El pensamiento subversivo se escribe dónde y cómo sea. Criticando en un cafetín

Toby Valderrama merece respeto. No es bueno se haga madurista, pero si que madure

"No hace mucho", como se suele decir coloquialmente, hace pocas horas, Toby Valderrama, escribió un artículo titulado "Atacar al ministro Rafael Ramírez", en el cual dice "Así se explica la avalancha de agresiones a Ramírez, cualquier madurista va a la televisión y no puede atacar a Chávez, pero lo hace con su Ministro estrella; no puede hablar contra la gestión de Chávez, pero lo hace contra la gestión de Ramírez en la PDVSA, roja rojita."

https://www.aporrea.org/actualidad/a313465.html

Evidentemente se refiere a las declaraciones de un dirigente sindical del PSUV, quien acusó al PCV de ser financiado por Ramírez, las que por cierto, este partido descartó y calificó de "infundadas y falaces acusaciones". Evidentemente, al PCV, no le gustó para nada le asociasen a Ramírez, dado el grado del tono del reclamo, como demasiado enfático y hasta disgustado.

https://www.aporrea.org/ideologia/n374662.html

Últimamente, afectado por razones íntimas, dolorosas, como la muerte repentina de mi compañera, he optado por hacer uso de mi inventario o archivo; una reserva de más de 50 años escribiendo, lo que me permite demostrar mi coherencia. Y entre lo que he escrito, aparece en buena medida, dado lo que significa y el corto tiempo que fue figura relevante, el ex ministro Ramírez.

Recuerdo que recientemente muerto el presidente Chávez, escribí un trabajo en el cual predije el fin de Ramírez, tanto que acerté hasta en lo de ser nombrado Canciller o representante en una delegación diplomática importante, lo fue en la ONU, mientras le daban, como decimos los orientales, "el palo cochinero", preparado aprovechando su "ausencia o lejanía".

Predije eso, mucho antes que Jorge Giordani me dijese que, en los últimos días de Chávez, recluido éste en una clínica de La Habana y al final en el Hospital Militar de Caracas, aparte de sus familiares más cercanos, los únicos que a él tenían acceso eran Ramírez, a quien Valderrama llama "su ministro estrella" y Nicolás Maduro, entonces Vicepresidente.

Predije aquello por algo que entonces era evidente y ahora cualquiera sabe, como que la estrategia petrolera en la cual Ramírez metió a Chávez, jugándose el todo en la Faja Petrolífera del Orinoco, cerrando casi todos los pozos de petróleo liviano donde hay del combustible por años, tanto que ahora se hace necesario reabrirlos, pero bajo una cuantiosa inversión, para la que el Estado no cuenta con los recursos, lo que los expertos petroleros no han dudado en calificar un error garrafal, premeditado y hasta estratégico, atendiendo a razones "inexplicables" o misteriosas .

Es obvio que Maduro, por el rango que ocupaba en el Estado, como Chávez, tiene también "su vela en ese entierro", pero de segundo orden, dada su ignorancia sobre esos asuntos, no ser aquello de su competencia, estrictamente hablando y la obediencia suya ante el presidente, conducta de la cual siempre se ha sentido orgullos y teniendo además necesidad de fortalecer su piso político, lo que ocupaba toda su atención, por lo que llegó a aquel nivel, pudo defenestrar al ex ministro "estrella", quien aparte de la corte de gerentes petroleros que le seguían y unos pocos solidarios con él, ajenos a ese mundo, por cierto muy bien tomados en cuenta y sobre todo exaltados de distintas maneras, careció de fuerza en las bases, hasta entre los mismos trabajadores petroleros, para sustentarse.

Para reforzar lo relativo a la gestión gerencial de Ramírez, leamos lo que dice Einstein Millán Arcia, entre lo tanto que sobre eso se ha escrito y quien no tiene un ápice de "madurista", "La esencia de la plena soberanía petrolera fue un vil engaño de Rafael Ramírez a la nación. Mientras en teoría la FPO aumentaba producción desde 577,000 BPD en 2006 hasta 1,320,000 BPD en 2015, las áreas tradicionales perdían producción desde 1,787,000 BPD en 2006 hasta 1,149,000 BPD en 2015".

https://www.aporrea.org/energia/a313501.html

Como dije antes, desde hace cierto tiempo suelo recurrir a mi archivo, para mostrar que antes dije lo mismo que ahora y que, en mi caso, no es valedero pensar que esto que ahora digo y repongo se explique en una supuesta condición de madurista.

Y lo que digo incluye que, así como a la ex fiscal de la República, a quien Maduro, ya muerto Chávez, recordó como aquella "catirita", militante de uno de esos grupos derivados del mismo tronco, que es por casualidad el mismo de Ramírez, en un momento dado marchaba a su lado, en una protesta contra el gobierno de turno, uno posterior al alzamiento del Comandante del "Por ahora", no ha sido tocada "ni con el pétalo de una rosa" por los gringos, también llama la atención no lo hayan hecho con Ramírez y, en casos como estos, uno suele decir, "por algo será".

Pensando en el marco de América Latina, creo que lo primordial es reponer la unidad en nuestro espacio frente al avance del imperialismo, que no retrocede aún, sólo, muta. Pudiera declinar una que otra potencia, pero no el modelo en su conjunto y como antes hubo acuerdos y unificaciones inimaginables entre empresas antes enfrentados por el mercado, pudieran producirse entendimientos entre potencias por la misma razón. Y también es primario reponer todas las fuerzas, unificaciones entre grupos, movimientos y hasta personas dispuestas a ese combate y no perder el tiempo y hasta las buenas oportunidades por anteponer intereses y personas a las cuales "se les acabó su ¼ de hora" o, para decirlo estrictamente a lo venezolano, "se les acabó el carburo".

Dicho lo anterior, repongo el artículo publicado inicialmente en agosto del 2013, en el cual me referí a Toby Valderrama y defendí su derecho a opinar. Con la idea de dejar y dejarle claro que, desconfiar y hasta distanciarse de Ramírez, no es asunto de ser "madurista". Y es bueno que él, Toby, apenas un poco más joven que quien esto escribe, no se haga madurista, pero sí que madure. Se lo dice un viejo amigo; él bien lo sabe, de aquellos tiempos cuando solíamos compartir en los espacios de la UCV.-

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Toby Valderrama merece respeto

Aporrea, 08-2013

Opinar por los medios tiene sus riesgos. Si uno actúa a ultranza o acríticamente en defensa del gobierno, sin verle a éste defectos, errores o fallas, se gana la enemistad y hasta el odio de los opositores y de algún sector partidario de la revolución que espera ayuda para corregir lo que ve defectuoso. Es posible que uno y otro sector piensen que se está "enchufado" en 220; es decir, en dos líneas vivas; se está con el gobierno y se recibe algún estipendio por el apoyo dado a través del trabajo escrito u opinión a través de algún medio. Es esta una actitud natural o una manera de pensar coherente con los ideales del capitalismo. Los imbuidos en las ideas del sistema no conciben la existencia de personas capaces de luchar, trabajar por idea alguna al menos que haya algún beneficio crematístico de por medio.

Si el opinador defiende al gobierno, pero usualmente hace crítica o muestra su inconformidad por el ritmo u orientación del proceso, se convierte en objeto de ataques furiosos del bando opositor y hasta es posible que forme parte de alguna lista negra para "cuando llegue el momento preciso u hora de pasar las facturas"; pero habrá también en el gobierno, quienes se toman las críticas para ellos, de manera personal y hasta simples militantes que de buena fe creen que ese proceder es malo y "da armas al enemigo" y predisponen agresivos contra aquél, el opinador.

En estos días, anunciados los candidatos a alcaldes, por haber criticado de manera sutil, como intento siempre hacerlo, el procedimiento o los procedimientos del Psuv, recibí unos cuantos correos de "camaradas" particularmente disgustados; lo digo así por el contenido de los mismos y la calidad del lenguaje. Por lo formal y el "trasfondo", pues no hubo en ninguno un planteamiento referido al tema mismo, pudiéramos pensar que son opositores y, lo que es peor, enemigos declarados de uno.

En este caso, quienes desde el bando revolucionario, enfilan baterías de alto calibre y las disparan contra camaradas por hacer crítica, también suelen razonar como los capitalistas, diciendo algo parecido a esto:

"Ese lo que está es arrecho porque no lo han nombrado embajador, ministro o no le han puesto dónde pueda coger".

Otros, con simplismo mayor, intentan descalificar la crítica diciendo de quienes las hacen, "saben de toda vaina", lo que significa que para manifestar acuerdo o desacuerdo sobre asuntos de la política, hay que ser sabio; lo que también implica decirle al pueblo que se calle, no piense y sólo actúe. Una posición pues de la derecha extrema.

Pero a veces llegan correos, o como dice una vieja canción, "a veces llegan cartas", diciendo cosas que nos remontan al pasado, quizás quienes las escriben vienen de allá, que dicen como "tú, eres un simple analista, político o crítico de cafetín".

Ahora mismo recibí uno y confieso que me causó mucha gracia. Me reí cuanto pude, aprovechando mi soledad. Reí porque me retrocedió unos cuantos años atrás, a la época de Betancourt y Leoni, cuando los clandestinos, incorporados o no a las guerrillas, criticaban con dureza a quienes utilizaban los cafetines de las Escuelas Universitarias, aprovechando su situación de legalidad e inmunidad de aquellos espacios, para debatir, fijar sus posiciones y hasta hacer críticas "al desarrollo de la guerra".

La crítica en si poco importaba, ni siquiera se procesaba, pues bastaba que no viniese de los espacios "donde se batía el cobre" o se "corrían riesgos", para que fuese desestimada. Pero la desconfianza era algo muy común y compartida; los de un espacio, aparentemente cómodo y "nada riesgoso", también desconfiaban de la crítica de los otros porque "las circunstancias mismas en que se desenvuelven, demasiados azarosas, faltos de información y alejados de los espacios más conflictivos socialmente les crea falsas percepciones". Pero habría que acotar algo, la "tranquilidad o ausencia de peligro" de la ciudad era tan falsa que, cuando alguien "estaba quemado", que en la jerga clandestina significaba estar en la mira de policía y considerado cercado, para salvarle se le enviaba a la guerrilla.

Pero cabe anotar algo curioso, en aquella época para un opuesto al puntofijismo ningún espacio de lucha estaba libre de riesgos y eso es fácil saberlo.

He hecho los comentarios anteriores porque creo que hoy, cuándo y dónde los izquierdistas y revolucionarios, pueden y deben, eso no es malo – es más, sé que lo hacen con demasiada frecuencia – reunirse en un cafetín, tomarse un café, si les place y hacer sus análisis en grupo, no contravienen la moral revolucionaria. Así como que no hay motivos, salvo alguna excepción, todo tiempo y circunstancia lo tiene, algún grupo opte por reunirse en privado o el encierro. Eso sí. No lo creo necesario, que siendo chavista u opositor algún grupo tenga que reunirse clandestinamente o en la montaña, a menos que esté conspirando.

No hago análisis de cafetín o en cafetines, no porque no me guste, sino que por la edad, eso creo yo, perdí esos hábitos. Eso sí, me fundamento en los procederes comunes a cualquier analista. Eso incluye reunirse en grupos y escuchar a la gente.

Días atrás, un analista, humano al fin, que en veces incurre en excesos al referirse a cierta gente, hizo mención de dos personajes; uno de ellos fue el Toby Valderrama. He compartido algunas opiniones de éste, quien por tiempo fue articulista privilegiado de VEA y muy promovido por el gobierno, pero también de sus opiniones he discrepado bastante. Lo sustancial es que siento respeto por lo que dice y le analizo con interés y como lo merece, aun cuando confieso, le percibo como muy ortodoxo para mi gusto. Sin que cometa el sacrilegio de calificar lo que dice no merecedor de tomarlo en cuenta, sobre todo en un momento en que muchos parecemos encandilados.

Pero me volví a reír en mi soledad, no en el cafetín, porque alguien intentando defender al Toby Valderrama de ataques injustificados y que bien sé no se merece, dijo a su favor y en contra de su atacante que aquél "había estado en las guerrillas y éste no".

¡Vaya curiosa manera de darle pertinencia a las ideas!

Todo esto revela que ocuparse de opinar es riesgoso, aunque a uno sólo le vean sentado en un cafetín o detrás de una computadora. Fue igual cuando se escribía con pluma o máquinas de escribir; porque el subversivo gusta escribir sus ideas dónde y cómo sea.

Publicado : 20 de agosto del 2013.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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