De cuentos chinos, “el antiliberalismo” de Trump y ¿los cubanos atrapados en el reformismo?

En la URSS de Stalin, en la China de Mao y en la Cuba de Fidel procedieron de la misma manera. Pues hubo como un manual o plan compartido que germinaría por igual en cualquier parte. Bastaba con abrir un pequeño hoyo en la tierra, dejar caer la semillita, ni siquiera tomarse el trabajo de apuntar bien, regarla por unos pocos días y nacerían millones de flores. Creo que Mao, en uno de sus poemas, hablo de mil solamente. Y este poema, canto a la vida generosa, le convirtieron en una cartilla y hasta cantaleta.

Así pues hasta un cuchitril, una barbería, panadería o cualquier negocio por pequeño que fuese, siendo un "medio de producción", había que estatizarlo, para que los camaradas encargados del Estado, adornasen de prosperidad todo aquello. Es decir, todo había que entregarlo a la iglesia y los sacerdotes que si no sabían nada de eso, estaban en contacto con Dios, quien se encargaría de ponerlos en sintonía con el mundo real. Para esto estaba el gran jefe de turno, con toda la sabiduría y perspicacia para manejar el ritmo de los tiempos y saber qué hacer en cada caso. El pueblo, pese el discurso dijese lo contrario, como de ser participativo y protagónico, sólo debía quedarse quieto y esperar todo, hasta sus bonos.

Pero esa concepción, "ayudada" por la guerra de quienes no quieren al pueblo al frente ni metido en sus asuntos, intereses de clase o negocios y menos disfrutando de igualdad, como los capitalistas, en todos esos países condujo justo a dónde llegó. El Estado no se siente dueño de nada. Sencillamente porque él está impregnado de las concepciones y hasta vicios de quienes le crearon. Quienes acceden a su control tampoco se sienten dueños de los negocios que deben manejar y por eso lo hacen con desidia, conducta burocrática y hasta se los roban. ¡Si esa vaina fracasa se joderán otros! Esa es la razón más frecuente por la cual las empresas estatales quiebran o se hunden en la ruina y el moho. Estúdiese todo lo relativo al montón de empresas del Estado venezolano, fábricas, abastos, fundos, etc., unas creadas por él, otras expropiadas por distintas razones y hasta compradas con todas las de ley, cerradas y hasta pagando nómina y se hallarán los mismos motivos. O mejor el principal motivo, por culpa de la desidia, incompetencia, descuido del Estado, lo que incluye la corrupción y la burocracia.

A esta altura de mi vida, no creo en lo inmediato, ni siquiera a mediano plazo, se pueda construir en sociedad alguna el socialismo al estilo clásico. Esto significa decir que en una donde el Estado sea el propietario de todo, hasta de los cuchitriles, allí no hay socialismo.

Quienes gobiernan en Venezuela saben bien estamos en capitalismo y no es de Estado, sino del de las clases propietarias con muy elevada acumulación, como los Mendoza, y con otra particularidad, una explotación del trabajo, del asalariado, sin límites, hasta cruel. Pero en Venezuela, ya no es Maduro y alguno de sus seguidores solamente quienes hablan de un socialismo en construcción, el que según ellos va como muy avanzado, sino hasta Diosdado. Esta mañana, Vicente Piñate, creo ahora ministro del trabajo, en un programa radial justificaba el proceder de quienes estaban en el gobierno, en lo "relativo a la construcción del socialismo" que creen construir, en lo que admitía dificultades, en "que nosotros no llegamos al poder por las armas sino por otra vía". Pareciera querer decir que si así hubiese sido como le hubiese gustado, habrían "hecho el socialismo de un solo taparazo". Pasó por alto que si algún apoyo tiene este gobierno es en el sector militar. Lo que mucho habla de su confusión, para no decir otra cosa. Aunque no sea Piñate una referencia importante, política e intelectualmente hablando, si sirve para darnos una idea de lo que piensan quienes gobiernan.

En estos días, el presidente Maduro se largó en elogios sobre el "socialismo" chino. Una cosa es admitir, sin duda, el crecimiento descomunal de la economía China y otra que allí haya socialismo. Esto no es sino un cuento chino. Pues allá hay un sistema capitalista clásico, con sus millonarios, inversionistas y una inmensa masa de trabajadores bajo relaciones de esa naturaleza; quizás sea menos rapaz, con sus controles o, por ser altamente productivo y contar con recursos tecnológicos envidiables, tiene como repartir para producir un alto nivel de bienestar. Es decir, hay un capital y dos clases que juegan distintos roles. Sucede que la palabra socialismo en China perdió el significado que le dieron los clásicos y se adoptó otro. Así como hizo el PSOE español y tantos otros. China, como Vietnam, se percató que la construcción del socialismo requiere unos ingredientes que no se consiguen en ninguna parte todavía y el tiempo de cocimiento del brebaje o alimento es más largo de lo que mucha gente imaginó. ¿Pero cómo decirle eso a la gente y esta se vaya y hasta caliente contra uno? ¿Cómo va uno a sentirse si eso dice y escucha se le llame vil reformista, si esta palabra la hemos concebido como el peor insulto que puede dársele a un hombre? Por eso, se hace una cosa, posiblemente lo que debe hacerse, me refiero a China y Vietnam y le llaman socialismo. Algo como aquel cuento de mi amigo Vladimir Acosta del "cochino llamado chigüire".

En los últimos días de "la gobernanza", como dicen ahora, aproximadamente en el 2010, de Fidel Castro, a fuerza de realidad, los cubanos comenzaron a meter una vaina que llamaron, siempre para disimular, "cuentapropismo". No era otra cosa que abrirle espacio a la actividad privada. A legalizar relaciones de producción que antes habían extinguido o se hacían a escondidas. Pero eso no se podía decir de esa manera. La majadera y hasta obstinada realidad, les llevó a la conclusión que la vaina no era como ellos, los gobernantes, creían. Pues las costumbres, los hábitos, aspiraciones, como las creencias religiosas y otras, no se imponen a través de leyes. Y al Estado no lo cambia nadie de un día para otro y tampoco el solo transcurrir del tiempo; puede maquillársele y hasta hacerlo menos ortodoxo. Si cambiarlo y cambiar a la gente fácilmente fuese posible, el mundo sería una mantequilla, pero es más complejo. Por eso, siempre he dicho que es muy bueno eso de las Comunas, pero ellas no se crean por leyes sino deben ir naciendo por decisión de la gente, orientada por las vanguardias, que deben dejar existan, actúen y esperar se desarrollen y demanden por aquellas, las leyes. Es decir, es al revés. Aunque también juegan duro, factores inherentes a la economía y relaciones mundiales que el Estado de un país, más si es pequeño, no puede manejar a su gusto.

La prensa cubana acaba de informar cosas como estas: "Las nuevas regulaciones comprenden la reorganización de la lista de comercios independientes, en las que ahora se incluirán otras labores como, los arrendadores, panaderos, bares, restaurantes. Así como la eliminación de licencias gubernamentales para realizar este tipo de actividades". https://www.aporrea.org/internacionales/n327930.html

No es que el "socialismo" cubano, que no lo hay, venga en retroceso o comience a caminar como el cangrejo, sino que la dirigencia ha comprendido que no era como ellos habían creído. Obsérvese como se abren a la participación del sector privado o mejor, estimulan y permiten el derecho a la gente a emprender sus propios negocios y tomar iniciativas privadas. Uno pudiera pensarlo como insignificante frente a la China de ahora, pero de alguna manera se empieza y no obstante enseña que empiezan a tomar el mismo rumbo.

Pero también lo siguiente:

"se establecerán nuevas normas tributarias para la expansión comercial, con ingresos que permitan el empoderamiento económico de los empresarios privados, sin generar desigualdad económica." https://www.aporrea.org/internacionales/n327930.html

Esto tiene un significado trascendente y es una invitación a muchos a meditar sobre esa extraña cosa que es la misma, pero nos empeñamos en verla de manera muy personal, llamada realidad. Y al mismo tiempo, una invitación a quienes constantemente en Venezuela lanzan amenazas u hacen ofertas como "profundizar el socialismo", sobre la calidad, pertinencia y sentido de ellas. La propuesta cubana contempla incentivar la actividad privada, sólo que como sucede en países no llamados socialistas, se aplicarán impuestos para evitar la acumulación excesiva y una mejor distribución del ingreso.

Así mismo, vale la pena meditar, como el capitalismo de hoy en EEUU, que hasta ahora mismo había venido reclamando "libertad absoluta en las relaciones comerciales", apegados aquello de "el Estado se aparte", como exige el ALCA y los tantos tratados que han impuesto en muchos casos, comienza a cambiar frente a lo que ahora acontece. Trump, el presidente de EEUU, la potencia del capitalismo clásico o mejor rapaz, ahora acude a las medidas proteccionistas para defender sectores de la economía estadounidense, pasando por alto como afecta a otros de su mismo país. Leamos la interesante información por siguiente enlace: http://deeligiodamas.blogspot.com/2018/07/economia-de-california-afectada-por.html

Esto todo revela que el mundo, como suelo decir, no es como uno se lo imagina y lo sueña, sino que él es, que todos cuentan y para cambiarlo hay que partir de esa realidad.

¿Habrá quiénes se atrevan acusar al gobierno cubano de reformista?



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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