Me dolieron los chichones otra vez

Lamentablemente hay fallecidos por razones políticas producto de la intolerancia y la locura, esto es inaceptable y tiene responsables directos producto de una estrategia de campaña electoral ponzoñosa y una frustración obcecada.

Desde hace años padecemos de una especie de histeria inoculada, y me incluyo porque jamás olvidaré aquel día que me di de coscorronzazos en medio de una discusión con amigos y familiares una tarde-noche del año 2002, para ver si era yo el que estaba embrutecido por apoyar a Hugo Chávez. Echo el cuento:

Un día perdí el control. Eran con cinco contra mí, yo trataba de explicar porque apoyaba a Chávez. Compartía un sabrosito ron con coca cola toda aquella tarde-noche y me preguntaban lo que estaba de moda: ¿Por qué Chávez no quiere contarse? (hoy día seria #acontarse, digo yo). Pero era imposible para mi hilar una respuesta, trataba de argumentar e inmediatamente venia la otra pregunta, demasiado estúpida, pero pregunta al fin.

Lo cierto fue que en medio del fragor de aquella cayapa, una joven de 13 o 15 años, hija de un amigo presente en aquel compartir, me pregunta directamente a mi, luego de levantar las manos para acallar a los demás, y viéndome directamente a mi, como buscando una información que yo tenia dentro y que ella se había dado cuenta que no me permitían sacar, me preguntó: ¿señor, explíqueme que trata de hacer Chávez con el país?... Los demás callaron mientras la bella joven me hacia la pregunta, y luego me miran a mi, yo me detuve dos o tres segundos y luego respondí: “se trata de construir un estado de derecho y de justi….” Y en ese momento el padre de la joven irrumpe iracundamente, con una estruendosa palmada de su pesada mano sobre la mesa, gritando que Chávez le pegaba a Marisabel, y todos los demás hablaban a la vez….un gallera…entonces yo, sucumbo ante la desesperación, comienzo a llorar y como un loco de arrebato empiezo a darme de coscorrones en la cabeza, ¡duro de verdad!, me hice dos chichones.

La reunión se disolvió. Unos salieron corriendo, los que estaban en las habitaciones salieron a ver que pasaba, mi esposa trata de agarrarme. La joven de la pregunta se asusta y se pone a llorar. Mi hermano me grita a centímetros de mi cara con tono amenazante y con su dedo índice erecto apuntando mi entrecejo: “a Chávez lo montaron los medios y los medios lo van a sacar”.  Fue un momento muy desagradable y vergonzante para mi. Lo cuento hoy y me da pena.

Han pasado 12 años luego de aquel episodio, luego del cual vinieron el golpe y el contragolpe, el sabotaje a PDVSA, el referéndum, la reelección, la victoria pírica, la enmienda, la reelección uno y la reelección dos, mas las victorias en diputaciones y gobernaciones y alcaldías. 17 a 1 es el score.

Después del berrinche de Capriles la noche del 14 de abril, me han vuelto a doler los coscorronzazos que me di. Yo creía que mi autoagresión había sido porque yo no agrediría nunca jamás a mis amigos o a mis familiares, y por eso preferí agredirme a mi mismo (demasiado altruista la auto explicación) pero por lo visto en la reacción de los seguidores de Capriles los días 15 y 16 de abril, tengo otra hipótesis explicativa de mi momento de locura: yo no me agredí porque no me permití darme lo que los medios me inocularon: odiar a Chávez o despreciar a los Chavistas.

El poder de persuasión perversa emponzoña una necesidad fútil y luego, al no alcanzar u obtener lo prometido se desencadena una frustración necia y obcecada. En mi caso, la frustración no fue producto de no poderme explicar o argumentar mi posición política, sino de no permitirme a mi mismo ser como ellos. Yo era el que pensaba diferente.

La violencia desatada producto de la frustración de no haber ganado el 14 de abril, pese a haber estado a una ñinguita desató la locura, y se agredió a quien no te dio lo que querías: “el pueblo pueblo”. Por eso se desencadena una reacción contra los centros de salud del pueblo, las casas del partido del pueblo Chavista, las casas de la misión vivienda.

Ahora bien, ¿que se prometió obtener con la victoria de Capriles, y que causo tal frustración?...Si fuéramos tontos haríamos referencia a las promesas de “copy and paste” puestas en el mamotreto entregado como plan de gobierno el día de la postulación ante el CNE (lo leí, por eso lo califico así). Pero como no lo somos tontos, podemos afirmar que las promesas estaban implícitas en regresar la harina pan, la leche en polvo, el pollo, la margarina, la confianza en el sistema eléctrico y ...no menos importante: los dólares baratos. Por cierto, los dólares baratos seria de lo mas apetecible reconquistar porque así podría tener esa tablet tan anhelada, entre otros equipos tecnológicos de “primerísima necesidad”.

Lo cierto es que no te prometieron nada, sino que te quitaron mucho y en este orden de ideas, la victoria de la unidad seria la solución para volver a tener lo que me quitaron. Por eso es que califico a la manipulación mediática, a la xenofobia promovida contra chinos y cubanos, al robo de cables desatado y a la exaltación y promoción de la criminalidad como una forma de persuasión perversa y ponzoñosa.

El día sábado 13 de abril me mandaron un SMS que me informaba que en el Supermercado de Los Olivos había harina Pan, y voy con mi suegro. El plan era dejarlo a él en la cola mientras yo resolvía otras cosas y pasarlo buscando después (¡que cómodo soy!), Lo cierto es que al llegar veo ¡la pinga e’ cola!, y no era harina pan sino blanca flor (harina de trigo). Camino la cola y veo al pueblo pueblo, tranquilito haciendo la cola. Gente humilde, muy humilde, pero en paz.

Mi suegro y yo nos fuimos, y me quede pensando en el sacrificio de esa gente en esa cola por cuatro paquetes nada mas. Me preocupe, las elecciones eran al día siguiente. Pero bueno, tenemos 15 % de ventaja en todas las encuestas.

Al otro día, siento la tensión, escucho a Jorge Rodríguez, a golpe de 4 de la tarde, hablar de operación galope o remate (reminiscencia adeca). Veo al Twitter, y la avalancha de los chamos que quieren ver al flaco de presi… Confieso que vi la derrota en la pizarra del estadio con dos out, y  tres y dos en el cierre del noveno. Solo me confortaba la sonrisa de Chávez en el librito del plan de la patria, al cual me aferraba con devoción, la seguridad de que este pueblo pueblo no es malagradecido.

Total, llego Tibisay y anuncio de primero a Maduro, 50 %...nada es mayor a 50%  dije y luego estalle: ¡Nojoda! ¡ganamos!, y abrace a mi esposa y a mi perra. Mis hijos votaron por el que saco 49%.

Pero inmediatamente volvió la preocupación. Se van las rectoras y se queda Vicente Díaz, y este tipo, irresponsable, insensato y loco pone en duda su propio trabajo, pide una auditoria del 100%.
Luego, el colofón de la irresponsabilidad y la insensatez: el berrinche de Cariples Radonski. ¿Cómo alguien que pretende ser presidente de este país no se da cuenta, o al menos intuya, que una palabra suya bastara para matar?.

La ventaja perdida por el chavismo fue de 4,3 % y el crecimiento de la oposición fue de 4,3 % es decir la brecha respecto al 7 de Octubre fue reducida de 10 a 2 % . Los casi 700 mil votos arrebatados son el botin de una estrategia electoral que escondió alimentos, saboteo la economía, saboteó al sistema eléctrico y promovió una xenofobia arcaica. Pero los 7 millones 500 mil votos para el Chavismo es un voto duro, legitimo y leal.

Me dolieron los chichones de hace 11 años atrás, no me los dí, no estoy loco hoy, sino porque me di cuenta de que otra vez trataron de hacerme claudicar, y no me lo permití. Yo voté por Chávez, votando por Nicolás Maduro. ¡ A trabajar, y a castigar, mano dura Nicolás.!

manuelgragirena1@gmail.com



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Manuel Salvador Gragirena Flores

Profesor Universitario. Ingeniero Electricista. Especialista en Telecomunicaciones. Diploma de Estudios Avanzados en Educación. Ex Sidorista

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