¡Cuidado con los consensos!

El término de revolución nos ubica en un proceso donde hay un cambio radical de una estructura socio política por otra totalmente distinta a la sustituida; es por ello que resulta peligroso para los fines de este proceso que derrumba paradigmas establecidos y erige otro distinto que puede ser la alternativa al modelo sustituido; y decimos que puede ser, porque por ser inédito la nueva propuesta aun no constata en las primeras de cambio lo positivo de su resultado final.

Ese ha sido el eterno dilema de los procesos revolucionarios que, ante la temeridad de lo desconocido y las consecuencias desgarradoras que produce al principio la revolución, aparecen los sectores intermediarios para buscar consensos entre las partes en conflicto. Si contra algo deben estar claros nuestros camaradas de lucha, es estar conscientes de la lucha ideológica que debemos enfrentar contra el pensamiento conservador y pequeño burgués de muchos camaradas, que ansían vivir sobre un piso seguro y confortable, aunque el entorno mayoritario no lo disfrute, y por ello, tal vez sin estar atentos, sacrificar lo que sea para "acortar los tiempos del desgarramiento doloroso inicial del proceso revolucionario propuesto.

Esa es la fortaleza de quienes proponen consensos, aunque la dialéctica niegue el beneficio histórico de los mismos; si no repasemos quienes lamentablemente creyeron en los mismos para atenuar las críticas internas del proceso que lideraban. En nuestra tierra tenemos el caso del general Ezequiel Zamora, asesinado traicioneramente cuando creyó que asistía a un acto para el cese del conflicto venezolano; Emiliano Zapata en México cuando cedió su posición para buscar el consenso, o el caso de Julio Cesar Sandino, igualmente asesinado por el dictador Anastacio Somoza, al asistir a una reunión conciliadora propuesta para terminar la guerra civil nicaragüense; ellos cedieron inocentemente a la prédica conciliatoria con una élite derechista, que no estaba, ni estará dispuesta a ceder las imposiciones populares.

Es altamente peligroso ceder posiciones ante el modelo neoliberal "que no termina de morir, pero que tampoco termina de nacer el nuevo propuesto". Mayoritariamente aspiramos vivir en paz y con las garantías requeridas para desarrollarnos armónicamente, por eso luchamos y por eso nos sacrificamos, pero no caigamos en las falsas expectativas que puedan provenir dentro del mismo proceso, de actores que solo pueden querer disfrutar las posiciones logradas para ellos de manera individual, sacrificando el objetivo inicial y final propuestos por el mismo comandante eterno Hugo Chávez Frías para el logro de un estado socialista y humanista. La derecha local no entiende de convivencias entre iguales, ellos aspiran dominio absoluto utilizando el doble discurso; utilizando la embriaguez política para solapar sus ambiciones particulares; de esto, como contramedida, si al dialogo, pero con peticiones concretas para que ellos depongan y rechacen públicamente la violencia paraco militar; acepten el poder constituido en libres y democráticos comicios, respeto a la Constitución Bolivariana sin dobles discursos; y el cese de la guerra económica criminal impuesta por los poderes fácticos. Las condiciones para una paz duradera no deben sacrificar los logros sociales alcanzados por el proceso revolucionario y mucho menos atentar contra nuestra soberanía nacional y sus riquezas naturales.

No será fácil, porque aparecerán como siempre los interesados en pescar en aguas revueltas, ofreciéndose como salvadores, con ropajes y mantos de inocencia; de estos "salvadores" que también se anotan a los consensos debemos tenerles cuidado, porque son precisamente quienes alcanzaron altas posiciones en el seno del proceso para después negociarlas en pro de sus ambiciones particulares. El gobierno siempre ha mostrado disposición al dialogo, es su deber y así lo ha hecho, pero esto no debe suponer en ningún modo disolver "para mejores momentos" las tareas para su consolidación como proceso humanista, donde todos caben y todos pueden participar.

hernandezarmashenry@gmail.com



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Henry Hernández Armas

Analista social, experto en Imagen Corporativa, Relaciones Públicas, Estudios Sociales.

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