo.


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Jesús Vivas P.

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

 jesusm_vivas@hotmail.com

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