En más de una oportunidad y a través de Aporrea, he planteado mi interés por saber qué está pasando en las 264 alcaldías del país que son roja rojita. He sugerido la necesidad de apoyar y vigilar estas gestiones porque soy de la idea, que el desarrollo (bueno o malo) en estos niveles de gobiernos, es un acontecimiento para impulsar o bloquear el proceso revolucionario. La angustia no se han disipado, porque a pesar de haberse creado una importante herramienta (la contraloría) para apoyar y vigilar la acción de los gobiernos en su diferentes niveles; la contraloría social anda por ahí realenga, ociosa y casi sin ninguna posibilidades de aplicación. Tengo la ligera impresión también, que el PSUV no tiene una línea de trabajo para asegurarse que los gobiernos municipales sean factores impulsores de los lineamientos contenidos en el Proyecto Nacional Simón Bolívar”
No dispongo de referencias para decir que las gestiones en estas 264 alcaldías son buenas, regulares o malas, pero es bueno preocuparse para ver si también nos ocupamos oportunamente. Mis referencias son escasas, así pues, que soy responsable de las posibles especulaciones que seguidamente paso analizar para irme sacando esta angustia y ver si otros quieren cargarlas.
En un trabajo anterior comenté los procedimientos que se utilizan en el Municipio Sotillo del Estado Anzoátegui para conducir la gestión: Puño y silletazo limpio. No insisto en ese caso; tomo ahora el del Municipio Peñalver (Puerto Píritu) del Anzoátegui, porque en el momento que escribo esta nota se desarrolla en ese municipio una huelga de hambre con varios días por una deuda sin cancelar que la Alcaldía tiene con los trabajadores. El pago de esta deuda en uno de los nudos críticos de una gestión con ausencia total de horizontes y objetivos, pero que tienen otros asuntos muy complicados
En el caso de esta Alcaldía, si alguien intenta hacer un registro de las personas que se han desempeñado como director; el registro nos colocaría frente a un record nacional e internacional, porque la frecuencia con que suceden las rotaciones es impresionante. Hay directores(as) que han tenido un largo tiempo en sus funciones y decir largo tiempo en la Alcaldía de Peñalver, es pensar en 8 horas. Antes de cumplirse en ese tiempo, es muy probable que el funcionario le llegue una bajita, sutil y silenciosa voz diciéndole (muy educadamente) “estas botado”. Ese elevado nivel de rotación de personal es probablemente un síntoma de un grave mal, que puede hacer metástasis muy pronto y en vez de sumar al proyecto bolivariano, promueva una operación de sustracción. No es lo que se busca en estos casos; la idea es que cada gestión municipal sea tan buena y humana que la suma al proyecto bolivariano sea una suma automática.
Este sábado 17/04/2010 aparecieron dos notas en el Diario Vea, informando sobre la memoria y cuenta presentada por la Alcaldesa del Municipio Brión del Estado Miranda y la Alcaldesa del Municipio Bolívar (Mariguitar) del estado Sucre. No hay en esas dos informaciones elementos y referencias para ofrecer una opinión debidamente sustentada, pero las dos notas tienen sus respectivos elementos para “mirar” el asunto y comprender cómo es la dinámica de la gestión. Apuesto, pero me gustaría perder, que en estas tres Alcaldías no existe un plan de gobierno municipal, pero tiene una Ordenanza de Presupuesto de Ingreso y Gastos. Apuesto también a que la gestión en estas tres Alcaldías; la “gestión” se desarrolla en el marco tradicional de lo que era (y es) la IV República que todavía anda ociosa y bonachona por las Alcaldías de Venezuela.
¿Por qué hago la apuesta?
En primer lugar, porque casi toda la normativa generada por el proceso a través de importantes instrumentos coloca el asunto de la gestión en los resultados[1]. En segundo lugar, el sentido común me indica que si voy a informar a las ciudadanas y ciudadanos sobre una gestión o mi gestión, no debo centrarme en datos de procesos, sino en el resultados de esos procesos y en tercer lugar, porque las notas dicen y dicen y finalmente no dicen nada o en el mejor de los casos, informan de los que gastaron y el gasto no es un resultado es un medio para lograr buenos resultados. La nota de la alcaldesa de Brión precisa esta información: 1) “Más de 38 millones invertidos en obras de infraestructura, sociales y de seguridad”, 2) “mayor logro fue la seguridad” 3) “Destaca los aportes que durante el 2009 se entregó a los sectores deporte, cultura, turismo y recreación y 4) Se atendió a 27.770 ciudadanos. Pensando en que lo clave son los resultados, es bueno decir cuántas obras de infraestructura se culminaron, pero es mucho mejor aun, precisar el impacto de esas obras. Decir por ejemplo, cuántos niños están ahora disfrutando cómoda y plenamente su derecho al estudio. No basta decir se atendieron 27.770 ciudadanos, es mucho más importante informar qué tipo de atención y cómo los ciudadanos que fueron atendidos con créditos (por ejemplo) salieron del mapa de la pobreza y cuántos ya están próximo a salir de ese trauma. Así preciso cuánto gasté, qué hice y los resultados: Efectos e impactos.
En el caso de Mariguitar en el estado Sucre, la nota en cuestión precisa de logros que no aparecen y si lo sustantivo en una política informativa, es destacar los logros, no se entienden las rozones por la cuales no se dieron a conocer cuáles fueron esos logros. En este caso y como dice un amigo en la oficina donde actualmente trabajo; el informe suena a pura charla porque no se ven ni anuncian los resultados. Claro, la nota dice que la Alcaldía pagó deudas con CORPOLEC, CANTV y el Seguro. Eso está muy bien, pero la Alcaldía no fue creada e inventada para pagar empleo y pagar deuda. El pago de los funcionarios y el pago de servicio (insumos) es un medio para lograr resultados.
[1] Puede verse los artículos: 6, 18, 19 y 121 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Administración Publica y el artículo 2 del Reglamento N° 1 de la LOAFSP.
