A ponerse las alpargatas que lo que viene es más polarización

Aun antes de las concentraciones del 1º de septiembre se veía venir una serie de pujas entre las cúpulas del Psuv y las que cohabitan como saco de gatos en la MUD. Se trata de actos en donde se dirime quien tiene el control de la calle y quien convoca más gente por metro cuadrado, todo esto con la mira puesta en el 2017 cuando se dará el RR o las elecciones regionales.

En esta puja ambas franquicias han hecho de lado el compromiso con sus bases sociales que sufren de hambre y enfermedades por causa de esta guerra por estrictos intereses financieros, donde el poder político es instrumento. El diálogo para tratar de buscar soluciones al problema del hambre nacional y falta de medicinas ha desaparecido si es que alguna vez existió.

¿Qué pueden hacer de significativo los ciudadanos en medio de esta lucha por el poder viciada de negocios oscuros? Creo que por el momento nada efectivo. Del lado de la oposición descargar arrechera por las redes, pero continuar secuestrados por la Mud;  igual acontece del lado oficialista controlado por el Psuv, es decir, continuar con nuestra labor critica ignorada por el Gobierno-Psuv pero que va generando  adhesiones en los ciudadanos que quieren algo distinto en la manera de hacer política.

Es interesante analizar la frustración de la oposición, o de un sector de ella, ante lo que consideraron un nuevo fraude de sus cúpulas, que revela algo esencial que también acontece del otro lado de la acera política: Los ciudadanos opositores sienten que sus destinos dependen del quehacer de Ramos Allup y compañía, del mismo modo que los sectores oficialistas sienten que su destino está ligado a la acción democrática del Psuv. Solo hay descontento, pero por el momento, solo eso, no se transforma en alternativa política porque las cúpulas lo impiden decidiendo eso al margen  de las bases de uno o de otro sector. Por eso tenemos los diputados que tenemos, los del oficialismo y los de la oposición, casi todos elegidos por los métodos más antidemocráticos posibles. Realmente es muy triste sentir hambre y enfermedad y que la vida es solo sufrimiento, mientras nuestras dirigencias viven bien, viajan, no hacen cola y además nos convierten en bulto o en carne de cañón en una confrontación que no es la nuestra.

Ciertamente el descontento crece contra del PSUV desde dentro del oficialismo, y en contra de la MUD desde dentro de la oposición. La MUD y el PSUV son minoría respecto de ese otro país que descree cada vez mas de unos y otros, pero éstos no solo están organizados sino que además no permiten organizarse a los descontentos que suman millones y aun así deben sufrir su sometimiento a las cúpulas dominantes.

A pesar de esta desoladora perspectiva algo, o varias iniciativas,  parecen querer nacer de las entrañas del descontento. Ya se expresó claramente del lado oficialista el 6D cuando dos millones de venezolanos se negaron a acompañar al Psuv y su cooptadera; posiblemente esos ausentismos persistentes en las convocatorias de la MUD contengan el germen de una nueva oposición ─la que le hace falta al país─ pero que no tenga entre sus estrategias la activación de cartas democráticas ni la negociación del suelo patrio a los Estados unidos.

Mientras ese día llega a la oposición no le queda de otra que maldecir a la MUD. El universo opositor debería ponerse a pensar en la ausencia de libertad y democracia que le reclaman al Gobierno, pero no advierten todavía el sometimiento en cuerpo y alma en que los tiene sus cúpulas dirigentes que no les permite ver otro horizonte posible para disentir del Gobierno. Del otro lado del universo opositor al menos ya hay un comienzo encarnado en diversas organizaciones críticas frente a la acción gubernamental y al entreguismo de los sectores de la MUD que solicitan la intervención militar de los Estados Unidos.

Por ahora la polarización que el sistema PSuv-Mud han decretado a partir del 1º1 de septiembre ahoga cualquier iniciativa efectiva o funcional de enfrentar este muevo bipartidismo. El 1º de octubre hubo empate técnico entre Mud y Psuv y el país como un todo vuelve a sucumbir a estas estrategias totalitarias del nuevo bipartidismo  del siglo XXI.  

Nuestro derecho a la vida y a calidad de vida nos impone la obligación de encontrar o construir otras formas de hacer política en función del país y no de interés de corporaciones transnacionales o de oscuros intereses neocolonialistas.
 

oscar.fmyor@gmail.com



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Oscar Henrrique Fuenmayor Quintero

Licenciado en Educación, mención Matemática y Física, Universidad del Zulia.

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