Monseñor, que está en la tierra, y su apología a los nuevos zelotes

Usted señor que dice creer en Dios, no vive aquí verdad y además “vive” de DIOS vuelve otra vez, si asociamos su voz a la práctica farisea de la llamada Conferencia Episcopal de Venezuela, a marcar distancia de los desposeídos, de los que no tenían y Chávez les dio de comer, de los que tenían sed y Chávez les dio de beber, de los cristos rotos de este mundo, de los que viven de la fraternidad de los miserables.

Como es que dice monseñor. Monseñor dice que el Plan patria no le parece, que Maduro es totalitario y que vivimos un periodo de violencia brutal. Eso es lo malo de estos adictos al yeso y ateos del Jesús histórico como monseñor, no interpretan las cosas de la tierra por pasarse la mayor parte del tiempo en el cielo.

Y es que Monseñor cree que la vaina es en cielo y otra vez se equivoca, reconociendo sus meritos para saber el tiempo kairologico, el perfecto tiempo pero para sacar “a tiempo” la bandera falsa. Lo que no sabe monseñor, perdón -¡no, no es con usted lo del perdón!- porque el si lo sabe, así como lo sabía monseñor Velazco y el mismo De Viana con su cínica sonrisa de diablo tropical cuando irrumpieron en la casa del pueblo, aquel abril, y firmaban el libro de constancia y certificación para el reparto de los treinta denarios modernos. Lo que si saben toditos ellos, incluso el cuerpo de monjitas que apuestan a la construcción del reino de los ricos –los que si pagan te deum- a costa de un odio celestial, es que aquí se está fraguando con saña un golpe a la vida, que apuestan todos y todas ellas a un ahora o nunca y que cada día sienten más dolor –y es que el alma debe doler, no sé- pero no por el otro y la otra, sino por su mísera fe que le devora la conciencia cuando escuchan la palabra pueblo, o cuando le hablan de amor, perdón otra vez, cuando la escuchan, porque de verdad no creo que en donde se está moviendo este sanedrín de ustedes, se hable de amor.

Viven una crisis de Dios, la vive usted y el alto clero, el esclerosado clero, el clero maniqueo, el ensimismado. Quizá pueda yo estar viviendo esa crisis, por tener ustedes a Dios en plusvalía y yo vivir su déficit como para que mi fe no sea de este mundo. Y dirán ustedes -que siempre tienen la razón- que anoche vieron a Jesús en el cafetal luchando por la patria contra las verdes fuerzas del mal y sus cañones de fuego vomitando rabia de metal contra el “pueblo que sufre”, contra el “pacífico” joven acomodado que sacrificó su sueño esta noche y sus sangrantes manos heridas de guayas claman al Dios que ustedes les están guardando, con la promesa de un salmo edulcorado para ellos, los que se esconden en la noche y se visten de oscuridad para matar: tuyo es el día y tuya es la noche.

Donde estaba monseñor, donde? Y no lo pregunto yo, debe preguntárselo la historia, ante su constante inasistencia al evangelio de amor y sus coqueteos permanentes con esa biblia de terror que impulsan los que para ustedes deben ser los zelotes de este tiempo en su ira contra todo lo que implique vida.




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Nelson España

Miembro del Frente Antiimperialista de la Zona Sur - Anzoátegui

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