La política de colaboración de clases del gobierno

Amnistía y liberación de precios: dos caras de la misma moneda

Este fin de año y comienzo del 2008, no sólo nos trajo la más alta inflación de los últimos cuatro años, y un Bolívar Fuerte, que de “fuerte” sólo tiene el nombre -sobre todo por el breve tiempo que permanece en los bolsillos de los trabajadores y el pueblo venezolano- también nos trajo dos nefastas noticias que son dos caras de la misma moneda: la política de colaboración de clases del gobierno.

Primero el 28 de diciembre, el ministro Rodrigo Cabezas hizo caer por inocentes a todos los venezolanos, anunciando el aumento del azúcar, medida que se unía al aumento previamente decretado de la leche, por cierto, absolutamente desaparecida de los mercados. Pero la noticia no se quedaba allí, el gobierno nacional, por boca del ministro de Finanzas, anunciaba también muy de bajo perfil, algo que pasó desapercibido para mucha gente, el desmontaje progresivo del control de precios, informando que 400 productos regulados es demasiado, y que se reducirán a tan sólo 20 productos de la dieta básica. De esta forma se premiaba a los empresarios acaparadores, que han propiciado el desabastecimiento, como medida de presión para lograr la eliminación del control de precios. Bueno, lo lograron, el gobierno nuevamente cede a sus presiones y ahora les da un excelente regalo de Navidad y año nuevo. Por supuesto, si es regalo para los empresarios y patronos es calamidad para el pueblo y los trabajadores.

Pero la cosa no termina allí. El 31 de diciembre el propio Presidente de la República nos dio la otra mala noticia de fin de año a la que nos referimos al comienzo. El país se despertó el 1 de enero del 2008 con un balde de agua fría. Ahora el gobierno anunciaba un decreto de “amnistía” para los golpistas y asesinos del pueblo que dieron el golpe de abril y que sabotearon nuestra empresa petrolera, y paralizaron criminalmente toda la industria y los servicios. Con esta nefasta medida, no consultada con nadie, el gobierno legaliza la impunidad que ha reinado en el país durante los últimos seis años de proceso revolucionario.

No hay sorpresa: el gobierno de Chávez siempre ha buscado dialogar con la burguesía

En primer lugar, la eliminación del control de precios y la drástica reducción de los productos regulados, no tiene que sorprender a nadie. La política del gobierno del presidente Chávez hasta ahora, en materia de precios, ha sido ceder reiteradamente ante las presiones del empresariado y los comerciantes. A lo largo de los últimos 8 años, la tónica ha sido que la burguesía presiona propiciando el desabastecimiento, a lo que inmediatamente el gobierno responde aumentando o liberando los precios de algunos productos. Ahora el gobierno va más lejos, y anuncia el desmontaje progresivo del control de precios, como forma de satisfacer las presiones empresariales.

Tampoco hay que sorprenderse por el decreto de amnistía a los golpistas. Desde el principio este gobierno ha mostrado su cara de conciliación de clases y su disposición a negociar y entenderse con la burguesía. En ese sentido, el decreto de amnistía no es más que la continuación del tristemente célebre Cristo con el que pareció Chávez después del golpe y de ser rescatado por la movilización popular; es continuación de la Virgen aquella que se encontraba a su espalda mientras se dirigía al país después del referéndum del 2004; es la saga de las mesas de diálogo que el gobierno montó para negociar con la burguesía después del golpe del 2002 y después de finalizado el paro-sabotaje petrolero. Una y otra vez este gobierno ha dado muestras de debilidad y de disposición a dialogar y negociar con la burguesía, de allí que este decreto de amnistía no debe sorprender a nadie, como tampoco nadie puede sorprenderse por la liberación de precios que anuncia el ministro Cabezas.

En lugar de expropiar a los desabastecedores y acaparadores, el gobierno les concede lo que exigen. En vez de castigar severamente a los golpistas, criminales y saboteadores, el gobierno, una y otra vez, llama al diálogo y ahora les concede una amnistía en un país donde lo que ha prevalecido es la más abyecta y grosera impunidad.   

¿Pero por qué decimos que ambas decisiones son dos caras de la misma moneda?   

Efectivamente, ambas medidas son parte de la misma política de colaboración de clases del gobierno. Un gobierno que no quiere romper con el capital, y esto lo demuestra todos los días, con las empresas mixtas que pretendía elevar a rango constitucional con la reforma, convirtiendo de esta forma a las transnacionales en socias del negocio petrolero; haciéndose el loco ante los trabajadores que han tomado empresas y las han puesto producir, como es el caso de Sanitarios Maracay, la planta de tratamiento de desechos sólidos en Mérida, o ULA TV, o diciendo que no expropia a Parmalat porque no es estratégica, imagínense semejante barbaridad en un país donde las madres no consiguen leche para darle a sus hijos.

Tanto la eliminación del control de precios, en el terreno económico, como la amnistía en el ámbito político, son puentes con alfombra roja que el gobierno le tiende a la oligarquía ante las exigencias de reconciliación y diálogo planteada por esta después del referéndum del 2 de diciembre. El gobierno unilateralmente, sin consultar con el pueblo y los trabajadores, le envía mensajes de entendimiento a la burguesía, al imperialismo y a sus partidos. Nuevamente, como en el pasado reciente, muestra su rostro de conciliación y colaboración con los enemigos de clase, con los empresarios que pararon el país, con los criminales que sabotearon PDVSA, con los fascistas que dieron el golpe y asesinaron a cientos de venezolanos, con los güarimberos proimperialistas, que han estado dispuestos a realizar cualquier acción violenta en su afán de liquidar el proceso revolucionario.

Esas argumentaciones absurdas de algunos sectores chavistas de uña en el rabo, acríticos, que sólo ven a través de los ojos del comandante, según las cuales se trata de un movimiento ultratáctico del Presidente, resultan completamente disparatadas y fuera de lugar, ante el hecho cierto que el gobierno con estas medidas sólo busca negociar con los enemigos del proceso revolucionario.

El presidente Chávez habla una y otra vez de socialismo, de socialismo del siglo XXI, de trascender el capitalismo, pero esto es imposible mientras se siga durmiendo con el enemigo. La reforma constitucional, incluso, fue presentada por la propaganda oficial como una supuesta vía al socialismo, sin embargo, lo cierto es que este gobierno no quiere romper con el capital, única forma real y efectiva de comenzar a construir el socialismo. Por el contrario, el gobierno siempre ha intentado encontrar sectores de la burguesía con los cuales poder entenderse. Han buscado desesperadamente algún burgués “patriota” o nacionalista, rara especie a hace rato extinguida. Y ya han encontrado algunos, no muy patriotas que se diga pero sí bastante poderosos, como Cudemus, Vollmer, Zarikian, los dueños del BOD y de Fondo Común, los Mendoza, abastecedores satisfechos de Mercal, amén de los “boliburgueses” que se han enriquecido a la sombra del Estado y de los cuantiosos recursos petroleros. Precisamente, tanto la liberación de precios anunciada, como la amnistía decretada, van en esa dirección, la de la conciliación y colaboración de clases, pero esa no es precisamente la vía al socialismo sin patronos, burócratas ni corruptos.          

Este “socialismo” que pregona el presidente Chávez es un engaño, atrapado en la política de colaboración de clases de su gobierno, que conduce al desastre a nuestro proceso revolucionario.

Hay que organizarse y movilizarse contra estas medidas

Ante estos anuncios negativos para el pueblo y los trabajadores, y para la salud del proceso revolucionario, debemos organizarnos para enfrentarlos mediante la movilización. Las organizaciones sindicales clasistas, las organizaciones campesinas y populares, la Asociación de Víctimas del Golpe, deben realizar actos de rechazo a la amnistía y a la impunidad, así como contra los aumentos de precios, y exigiendo un aumento general de sueldos y salarios y la escala móvil de salarios para enfrentar la inflación, que seguramente se incrementará con estas nuevas medidas gubernamentales.

Por un Partido de los Trabajadores independiente del gobierno y los patronos

Este año que comienza será de muchas luchas contra las consecuencias que la colaboración de clases del gobierno tendrá en el terreno concreto y en la vida cotidiana de los trabajadores, de allí que además de luchar por las reivindicaciones inmediatas y contra la impunidad, los trabajadores y el pueblo pobre y explotado deben organizarse políticamente en un Partido de los Trabajadores, democrático, revolucionario, clasista e independiente del gobierno y los patronos que luche mediante la movilización obrera y popular por el genuino socialismo y un Gobierno de los Trabajadores y el Pueblo.

Miguel Angel Hernández
Movimiento por un Partido de los Trabajadores
miguelaha2003@yahoo.com


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Miguel Angel Hernández

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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