Primarias del PSUV. La rebelión de los indignados leales a la revolución

Cada vez que algún camarada de renombre y respeto dentro del chavismo o que alguna vez lo tuvieron, salen descargando su arrechera de forma irreverente contra el poder constituido encabezado por el presidente obrero Nicolas Maduro incitando a la división y a darle la espalda a lo que es, desde mi reducida visión individual, por ahora y por muchos años la única vía de acceso factible a la construcción de una patria socialista en Venezuela, me explota una doble indignación muy cercana a la frustración.

Por un lado cada “camarada” que perdemos (ojo que algunos de ellos como que nunca han sido nuestros) no solo se va sino que arrastra gente con ellos y confunde a los no muy convencidos en la viabilidad de la revolución sobre todo en estos momentos aciagos en que los antivalores capitalistas que llevamos dentro (Inmediatez, individualismo, calidad de vida, egoísmo, supervivencia del más apto) aprietan duro ante la escases, la especulación, el contrabando, la corrupción y el burocratismo. Por el otro me pregunto que estamos haciendo dentro de la organización revolucionaria para que nuestras preguntas sobre los errores y omisiones de la revolución tengan respuestas, para que sea escuchada y aplacada la crítica dura e irreverente pero sincera, leal y necesaria, no con el látigo de los que asumen el férreo control del partido y las posiciones de gobierno poseedores del chavimetro que catalogan a los que disienten como “escuálidos” “traidores” evitando así cualquier discusión de temas sensibles, sino con el debate sincero, plural, descarnado y fructífero que permita aclarar muchas de las cosas que para el ciudadano común no tienen respuestas y que se nutra de su aporte participativo y protagónico.

Si alguien menciona un tema como la corrupción cívico militar que permite descaradamente el contrabando hacia Colombia o reclama la “fulana lista” de empresarios y “colaboradores” que desestabilizaron la economía “robándose” impunemente los dólares a través de Cadivi de inmediato sale la frase comodín, este no es el espacio ni el momento para discutirlo,. ¿Cuándo será el momento y cual será el lugar?, eso si no te identifican de inmediato como enemigo del proceso, infiltrado de la derecha, agente de la Cia. Este tipo de actitudes es la que permite que gente como Nicmer, Toby, Aponte, Dennis y Marea Socialista tengan suficientes excusas para salir con la descabellada idea de dividir al chavismo planteando una tercera vía mas “Chavista” que Chávez y atraer a sus filas camaradas valiosos pero decepcionados por la escases de discusión franca. Digo descabellada porque no tiene opción de triunfo y en ese escenario contribuye con el retorno de la derecha quienes se encargarán en un dos por tres en “satanizar” a todos los líderes visibles del chavismo, demostrando que “son verdades” sus patrañas del cartel de los soles, de la Colombianidad de Maduro y cualquier otra basura de esas que inventan, para ello contarían con toda su maquinaria de guerra de cuarta generación y el poder político que apenas le hemos arrebatado por 15 años por culpa de Chávez.

Pero a los que nos hierve la sangre ante cualquier injusticia, los que nos duele cada Bolívar o dólar que se pierde, a los que nos embarga no conocer de primera mano que se está haciendo contra la corrupción, a los que jamás nos rendiremos en la construcción de una patria socialista, no podemos limitarnos a ser espectadores, defendiendo la unidad de la revolución, sin exigirle a las más altas esferas del poder respuestas concretas pues estaríamos haciendo el papel de pendejos, no ante gente como el presidente Maduro y la mayoría de sus colaboradores que apuntan en nuestra misma dirección, sino los pequeños pero omnipresentes grupos de poder que se aprovechan de “las amenazas” a la revolución para encubrir sus despreciables interese personales. Esos que esconden su ineficiencia, corrupción, despotismo y “jaladora de bolas” detrás de la guerra económica, los quinta columna, las manos del imperio, los desmanes de la oposición de derecha, quienes por suerte, con sus errores terminan dándonos oxigeno y permitiendo a “nuestros” verdaderos “quinta columna” usarlos como excusa para decir “este no es el momento” para discutir eso.

Proponer soluciones desde mi humilde posición sin que estas sean sometidas a la creación colectiva no es lo más sano, pero atendiendo la solicitud de mi pana Joel voy a arriesgarme a lanzar unas líneas de acción con la intención de arrimar leña a la candela de la discusión para la creación heroica colectiva. Lo primero que debemos hacer es declararnos en pensamiento y acción defensores de nuestras posiciones de gobierno alcanzada, de tal manera que nos permita seguir desmontando la trampa capitalista desde posiciones del poder, para ello debemos tejer muy fino para mantenernos críticos sin que ello desmotive a los revolucionarios a seguir la lucha. Debemos hacernos sentir en nuestras áreas de influencia como críticos de lo malo y defensores de los inmensos logros alcanzados y de las bondades de construir una patria de justicia, igualdad en la diversidad y paz, defendiendo con emoción nuestro porvenir señalando como única vía la revisión, rectificación y reimpulso pues cualquier otra vía le devolvería el poder a la derecha para restaurar, rediseñar y repotenciar la barbarie de la explotación del hombre por el hombre y la quimera del crecimiento infinito dentro de un mundo finito y del vivir mejor individualmente a lo “sálvese quien pueda”, colocando el tener por encima del ser.

Debemos asumir la democracia participativa y protagónica como modo de vida en todos los espacios de interacción social, ocupando todos los espacios de organización al que tengamos acceso con una actitud ejemplar y un pensamiento crítico y coherente con nuestros ideales chavistas. Si los buenos somos mayorías, participando no habrá malo, mafioso, caudillo, tramposo ni oportunista que nos derrote. No es decir el partido impuso tal línea, es meterse en el barro, en cada UBCH, consejo comunal, comuna, consejo presidencial de gobierno y combatir el caudillismo, auspiciando la dirección colectiva hasta imponernos aguas arriba para colectivisar el poder, Maduro no podrá solo, de que sirve un consejo presidencial de gobierno que no disienta, mendigo y obediente. Claro que no va a ser fácil deshacer todo el entramado burocrático burgués enquistado en instancias de gobierno y de poder pero la revolución la haremos los valientes, no con fusiles, ni mucho menos huyéndole al combate montando tienda aparte con “terceras vías”, sino confrontando las dificultades propias de un experimento de creación heroica del pueblo desde adentro, trabajando con la premura del que le duelen tantos siglos de opresión pero con la paciencia del que persigue un objetivo muy superior u su propia existencia.

Cada elección, cada manifestación popular de organización debemos usarla como instrumento de lucha contra nuestro enemigo de clases de la derecha al mismo tiempo que contra las “manzanas podridas” y las malas prácticas de los “nuestros”. Estas elecciones internas para diputados deben servir de motor para promover cuadros irreverentes y leales, para deslastrarnos de las fulanas “líneas partidistas” que promueven camaradas sumisos y obedientes y atender a nuestra conciencia basada en el conocimiento de los candidatos, de tal manera que los próximos diputados sean capaces de interpretar el clamor de las bases y no como se ha hecho rutina que algunos “dirigentes” le exigen a las mayorías que interpreten, internalicen y reproduzcan su clamor arrogante como línea del partido pero que obedece a interese particulares individuales o grupales. Impulsemos una rebelión de los indignados revolucionarios por la vía de la participación activa y protagónica, desde adentro, subterránea como las hormigas bajo la consigna Unidad, transformación, Batalla y Victoria.



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Noel Peralta Barreto


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