La ideología permite
tener una idea de la vida, de la sociedad, del individuo y en consecuencia
nos sirve para la comprensión y transformación del mundo. Los
revolucionarios deben comportarse en su vida diaria y social según
su ideología. Eso les permitirá sobrevivir. De esta manera permanecen
las clases sociales.
La ideología marxista contiene una multitud de ideas filosóficas, sociales y políticas científicas. Pero también tiene una esencia, un corazón que le permite su evolución permanente. Es un centro de percepción, registro e interpretación del movimiento continuo de la vida, que luego traduce al idioma de las teorías para beneficio de la práctica. Estamos hablando de la dialéctica. La dialéctica es la única parte de la ideología marxista que tiene la capacidad de evolucionarla y de evolucionar al individuo o sociedad que la profesa. He aquí la fuerza que permite el auto movimiento y desarrollo de la ideología marxista para estar en evolución indisoluble a su práctica.
De esta manera, la dialéctica es la esencia espiritual de la ideología marxista. Es el alma que engendra y mantiene sus teorías, que representan los órganos de su cuerpo. Sin la aplicación de la dialéctica la conciencia humana sólo tendría una colección de ideas como piedras brillantes dentro de un estante en el museo de la mente. Seríamos seres esencialmente dogmáticos sin la capacidad del conocimiento creativo.
La dialéctica marxista sólo exige una capacidad específica para usarla con propiedad, para darle vida a todo el funcionamiento interno de la ideología que a su vez permite la interpretación y la transformación de la realidad de manera científica. Esta capacidad que se requiere para el uso de la dialéctica es un alto nivel moral, capaz de superar lo absoluto de la lucha de contrarios y reconocer su unidad como algo también absoluto en la conciencia. Supera la óptica de la eternidad de la lucha de los contrarios y permite ver la eternidad de la unidad de ellos.
La dialéctica permitió ordenar el mundo material en la conciencia humana y por esta característica es creativa. En el materialismo dialéctico conseguimos el ordenamiento de la sociedad. En lo natural podemos remitirnos al libro “Dialéctica de la Naturaleza” de Engels. En las ciencias sociales como en la economía política, Marx demostró en su obra “El Capital”, el movimiento del modo de producción capitalista y sus leyes, teniendo como hilo conductor en su vastísimo laberinto, a la dialéctica. Lenin quiso en su breve trabajo “Entorno a la Dialéctica” iniciar el estudio de la dialéctica contemporánea, con la cual pudo ordenar los fenómenos para el momento histórico en una teoría de la Revolución y del partido, con lo que enriqueció la ideología marxista. Así logró utilizando la dialéctica, crear algo que no existía en el orden lógico de la conciencia humana, pero que ya existía en la realidad.
En nuestros días se le plantea a la revolución bolivariana la creación permanente, el ordenamiento de los fenómenos y la descripción de sus leyes para poder avanzar. La herramienta imprescindible para esta labor está en la dialéctica marxista y en el individuo que la empuña.
Ahora bien, el comportamiento de la ideología marxista se debate constantemente entre su dogma y su creación, entre sus leyes fijas en el manual y la generación y regeneración de sus teorías. Recordemos, todo está en permanente cambio y la ideología marxista no escapa a esta suprema ley.
La ideología marxista como dogma tiene sus momentos históricos. Su accionar dogmático le permite subsistir, sobrevivir a los embates de las ideología adversa. En esos momentos la ideología marxista se polariza por la lucha absoluta de los contrarios y desconoce casi en su totalidad su parte creativa, la aplicación de la dialéctica. Esto ocurre en épocas de reacción fascistas, cuando la lucha de clases entra en más furor. En estas circunstancias los partidos y movimientos obreros revolucionarios se mantienen firme en el dogma y conducen a la ideología marxista hasta el inicio de la revolución social, frente a las dictaduras de ultraderecha.
En nuestro caso, en la revolución bolivariana, que no es una dictadura, el papel de creativo de la ideología marxista, su dialéctica, se activa promoviendo la creación necesaria para el ordenamiento, transformación y generación de teorías que ayudan al avance material y espiritual de la sociedad en revolución. Esto, sin que el elemento dogmático desaparezca.
Por eso nos puede parecer
muy extraño, pero es realmente científico, que la República Popular
China, siendo una república socialista, haya puesto a trabajar para
su sociedad a la maquinaria capitalista internacional. O utilizando
un caso más cercano, como fue el encuentro del presidente Chávez con
su homologo colombiano.
(11agosto2010)