Cuando los Ángeles lloran lloverá

Los Ángeles deben estar deshidratados, de tanto llorar porque el mundo entero se esta inundando de tanta agua que cae del cielo, ¿Pero como no van a llorar los ángeles si estamos acabando con el planeta?

Si no lloran de tristeza e impotencia lo hacen por la enorme irritación que el dióxido de carbono que emitimos directamente al cielo debe estar acabando con los ojos que tan nobles seres, cuya misión es mirar para acá abajo eternamente y acompañarnos en nuestros desvelos.

Ayer fue el día de la tierra; ¿que hicimos por el planeta, solo ayer, a manera de regalo?, ¿apagamos las luces? ¿Apagamos el aire acondicionado? ¿Dejamos el vehículo guardado y caminamos un poco? ¿Sembramos un árbol? ¿Regamos alguna planta? ¿Qué hicimos por el planeta ayer?

Cuando lo ángeles lloran deberían brotar flores y árboles frutales, mas no es así; el hombre no respeta ni siquiera el llanto de los ángeles y sordo, ciego y bruto aprovecha los diluvios para fabricar y vender mas paraguas, para fabricar y vender techos impermeables, para fabricar y vender autopistas.

El hombre sigue destruyendo los bosques en pro del “progreso” y aunque seres titánicos como “Chico Méndez” en Brasil hicieron ruido momentáneo, el ruido del arma portadora de la bala asesina, el ruido de las maquinarias pesadas y el ruido de la maquina cuenta billetes fueron mas poderosos.

Chico Méndez fue uno de los tantos apóstoles que hicieron llorar a los ángeles, quienes al ver la increíble maldad el hombre que cobra vidas y destruye mundos solo optan por llorar ¿Qué mas pueden hacer?.

Allá en la selva de Brasil quedaron los días de los “empates” (cadenas humanas que impedían el paso de las maquinas para la construcción de la carretera transamazonica) con que Méndez impedía la destrucción de la selva; atrás quedaron las “reservas de extracción” de propiedad pública, planteadas por Chico Méndez, en las que la población que vivía de la recolección del caucho, nueces, fibra y frutas podía continuar con su sistema de vida.

La Selva amazónica fue dando paso a la autopista amazónica con la destrucción de una buena parte de la reserva de árboles mas grandes del planeta; no solo se destruyó la línea de la proyectada carretera sino el entorno en general, los indios que habitaban todo el perímetro fueron exterminados o desalojados creando hambrunas y migraciones en las que estos individuos acostumbrados a una forma de vida se vieron desprovistos de los mas elementales conocimientos para sobrevivir en poblaciones “rurales”. (Sólo los nambiqwara, por poner una de las tribus, se redujeron de 20.000 a unos 650 después del trazado de la BR-364)

Al igual que el famoso ferrocarril Norteamericano, aquí en la selva amazónica también aparecieron los ganaderos y extensiones enormes de bosques de caucho fueron invadidos por reses venidas de la India y que tenían como propósito ser convertidas después del engorde en carne barata para la línea de hamburguesas de Mr. Mc Donalds.

La muerte de Chico Méndez puso a los ángeles a llorar y aun no cesan de hacerlo, porque millones de “Chicos Méndez” reencarnados en árboles, peces, animales, hombres, siguen cayendo cada día, asesinados por las balas, las bombas, las emisiones toxicas, los deshielos y el ensordecedor y criminal ruido de las maquinas cuenta billetes.

Ayer se celebró el día de la tierra, ¿Qué hicieron las grandes corporaciones por nosotros ayer? ¿Qué hicimos nosotros por nosotros ayer?.

¿Porque no retomamos los “empates” y cadenas de humanos salimos a decir alto al desenfrenado “avance del progreso” que nos esta llevando a la destrucción?...ahora que estuvo de moda la frase “si podemos” “Yes we Can” ¿porque no la usamos cual boomerang y se las restregamos en la cara a los poderosos y les hacemos ver que nosotros también podemos?

Chico Méndez fue uno solo y su pulso no le tembló para ir al Banco Mundial y al BID y al senado norteamericano a protestar y a hacerles ver que no podían seguir financiando la destrucción del planeta; Chico Méndez se crió en la selva, aprendió a leer y a escribir gracias a un comunista que estaba escondido en la aldea donde el nació (que suerte de que el que estaba escondido era un comunista y no un banquero) es decir, Chico Méndez fue un campesino de lo mas recóndito de la selva amazónica y logró salvar mas de un millón y medio de hectáreas de bosque; ¿porque nosotros con los conocimientos y alcances de las tecnologías modernas no somos capaces de salvar el jardín de nuestra casa? (bueno los que tienen la fortuna de tener jardín en su casa o por lo menos cerca de ella).

Recordemos a los apóstoles como Chico Méndez con acciones no con flores ni medallas; hagamos honor a sus palabras premonitoria un mes antes de morir asesinado: “se que voy a morir, cuando eso suceda no me lleven flores porque seguro que tendrán que arrancarlas a alguna planta, Sólo quiero que mi muerte sirva para acabar con la impunidad de los matones que cuentan con la protección de la policía de Acre y que desde 1975 han matado en la zona rural a más de 50 personas como yo, líderes seringueiros empeñados en salvar la selva amazónica y en demostrar que el progreso sin destrucción es posible” .

Si seguimos así los Ángeles no pararan de llorar, pues ya no lo hacen por los apóstoles caídos, lo hacen por la indiferencia de los que seguimos aquí como sonámbulos dejando la maldad progresar y mirando al cielo en suplica de la intervención divina, un día de estos los ángeles se van a cansar de llorar por el planeta, se van a cansar de sentir lastima por nosotros y ya verán lo que nos van a mandar desde lo alto.

Salvemos al planeta, antes de que los ángeles se cansen y dejen de llorar, empecemos por nuestra casa y nuestro entorno; si cada uno de nosotros pone orden en su entorno inmediato todo podrá recuperarse, todo podrá salvarse, hagámoslo antes de que sea demasiado tarde, sino pasaremos siglos tratando de limpiar lo que quedaría de nuestra amada tierra cuando los ángeles dejen de llorar.

oscarajimenezr@gmail.com


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Oscar A. Jimenez R.


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