El camino que llevamos no es de revisión, menos de rectificación, ni soñar de impulso

La reciente debacle electoral nos desnudó. Nos abrió los ojos a una triste realidad: nos quedó grande el remoquete (en este caso) de "revolucionarios". No supimos estar a la altura del compromiso enorme que tenemos, ojo: no son las elecciones. El compromiso de ser la guia de la humanidad preocupada dentro de la tiniebla que se cierne sobre el futuro. De ser el faro del planeta, ese que se alza como referencia de los que aun desean la libertad. Ese es el compromiso, pero fallamos.

Todavía esta intacto el shock de la apabullante derrota y sin embargo nuestro liderazgo "no da pie con bola". Increíble que a estas alturas aun no ha renunciado la plana mayor del PSUV, ni decir del tren ministerial que ni por decencia lo ha hecho.

Lejos estamos de enderezar el rumbo hacia la senda que nos lleve a un destino mejor. Estamos derrochando el poco tiempo que tenemos en tonterías que en reiteradas ocasiones nos han dado pésimos resultados.

El PSUV gana poco señalando que la oposición pagó votos. Señores: mucha gente no votó por el gobierno porque sencillamente le reclama haber fracasado en combatir problemas que afectan directamente a la gente. En ese escenario ¿creen ustedes que hizo falta pagar votos?

Mientras nuestra dirigencia se hace la sorda, caemos en el peor de los escenarios posibles.

Ahora la derecha estará en la asamblea con un poder enorme, dispuesto a eliminarnos y no duden que lo hará. Una derecha anti-patria, entreguista, totalmente subordinada al gringuismo. Esa, a la que nuestra gente repetía incesantemente ”no volverán" pues, volvió y esta vez con mas poder que nosotros.

Tristemente es en estos momentos en los que, a falta de liderazgo, muchos se disponen a seguir a su " becerro de oro" de turno. De repente aparecen gurúes de papel a recetarnos "socialismo de mercado" como tabla de salvación, obviando que ha sido precisamente esa insistencia en crear el híbrido la que nos trajo hasta aquí. Otros vuelven a proponer el parlamento comunal y lo venden como si fuese que la solución siempre la tuvimos a mano, guardada para cuando la cosa se pusiera realmente fea.

Ambas recetas provienen de un segmento que, aun apoyando al presidente Chávez, jamas han demostrado claridad en sus "postulados socialistas" y siempre han coqueteado con la centro-izquierda. Ninguna ha funcionado pero insisten en imponerlas.

¿Que se puede hacer? ¿Hay oportunidad de lograr rédito político de toda esta situación?
No es un lugar común decir que toda derrota deja consigo una enseñanza. En efecto esta, la mayor de todas nuestras derrotas electorales, deja una enseñanza aun mayor. Nos ha dejado desnudos ante nuestros errores. La improvisación, uno de los mas graves, ha signado nuestras acciones desde hace buen tiempo y no había posibilidad de acusarla o criticarla. Solo un golpe como este obligaría a nuestro gobierno a rectificar tal practica viciosa.

Otro error es actuar bajo la desesperación. Si bien hay premura en actuar, la desesperación nos puede llevar a errores aun peores como por ejemplo el estimular la disolución del congreso solo porque perdimos. Cuidado. Aparte de eso, hay que hablarle claro a la gente y pintarles la realidad aun cuando sea dura: perdimos la asamblea y los escenarios que vienen son difíciles. La cohesión debe mantenerse.

El gobierno debe ya desligarse de la asesoría extranjera y retomar la senda del consenso entre los factores bolivarianistas y revolucionarios, todos. Basta de darle la espalda a la critica y los críticos. Integrarlos es un deber urgente del presidente. La población aun espera una dirigencia coherente para enfrentar lo que viene.

Por ultimo, el presidente debe exigir una nueva política cultural mediática a su gobierno. El caso Tves es patético. Debe parar ya ese foco de distorsión cultural que solo confunde mas a nuestra juventud. En cambio debe elevarse la integración, la cultura verdaderamente revolucionaria, trabajo y estudio.

bombolonmp4@gmail.com


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