¿Qué posibilidad hay de que Bukele revise los expedientes de los deportados presos en su mega cárcel y libere a los inocentes de delitos (cometidos dentro y fuera de EEUU)? Igual, ¿qué posibilidad hay de que Maduro libere presos políticos de sus cárceles luego de ser sometidos a un juicio justo, o libere inocentes de acusaciones sin pruebas? Frente a la ley, estos procedimientos son ilegales, no hay juicios ni sentencias ni la posibilidad de que se hagan acordes a alguna ley; cuando mucho se usa la cárcel por presunción, pero sobre todo están presos como un método de chantaje, de presión política, como moneda de cambio. Está claro que los dos gobiernos comparten un mismo ánimo, aunque con distintas motivaciones.
Siendo así, el intercambio que propone Bukele, más allá de la inmoralidad de mercantilizar a seres humanos presos, parece razonable: secuestrados por Trump y Bukele por secuestrados por Maduro. Por lo menos así tendríamos a TODOS liberados de sus carceleros trogloditas e hipócritas. Una solución pragmática, pero ellos, los presos y sus familias, ganan tiempo de calidad en sus vidas, para la reflexión, para sopesar mejor el riesgo político que supone vivir en libertad.
En el universo capitalista la inmoralidad de negociar con seres humanos no tiene remedio, a estas alturas ya es inevitable que se haga, mientras los afectados y las sociedades no se indignen y lo permitan sin protestar. Frente a esta extravagancia del mercado capitalista lo que queda es cambiar el sistema, luchar, protestar, presionar desde la calle en contra del sistema mercantil capitalista para acabar, como sea, con el desprecio por los seres humanos y el desprecio por el humanismo, de aquellos que ponen por encima de la humanidad la codicia, el lucro, las razones del capital y su fría mecánica (el "desarrollo de las fuerzas productivas", sin propósitos sociales y de desarrollo humano claros).
Sin ley no hay un mínimo de justicia, y sin ese mínimo de justicia no hay libertades civiles. No se puede vivir en un estado de angustia e incertidumbre, sin saber en qué momento cualquier funcionario, armado o no, te acusa y te encarcela a capricho, como quien encuentra en la calle un reloj de oro. Los presos sin juicios son una moneda de cambio tan valiosos para el gobierno como lo es la extorsión a viejos, jóvenes, mujeres y distraídos, por parte de la GNB, policías municipales y nacionales, que con sus “chapas” y su “autoridad” adquieren una licencia para robar o redondear sus sueldos a costa de los más pendejos. Sin instituciones claras, sin un Estado definido, todo vale; es decir, como la ley no obliga, obliga la fuerza. La gente de “a pie”, los pendejos que no conocemos a nadie en el gobierno, ahora somos moneda de cambio para el poder, avalado desde algún escalafón de gobierno.
Para juzgar y condenar la propuesta de Bukele hay que tener autoridad moral, y el gobierno de Maduro no la tiene. Para exigir una lista de presos en El Salvador y su fe de vida hay que mostrar a los venezolanos afectados una lista de presos, por razones políticas, en Venezuela (acusados de terroristas, incitación al odio, traición a la patria, etc.), su fe de vida y el estado de sus causas; si cuentan con defensores, pruebas, juicios públicos (no sumariales), etc. En resumen, se trata de "secuestrados" contra "secuestrados". Para nosotros sería justo que todos estuvieran en libertad ahora. La vida del preso es demasiado humillante e inhumana, pero más cuando la privación de la libertad desborda los motivos de lo que se lo acusa al preso o simplemente cuando es inocente. Presos sin juicios, abundan en este país, nadie lo puede negar.
Sería bueno que liberaran a todos los presos, pero Maduro se pone por encima de la inmoralidad mercantilista de Bukele al querer canjear seres humanos, tiene su consciencia tranquila con su propia inmoralidad, la que liberó a Alex Saab (el secreto mejor guardado de este gobierno) por treinta presos, monedas de carne y hueso, secuestrados en Venezuela esperando por la oportunidad para ser canjeados, por oportunistas…. ¡Bendita hipocresía!
