El formidable estudiantado Bolivariano ilumina el futuro de la Revolución Socialista en América (II)

“¿Cómo puedes dejar que tus palabras

te mientan y te olviden y te pudran?”

Mario Benedetti



Como expresé en anterior artículo –un tanto tarde su continuación por razones de salud- me he interesado i alegrado profundamente estas movilizaciones estudiantiles, ajenas a sus verdaderos problemas, porque siempre me he sentido un estudiante en todas las etapas de mi vida. Excluyendo los cuatro primeros años de absoluta niñez, comencé a ir al párvulo o kindergarten en el Colegio El Pilar, de las monjas de Santa Ana, porque quedaba al frente de mi casa en la Calle Obispo Lazo de Maracaibo, i mi madre pasaba la calle en me ponía en manos de Chinca, en el ancho zaguán de la casona de doce o catorce ventanas, una viejita amable siempre vestida de medio luto i apretado moño tras de su cabeza, que me llevaba hasta donde estaba la hermana Carmen (años después supe que su apellido era Aguado) quien me enseñó a leer i escribir tan bien en los dos años que estuve allí que, al pasar al colegio del Dr. Raúl Cuenca, estuve unos días en primer grado, para al hacerme una valoración, se decidió que estaba listo para el segundo grado. Allí estudié Primaria i Bachillerato. Desde entonces fui estudiante, hasta considerar hoi que a mis en el otoño existencial, que soi un estudiante de unos tres cuartos de siglos que nunca deja de estudiar, que su única “hacienda” es de libros, pero lo mejor aún: que me siento joven i rebelde como he sido toda la vida –mi ciudad me conoce bien i por ello muchos me temen, no por mi agresividad sino por mis ideas- i me considero un compañero de esos 10 maravillosos estudiantes bolivarianos (que en la patria son millones) que alumbraron con sus ideas i su palabras, el parlamento nacional. Esos 10 estudiantes, botón de muestra de cómo apenas en 8 años de proceso revolucionario, realmente hemos estado ya sembrando el petróleo, sembrando la patria de nuevos hombres, distintos i de avance hacia un mañana mejor, no enajenados en el simple crecimiento material i económico de la industria solamente, sino en los seres humanos incontaminados de capitalismo i de fascismo i demás lacras oligarcas que a otros pocos obnubilan o dogmatizan con mentiras. Hemos sembrado la semillas de un pueblo o una nación nueva; los niños de hoi en mayoría, son la semilla que surge i abre sus cotiledones i empiezan a crecer vigorosamente; primero porque les estamos mejorando su calidad de vida; a los ya encontrados en la pobreza i desventuras en las cuales los dejó las más de cuatro décadas de Dictadura de Partidos; los estamos recuperando con educación i amor, i a los que tienen la inteligencia para comprender que se necesita un mundo nuevo, los vemos ya como frondosos arbustos, árboles nuevos, pinos vigorosos, matapalos criollos que empiezan a dar sombra buena, i en fin, unas generaciones que han de superar por inteligencia, afán de saber i comprender i, sobre todo, por sus nociones de soberanía, de libertad verdaderamente libre (consciente de la redundancia) i especialmente por el fervor de patria grande i hermosa, extensible a toda la América, como el sueño de todos los libertadores encabezados por Bolívar. Otra Amazonia Humana está creciendo en América; otro pulmón de oxígeno vital está vibrante en sus ideas, i solamente así evitaremos los daños ecológicos que amenazan al planeta Tierra i la existencia humana.

Pensé referirme a cada una de las intervenciones de estos jóvenes que salvaron la dignidad de la población estudiantil venezolana, en contraposición a un grupo minoritario que, si bien merece respeto como venezolanos i su nivel de educación e instrucción, realmente defraudaron i quedaron absolutamente en ridículo. Solicitaron por carta, derecho de palabra i autorización para un DEBATE en la AN i luego huyeron cobardemente, sin proposición alguna, sin intención de debatir, llevándose su aparente líder, la bandera nacional que le ofrecieron sus contrarios, como llevan los boxeadores una toalla alrededor del cuello i en una actitud mui parecida de quien hizo igualmente el ridículo en la OEA: Condolezza Rice, la madre putativa de esas marchas. Se descubrió en la OEA: “el presidente Bush i yo estamos dispuestos a que se intervenga en Venezuela” (solicitando una investigación, por una decisión que se ha dado en 17 países del mundo, incluyendo los Estados Unidos, i en casi trescientas oportunidades. Esas marchas, sin duda alguna, las planifica el imperio i las dirige la CIA con sus lacayos de oposición; lo demás son falsedades o mentiras.

Como lo que hablaron lo grabé de la televisión en VHF que es lo que tengo (además que permanece en Internet), lo imprimí para guardarlo como un testimonio i, además, todo el país i en el exterior lo deben haber visto i escuchado, resolví no hacer sobre cada uno breve referencia o comentario. Douglas Barreto, estudiante de la Universidad Metropolitana, el único que habló, o mejor leyó, parecía que tenía una discreta intención de debatir exponiendo como para iniciar la discusión, al menos asó lo creímos en principio. Empero (me gusta usar este anacronismo) no era él quien hablaba, sino la oposición en un texto escrito por una agencia “que se permite pensar por los otros” (ARS Publicidad) i que pertenece al Imperio. En televisión se ve, la manera como olvidó la última hoja donde le indica cuando quitarse la camisa, para no andar uniformados en el vestir, pero andaba uniformados en el pensar. Señaló la “coyuntura social” i dijo “que se les había dado oportunidad de reivindicar nuestra protesta” sin presentar propuesta alguna, i ni saber que significa reivindicar. Eso sí, mintiendo descaradamente, al decir que hablaba o representaba a “todos los estudiantes venezolanos” i luego, que quería hacer llegar su mensaje “claro e entendible”, cuando lo único que entendimos claramente es que hablaba como un muñeco de ventrílocuo. Cuando se quitó la franelilla roja vino tinto (le temieron al rojo sevillano), tomó las hojas leídas puestas a la izquierda i dejó la del atril con la guía que indicaba cuando quitarse la camisa; tal vez le indicaba también cuando poner énfasis o cuando mirar a la asamblea. La hoja final de la “partitura” la encontró Andreína Tarazona, a quien con deslealtad, irrespeto i e indecencia, acusaron de haberla robado. Luego el sainete que ya conocemos. Punto.

Sin embargo, a partir de ella, Andreína Tarazona, empezamos a ver un desfile de estudiantes de óptima calidad, de una personalidad destacada, de unas mentes brillantes, porque todas o todos hablaron con una espontaneidad sorprendente arrancando justificados aplausos. No hubo altibajos en sus discursos; todos tocaron un aspecto del problema con maestría: Andreína empezó por referirse a la Bandera Nacional humillada torpemente por los opositores, por cuanto además, existiendo una ley de Bandera, el irrespeto es un delito i está penado por la lei. Esta futura abogada habló con vigor i conciencia a nombre del campesino, del obrero, del ama de casa, de los indígenas, de los excluidos i los explotados, como nunca podrán hacerlo los partidarios de la burguesía i clases oligárquicas. En fin de muchas cosas más que sería largo reseñar, incluyendo esa lacra que privilegia o protege la Conferencia Episcopal, i se llama el delincuente Nixon Moreno. Les pidió además, ir a las barriadas de Caracas, para percatarse del verdadero país.

Cuando le tocó el turno al estudiante Yon Goicochea, estudiante de derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, muchos nos aprestamos a ver el inicio de un debate de altura, dada la calidad de la serena i hasta dulce exposición con verbo sobrio i elegante de Andreína Tarazona. Pensábamos escuchar un encendido discurso, con ideas jurídicas, con exhibición de nuevos i novedosos conceptos de Derecho, defendiendo las frecuentes marchas: sus motivaciones justas i demostrables; aunque sabiendo lo difícil de justificar estas marchas de estudiantes hijos de papá i mamá como se dice, llenas de infiltrados no estudiantes, de miembros o partidarios (porque creo que los miembros brillan por su ausencia), de AD, de COPEI, PJ, Nuevo (viejo) Tiempo i de los disociados e incomprensibles miembros de BR que mostraron i seguirán mostrando poco pacifismo en las marchas.

No tardó mucho en aparecer el fantasma de la falsedad: una posición ridícula, falta de seriedad, plena de cobardía i al mismo tiempo denunciándose estar falto de argumentos, de razones, de pruebas, tratando de disimularlo todo con una cara seria, llena de cinismo que, recordó a muchos venezolanos aquel dicho de “cara seria argumento rochelero”, completando con el retiro seguido de su disociados, con un caminar de mediocre ofendido. Yon Yon (que castellanamente debería ser Juan Juan como llamamos toda la vida a un primo hermano; también se le repetía al hijo de John Kennedy) “dijo que no vinieron a la AN para hacer política porque son estudiantes” No puedo contenerme: ¿Entonces que están haciendo en las calles carajito? ¿No están siguiendo o formando parte del Manual de “golpe suave” de Gene Sharp? ¿Les es tan importante RCTV, más que la estabilidad i la paz de la Patria? ¿No es político el estar buscando conflictos porque sencillamente quieren salir del presidente constitucional? A Granier sólo le importa el dinero; a ustedes les importa el plan subversivo. Pues sepa que usted, incluso como futuro abogado, saber que desde los tiempos griegos, alguien mui sabio dijo que el hombre es el Zoom Politikon, o sea el animal político. Lo que pasa es que a usted lo asesoran, los políticos animales que no es lo mismo. Luego el líder “estudiantil” expuso: “habiendo hablado una vez y escuchado una vez, nos retiramos, y abrimos el debate no en esta Asamblea Nacional sino en el pueblo de Venezuela, para tender la mano de la reconciliación nacional en las Universidades, o en cualquier espacio”. Jamás había visto un lenguaje más contradictorio. Son incapaces de subir a los cerros o ir hacia Catia o Petare, pero quieren debatir en el pueblo. Tienen la primera tribuna de un país, para hablar nacional e internacionalmente, en cadena nacional de radio i televisión, i la desperdician por falta de ideales i argumentos. Con razón concluyó la presidenta de la AN, diciendo: ¡Cómo podemos nosotros no pensar que es que no tienen nada que decir!

(Continuará)


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Roberto Jiménez Maggiolo


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