Corrupción total en México de dirigentes, obradoristas y oposición; todos ladrones, mentirosos y demagogos

1. La lucha de clases es central en la teoría marxista; es el conflicto entre diferentes clases sociales con intereses antagónicos; es el motor que lleva a los cambios social y político. Las clases sociales son grupos de individuos que comparten una posición similar en la estructura económica y social de una sociedad. Son dos grupos: la burguesía bancaria, del gran comercio y poderosos negocios, representados por los altos políticos, y, por otro lado, los explotados –que son siempre el 90 por ciento de la población (campesinos, obreros, empleados-) que con su trabajo dan vida a la sociedad entera.

2. Desde que el capitalismo existe hace más de 500 años la situación no ha cambiado. Una minoría de ricos, de muy ricos, de millonarios y multimillonarios, han usado el poder: ellos, sus hijos, sus nietos y bisnietos, más los miles de desesperados chupadores que los han rodeado. Hay que tener presente que mientras hallan clases sociales estarán en lucha y sólo desaparecerán al enterrar el capitalismo y construir la sociedad igualitaria. Esta no ha existido nunca, en ninguna parte, pero no deja de ser una utopía realizable con el cambio de pensamiento y la lucha. Hoy estamos jodidos, pero en los sesenta y setenta alcanzamos altos niveles.

3. No olvido aquellas dos décadas que me tocó vivir intensamente las luchas obreras, magisteriales y estudiantiles en la CDMX. La revolución cubana, las guerrillas de izquierda radical en más de 10 países de América, los jipis, los beatnik, la liberación juvenil, los Rollings, la droga; hasta en la iglesia se proclamó la "teología de la liberación". Las huelgas y manifestaciones, la liberación en las escuelas, las mueras al autoritarismo, las batallas juveniles en Francia, Alemania, EEUU, México (países donde el año juvenil de 1968 brilló), los muchos cientos de huelgas obreras en el mundo. ¿Puede olvidarse acaso la consigna antigobierno en las paredes de "Prohibido prohibir?.

4. Hoy, cuando muchos políticos oportunistas se autocalifican de izquierda se les puede responder que hasta 1977 los izquierdistas marxistas nunca recibimos subsidio de nadie, nunca votamos por partido alguno, nunca ocupamos cargo de gobierno porque siempre los mandamos al carajo. (A mí, para cambiar mi plaza de la CDMX a Mérida. me comisionaron como director de la UPN de Mérida, pero a los seis meses renuncié irrevocablemente después de unir a los maestros enfrentados en la UPN y ser luego uno de los dirigentes de movimiento magisterial de la CNTE en 1989. En México hoy no hay derecha ni izquierda, sólo una recomposición que quiere más dinero y poder. (21/IX/25)



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Pedro Echeverría


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