El chaparrón Chávez rugió en cierre de campaña

Contra todo pronóstico, la lluvia no lo detuvo para hablar y transitar entre miles y miles de personas que tomaron el centro de Caracas

El chaparrón Chávez rugió este jueves 4 de octubre, cuando ante un fuerte aguacero-que por cierto muchos opositores rogaban ocurriera-el líder de la revolución bolivariana, no se amilanó y dio su discurso de cierre de campaña presidencial ante miles y miles de seguidores que colmaron, no sólo la avenida Bolívar, sino zonas aledañas como; la Av. Fuerzas Armadas, Av Urdaneta, Av México, en concreto gran parte del centro de la ciudad capital.

Viendo este episodio viene a mi memoria el Hugo Chávez de diciembre de 1998, cuando millones de venezolanos lo respaldamos con el voto, dando apoyo a su principal  propuesta de aquel entonces,  convocar una Constituyente para elaborar una nueva Constitución,

A casi catorce años de gobierno de Hugo Chávez, sigue siendo el Presidente que agrupa mayorías. Muchos se preguntan por qué, si tiene por igual adversarios a granel. Razones diversas  se pueden exponer pero él destaca por ser  un líder inusual, que cambió radicalmente la forma de hacer política en el país y diría que en otras partes del mundo, tanto que hasta la oposición más radical ha tomado lecciones, es decir, ahora le imitan, al menos para mejorar la campaña  opositora que se inició decaída, deslucida, ferozmente neoliberal.

Otra gran diferencia de Hugo Chávez con gobernantes tradicionales es que su liderazgo es innato, y se adereza con una preparación ideológica humanista, bolivariana en la que cree fervientemente, una condición que no todos podemos aprender porque incluye hasta el ánimo del espíritu.

  Ha sido un hombre que se ha esforzado en cultivar las cualidades más sobresalientes que debe tener un verdadero líder, como es no mentir a su pueblo, ser leal y dejar su vida para entregarla en pleno. Nos ha enseñado a millones que la política y la historia nos deben importar. Chávez rompió esquemas sobre el liderazgo y lo ha hecho de manera muy distinta a viejos gobernantes. Es auténtico, sin dobleces, trabajador incansable, preocupado, sentimental y logró no venderse, adherirse a los grandes poderosos del país y el mundo.

En su gobierno los ministros y demás funcionarios de rangos altos y medios tuvieron que dejar el escritorio para patear las calles. El que no aguanta su trote debe retirarse. Muchas cosas quedan por hacer y entre ellas; el nuevo gobierno de Chávez debe, tal y como anunció en su entrevista del jueves en la noche, hacer seguimiento exhaustivo a todas las obras y servicios aprobados por su Despacho, para el fiel cumplimiento de las mismas. Una herramienta para combatir la burocracia y corrupción. Buena nueva Presidente. Ojala y se cumpla.

Pero lo que trasciende en el gobierno de Hugo Chávez es sin duda que llevó  a la práctica un modelo de inclusión social sin igual en Latinoamérica y posiblemente en el mundo. Tiene además carisma y empatía con la gente. Pero otro aspecto que le destaca es que en todos estos años Chávez ha mantenido su esencia como ser humano, es  leal a su pensamiento liberador. A pesar de tanto poder y apoyo popular una careta no le calza.

Recuerdo los años 1992-1993, cuando Chávez estaba en la cárcel de Yare, por la rebelión militar fallida del 2 febrero de 1992- una asonada militar liderada por él y cercanos compañeros. En ese recinto, en una ocasión fue entrevistado por el periodista José Vicente Rangel. Según sus declaraciones se filmaron con una cámara oculta. Dejaba ver a un Chávez-quien hablaba sentado en el suelo, contra una pared. Era un rebelde, un idealista y conciso en su pensamiento bolivariano, pero sobre todo  un Chávez alegre, esperanzado, confiado, que declamaba con el mismo talento que expresa  hoy en día. Ese Chávez, el de Yare no ha cambiado. Siempre tendrá un sueño para ir tras él.

En aquel entonces todos queríamos conocer a ese hombre que hizo parar a todo el país, para ver una asonada militar en la pantallita de televisión.

Recuerdo que la entrevista de JVR fue censurada y prohibida por el gobierno de ese entonces, del ex presidente Carlos Andrés Pérez, por lo tanto, vetada en  la televisión.

Pero algunos tuvimos la posibilidad de ver aquella entrevista. El ahora Presidente era entonces considerado  un héroe nacional. Era el teniente coronel Hugo Chávez Frías, quien desafió el status quo y la maloliente democracia con sus partidos corruptos, detestados y condenados  por la mayoría de los venezolanos. La crisis nacional clamaba a gritos un cambio.

Pérez-hoy fallecido- gobernaba un segundo período presidencial (1988-1993), había tenido  como antesala el Caracazo, producto del paquetazo económico que había sido dispuesto en aquella ocasión por el Fondo Monetario Internacional, (FMI), cuyas medidas de ajuste y austeridad, afectaban a todos los ciudadanos en especial  a los más pobres. El anuncio de esas medidas económicas puso en vilo la estabilidad del país y de  todos los venezolanos. La pobreza ya no se podía ocultar ante la creída democracia “más estable de Latinoamérica”.  La inconformidad y el hambre de las mayorías.

Con el Caracazo fuimos la asombrosa noticia mundial, a poco tiempo de ascender CAP al poder, quien en un marco de celebración principesca  dio mucha tela que cortar. La democracia venezolana considerada modelo en el continente, la del pobre país petrolero, se desvanecía en las narices de sus gobernantes.

Pero volviendo a aquella entrevista de Chávez en la cárcel de Yare. Recuerdo que el video fue presentado  en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV). El auditorium estaba abarrotado. Casi no se podía caminar porque la gente se había sentado incluso en los pasillos. Hugo Chávez era un enigma, una sorpresota. Todos queríamos saber de él. Por eso cuando apareció en la vida pública la gente se motivó y luego él, por años-no tres meses como el candidato opositor- recorrió pueblo por pueblo. La gente lo admiró, lo siguió y se comprometió.

Ni la feroz campaña en su contra en aquel tiempo pudo mermar el interés de las mayorías. Chávez movió los cimientos de la sociedad, casi toda. Había nacido ante los ojos de la opinión pública un líder muy peculiar, que además de valiente, frontal, emanaba un carisma sin igual, pero sobre todo, una energía contagiosa, una fuerza vocal con discursos demoledores contra los viejos gobiernos y partidos corruptos. Este hombre, llanero, nacido en Sabaneta de Barinas, quien declamaba con la espontaneidad de un artista consumado (lo que incluso hace en este video de la cárcel), no tardaría en meterse en el corazón la gente. Chávez se hizo pueblo.

Quizás en esa circunstancia, cuando estaba en prisión, quizás, no imaginó lo que la vida  habría de depararle. Sería grande, gigante en pensamiento y acción, audaz ante el poder imperial, fuerte para soportar la guerra en su contra, pero sobre todo perseverante en su ideal bolivariano. Y menos avizoraría que a dos años de su gobierno le darían un Golpe de Estado, que el mismo pueblo con el ejército lo devolvería a su cargo en nada menos que unas 48 horas. Eso lo hace más insólito como líder. Los electores hicieron respetar su voto y la Constitución.

Chávez pasó, de ser un rebelde en los cuarteles a un gobernante continental, amado por millones y odiado por otros tantos. Uno de los personajes políticos, estoy casi segura, ha dado el mayor centimetraje de información dentro y fuera del país en todos estos años. Creador de un modelo de gobierno socialista distinto, a la venezolana, en un país que vivió cuarenta años una democracia que se vino a menos por la desidia, precisamente de sus gobernantes.

Venezuela era el país que se mantenía en  una cajita de cristal, con su petróleo a expensas de la administración de las llamadas transnacionales y apoyo de las elites locales. Estábamos apegados a un sistema internacional que respondía a una agenda perentoria en torno a las relaciones comerciales pero ajena, por completo, al respaldo de políticas sociales efectivas, con poca voluntad para accionar la verdadera integración regional y más lejos que nunca de lucha contra la pobreza. Así llegamos a 1998 con un barril en 7 dólares, un país hipotecado y la privatización de muchas empresas del Estado. Al borde de la quiebra. Salir de aquel pozo no era fácil, no fue magia. El mismo Chávez ha dicho que en ese entonces no había ni dinero para pagar a los empleados públicos. Las estrategias de Chávez en lo económico, financiero y social, especialmente en la industria petrolera, comenzaría a dar resultados. El país dejó el fantasma de “la bonanza petrolera”, para consolidar una petrolera con un rol de poder en status mundial.

La mayoría más pobre en todo el continente, excluidos por siglos, comenzaron a respaldar estas iniciativas del modelo socialista. La inspiración y apoyo de Cuba ha sido importante en la tarea de inclusión social dispensada por la revolución bolivariana. De igual modo la bandera del socialismo se expande por el continente. Así Bolivia, Nicaragua, Ecuador, se suman abiertamente a la nueva corriente y países como Brasil, Argentina, Paraguay y otros se adhieren en términos de cooperación conjunta y con un entendimiento entre gobernantes como nunca antes. La misión de Chávez se engrandece y trasciende fronteras.

En alguna ocasión, refiriendo a Bolívar Chávez a dicho “soy apenas una paja llevada por el viento”, “Yo no soy yo…Chávez es el pueblo”. Y no es metáfora, es tan real que aun el fenómeno Chávez sigue siendo objeto de estudio y análisis.

Con todas las adversidades que ha confrontado el comandante, además del Golpe del 11 de abril de 2002 y el paro petrolero de ese mismo año,  pasó a ser uno de los más connotados líderes del continente. Obcecado en su misión por una revolución social justa e igualitaria avanzó sin miedo, en el marco de una democracia con un modelo capitalista dependiente y en un mundo globalizado y apegado al neoliberalismo. Ese ha sido el mayor reto. “No soy monedita de oro” a dicho.

En medio de ese duro transitar, contra viento y marea, Chávez aún confronta una oposición radical, dura, nacional e internacional. Siempre atenta a cualquiera de sus movimientos, Aun así y a pesar de circunstancias tan adversas, como incluye sufrir cáncer, éste hombre mueve montañas. Sigue siendo consecuente con un pensamiento  de izquierda, anti imperial. Sigue en la construcción del socialismo del siglo XXI, abanderado por su fervor en apoyo a los más pobres. Como una bomba expansiva, para bien o mal en el mundo se habla de Hugo Chávez.

Recordando aquel Chávez de Yare, sentada aquel día en el piso, en el Aula Magna, constaté que ese hombre era real y no iba a ser casualidad en la vida política nacional. Chávez, de la nada, de un pueblo dormido, sin alguna conciencia política importante,  levantó un sueño revolucionario en febrero de 1992. Declamaba en la cárcel con el quebranto de sus querencias pero se preparaba para el futuro que lo aguardaba. Ese día, entonces  entendí que ese hombre que se había levantado en armas  era autentico. No era un político común y corriente. Por eso lo seguí. Hasta el año 98 nunca había votado, pero cuando conocí ese personaje no dude en darle mi voto, lo que hice por primera vez.

Y traigo este recuerdo a colación porque desde entonces he visto a Hugo Chávez como  un Presidente coherente en su palabra y acción, sin doble cara. No ha dudado que en el modelo socialista como la única clave para desarrollar una sociedad menos desigual,  

Con todas las dificultades que podamos tener aún en este país, no podemos retroceder. Estamos curtidos en olfatear políticos demagogos, mentirosos, coberos y utópicos. Es muy peligroso dejar el poder  en manos ajenas y menos aún en los que representan el poder oligárquico, que obviamente estaría en franca diferencia con el proceso de la revolución bolivariana. Ello sería como jugar a la ruleta rusa. La transición a un gobierno tan distinto, abiertamente neoliberal, requeriría guantes de seda.

Competir con el liderazgo de Chávez no es sencillo,  además de requerir el apoyo pleno de las mayorías,  debe tener valentía, compromiso, ingenio, desprendimiento y  sobre todo, voluntad política para gobernar con equidad, libertad y soberanía.  

Después de un presidente como Chávez, los futuros gobernantes tendrán que ser mejores, tener demasiado talante, estar  preparados política, intelectual y espiritualmente, ser honestos, trabajadores, auténticos. Que los intereses del pueblo, sin distingos,  estén por encima de sus intereses personales o de terceros.

Lo curioso es que los votos para Capriles son para Chávez, porque ese segmento de electores de oposición votaría por quien sea, con tal de hacer saber su rechazo al actual gobierno. Como dijo un fuerte opositor, “ a palos, a tiros, como sea, vamos a sacar a esos chavistas del poder….”

El dilema es que Chávez no se parece a nadie porque en un mismo espacio no caben dos, dicen los físicos. Así que el marketing de la MUD, que sí ha hecho lo suyo en esta campaña, no es suficiente ante el contendor Chávez.  

En la entrevista que por estos días hizo Venevisión al candidato de la derecha, éste esquivó algunas preguntas, en especial las tema económico.No dijo qué piensa hacer con las tasas de interés bancario, pero sí dijo que iba a  liberar la tasa de cambio, ya que en su opinión dicho control “incentiva el mercado negro”. Igual aseguró que “va a revisar los contratos internacionales”, según para adecuarlos, es decir, eliminar lo que considere como “regalado”. En relación a la política internacional habrá reformas como evaluar las relaciones con Irán y los negocios con Cuba.

En la mente de Capriles, en cuanto a su modelo para la gestión social, dice que será como el de Brasil “hambre cero”. Y si de inversionistas se trata, los que traería al país, mencionó a Europa, España ( que tienen la peor crisis de su historia económica).

Hará, dijo, revisión de las Misiones, mejoramiento en algunas y eliminación de otras, revisión del número de pensionados. En fin, sería un gobierno revisionista por excelencia.

Igual dice Capriles “que no sacará a trabajadores de Pdvsa”, pero en otras ocasiones a dicho  que “volverán  ex trabajadores de la industria petrolera”.

Y en esas contradicciones, que les quiero pero no,  en una de sus jornadas de precampaña aseveró que los trabajadores públicos son “unos jala bolas”. 

No obstante, tomó, al final, algunos consejos del encuestador Schemel, sobre “la falta de un discurso” que calara en la gente. Con su visita a los pueblos más deprimidos el candidato de la derecha se ve más relajado.  Algunas de sus voceras aseguran ahora que “está tan conectado a la gente”, que es casi es un líder espiritual pues- quien por cierto finaliza sus discursos dando más bendiciones que un cura.

Capriles, con una personalidad que se mostraba algo introvertida y desconfiado en si mismo, ahora en sus entrevistas resalta el amor por la gente, por Venezuela, incluso, también habla de su abuelita difunta, a la que dice amar tanto como Chávez amó la suya. Incluso asegura “no tener tiempo para buscar novia” porque está casado con Venezuela…”te amo Venezuela…”

Esta convencido el gobernador candidato presidencial que a hecho en el estado Miranda las mejores escuelas del planeta. Pero cuando los periodistas de Venevisión le preguntaron ¿qué hace por la inseguridad en Miranda?, contesta “que hace hasta donde puede porque tiene “limites” ya que  el gobierno no lo apoya, no le da recursos”, es decir  no lo convoca.

Ese candidato, Capriles, ahora inflado el ego, porque nunca en su vida vio tanta gente a su alrededor coreando su nombre, es el estigma de la oposición venezolana. El mismo que hace unos días   crucificó a su amigo Juan José Caldera, de quien se deslindó porque su línea moral no aceptará a corruptos a su lado. Es tan honesto que en  la vaca que están haciendo para su campaña, sin registro en el CNE,  la dejó al parecer en manos de su papi, por si las dudas. Ese Capriles, quien habla con el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe y luego dice que no lo hizo- seguramente es mejor hacerlo a escondidas- ha dado muestras de ser algo mentiroso y demagogo. Y aunque ahorita muestra el triunfalismo como bandera, para poder cantar fraude este 7 de octubre. Al menos a mi me hace pensar que es un hombre impredecible, lo demostró en el asalto a la embajada cubana, apoyando un Golpe de Estado, (el 11 de abril de 2002), cuando no le importó que o no quería la mayoría del pueblo, el mismo que él ahora “ama profundamente”.

¡No mijito!...así no….aquí y en la Cochinchina un Presidente tiene que ser el ejemplo para todo un pueblo, no decir mentiras y menos hacer trampas, como la estrategia de no decir con nombre y apellido, como un varón, que va a respetar el resultado del CNE este 7 de octubre. No decir “que el pueblo decide”. Es la hora en que no a dicho “Yo Enrique Capriles Radonski voy a respetar los resultados”. A otro, con ese vaso de cartón.

El Presidente Hugo Chávez les dice la verdad a todos en su cara. Ha confrontado a presidentes de imperios, a reyes con corona.  ^Por eso será, hasta tiempos inmemoriales, el Presidente más justo que haya dado la patria bolivariana. Repetirlo es imposible porque es único.

Me preguntó, ¿Cómo vamos a cambiar a Chávez por alguien que insiste en que le llamen flaquito”. Debo decirle a Capriles que los sobrenombres surgen de manera espontánea, nacen del cariño de la gente, y ésta confianza hay que ganarla, no imponerla. “Por sus obras los conoceréis”  El amor de un pueblo se gana a pulso, trabajar en su bienestar,  defenderlo, guiarlo y amarlo. Y no se puede querer lo que no se conoce.

Por eso el voto por Chávez es tan de corazón y agradecimiento que han sido muy acertados en el lema de su campaña “Chávez corazón de mi patria”. El amor ni se compra ni se vende, como dice la canción.

El Presidente y candidato Hugo Chávez es un subversivo amoroso (dicho por él). Un hombre que despertó pasiones en las mayorías y que por sus buenas acciones ahora cuenta con el amor de su pueblo.

La mesa está servida. A votar todos este domingo 7 de octubre.

*Periodista

Yumar81@hotmail.com


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Judith León

Periodista e internacionalista.

 Leonjudith@gmail.com

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