Artículo de Lenin sobre la muerte de Engels

Engels nació en1820, en la ciudad de Bremen, provincia del Rin, reino de Prusia. Su padre era fabricante. En 1838 Engels, por motivos familiares, se vio obligado, antes de terminar el bachillerato, a colocarse en una casa de comercio de la ciudad de Bremen. Este trabajo no le impidió ocuparse de su capacitación científica y política. Siendo todavía alumno del gimnasio, Engels llego a odiar la autocracia y la arbitrariedad de los funcionarios gubernamentales. El estudio de la filosofía acrecentó aún más este odio. En aquella época en Alemania predominaba la filosofía de Hegel. La fe de Hegel en la razón humana y en los derechos de ésta y la tesis fundamental de la filosofía hegeliana, según la cual en el mundo existe un proceso constante de cambios y desarrollo, indujeron a los discípulos del profesor berlinés, que no querían conciliarse con la realidad, a la idea de que también la lucha contra la realidad, la lucha contra la injusticia existente y el mal reinante tienen sus raíces en la ley universal del desarrollo perpetuo. Si todo en el mundo se desarrolla, si unas instituciones sustituyen a otras, ¿por qué ha de perdurar eternamente, el enriquecimiento de una minoría insignificante a expensas de la enorme mayoría, el dominio de la burguesía sobre el pueblo? La filosofía de Hegel hablaba del desarrollo del espíritu y de las ideas: era una filosofía idealista. Del desarrollo del espíritu deducía el desarrollo de la naturaleza, del hombre y de las relaciones entre los hombres, de las relaciones sociales. Marx y Engels, conservando la idea de Hegel sobre lo eterno del proceso de desarrollo (Marx y Engels señalaron más de una vez que su desarrollo intelectual era debido en gran parte a los notables filósofos alemanes y, en particular, a Hegel. “Sin la filosofía alemana —dijo Engels— no existiría tampoco el socialismo científico”), rechazaron su preconcebida concepción idealista; analizando la vida real, vieron que no es el desarrollo del espíritu lo que explica el desarrollo de la naturaleza, sino a la inversa, que el espíritu tiene su explicación en la naturaleza, en la materia… Contrariamente a Hegel y otros hegelianos, Marx y Engels eran materialistas. Enfocando el estudio del mundo y de la humanidad desde el punto de vista materialista, vieron que, lo mismo que todos los fenómenos de la naturaleza tienen por base causas materiales, así también el desarrollo de la sociedad humana está todo condicionado por el de las fuerzas materiales, las fuerzas productivas. Del desarrollo de las fuerzas productivas dependen las relaciones en que se colocan los hombres entre sí en el proceso de producción de los objetos indispensables para la satisfacción de las necesidades humanas. Y en dichas relaciones está la clave que permite explicar todos los fenómenos de la vida social, los anhelos del hombre, sus ideas y sus leyes. El desarrollo de las fuerzas productivas crea las relaciones sociales, que se basan en la propiedad privada; pero vemos ahora también cómo este mismo desarrollo de las fuerzas productivas despoja de la propiedad a las mayorías para concentrarla en manos de una insignificante minoría; destruye la propiedad, base del régimen social contemporáneo, y tiende al mismo fin que se han planteado los socialistas. Estos sólo deben comprender cuál es la fuerza social que por su situación en la sociedad contemporánea está interesada en la realización del socialismo e inculcar a esta fuerza la conciencia de sus intereses y de su misión histórica. Esta fuerza es el proletariado.

Engels se hizo socialista estando ya en Inglaterra. En la ciudad de Manchester se puso en contacto con los militantes del movimiento obrero inglés existente en aquel entonces y empezó a colaborar en las publicaciones socialistas inglesas. En 1844, al pasar a París de regreso a Alemania, conoció allí a Marx, con quien ya mantenía correspondencia. Estando en París, Marx, bajo la influencia de los socialistas franceses y de la vida en Francia, también se había adherido al socialismo. En la capital de Francia los dos amigos escribieron juntos su obra La sagrada familia o crítica de la crítica. Esta obra, escrita en su mayor parte por Marx y que apareció un año antes de La situación de la clase obrera en Inglaterra, contiene las bases del socialismo revolucionario materialista. La sagrada familia es un nombre burlón dado a los filósofos hermanos Bauer y a sus secuaces. Estos señores predicaban una crítica que estaba por encima de toda realidad, por encima de los partidos y de la política, que negaba toda actuación práctica y sólo contemplaba “críticamente” el mundo circundante y los sucesos que ocurrían en él. Los señores Bauer calificaban desdeñosamente al proletariado de masa carente de sentido crítico. Marx y Engels se enfrentaron enérgicamente con esta tendencia absurda y nociva. En nombre de la verdadera personalidad humana, del obrero, pisoteado por la clase dominante y por el Estado, Marx y Engels exigían no la contemplación, sino la lucha por un orden social mejor. Y la fuerza capaz de librar esta lucha e interesada en ella la veían, naturalmente, en el proletariado.

Desde 1845 a 1847 Engels vivió en Bruselas y en París, allí se relacionaron con una asociación clandestina alemana, La Liga Comunista, que les encargó que expusiesen los principios fundamentales del socialismo elaborado por ellos. Así surgió el famoso Manifiesto del Partido Comunista de Marx Y Engels que vio la luz en el año de 1848. Este pequeño libro vale por tomos enteros: su espíritu da vida y movimiento, hasta hoy día, a todo el proletariado organizado y combatiente del mundo.

La revolución de 1848, que estalló primero en Francia y se extendió después a otros países de la Europa Occidental, permitió a Marx y Engels regresar a su patria. Allí en la Prusia renana, asumieron la dirección de la Nueva Gaceta del Rin, periódico democrático que aparecía en la ciudad de Colonia. Los dos amigos constituían el alma de todas las tendencias democráticas revolucionarias de la Prusia renana. Ellos defendieron hasta la última posibilidad los intereses del pueblo y de la libertad contra las fuerzas reaccionarias. Como es sabido, las fuerzas reaccionarias vencieron, la Nueva Gaceta del Rin fue suspendida y Marx, que mientras se hallaba en la emigración había sido privado de los derechos de súbdito prusiano, fue desterrado, y Engels, después de participar en la insurrección armada del pueblo y combatir en tres batallas en pro de la libertad, huyó a Londres, a través de Suiza, una vez derrotados los insurgentes.

Hasta 1870, Engels vivió en Manchester y Marx en Londres, lo que no fue óbice para que siguieran en contacto, manteniendo correspondencia casi a diario. En esta correspondencia los dos amigos intercambiaban sus ideas y conocimientos, continuando la elaboración en común de la doctrina del socialismo científico. En 1870, Engels se trasladó a Londres y hasta 1883 año en que murió Marx, continuaron su vida intelectual conjunta, una vida llena de intensísimo trabajo. Su resultado fue, por parte de Marx: El Capital, la obra más grande sobre Economía política del siglo, y por parte de Engels, toda una serie de obras grandes y pequeñas. Marx trabajó en el análisis de los complejos fenómenos de la economía capitalista. Engels, en sus trabajos, muchas veces en forma polémica, analizo los problemas científicos más generales y los diversos fenómenos del pasado y del presente en el sentido de la concepción materialista de la historia de la doctrina económica de Marx. De estos trabajos de Engels citaremos: la obra contra Dühring (en ella el autor analiza los problemas más importantes de la filosofía, de las ciencias naturales y de la sociología), la que esboza la historia del desarrollo del socialismo: “Del socialismo utópico al socialismo científico”; El origen de la familia de la propiedad privada y del Estado, sus magníficos artículos sobre la vivienda y, finalmente, dos artículos, sobre el desarrollo económico de Rusia. Marx murió sin haber logrado dar definitivamente remate a su grandiosa obra sobre el capital. Sin embargo, esta obra estaba terminada en borrador, y Engels, después de la muerte de su amigo, emprendió la difícil tarea de redactar y editar los tomos segundo y tercero de El Capital. En 1885, editó el segundo y en 1894 el tercer tomo (el cuarto tomo ya no alcanzo a redactarlo). Estos dos tomos le exigieron mucho trabajo. En efecto, dichos tomos de El Capital son la obra de ambos, de Marx y Engels. El proletariado del mundo tiene derecho a decir que su ciencia fue creada por dos sabios y luchadores cuyas relaciones mutuas superan a todas las leyendas antiguas sobre la amistad entre los hombres.

Después del movimiento del 1848-49, Marx y Engels, en el exilio, no se dedicaron únicamente a la labor científica. Marx creo en 1864 la Asociación Internacional de los Trabajadores, que dirigió durante todo un decenio. También Engels participó activamente en sus tareas. La actividad de esta Asociación Internacional que, de acuerdo con las ideas de Marx, unía a los proletarios de todos los países, tuvo una enorme importancia para el desarrollo del movimiento obrero. Pero incluso después de haber sido disuelta dicha asociación, en la década del 70, el papel de Marx y de Engels como unificadores de la clase obrera no cesó. Por el contrario, puede afirmarse que su importancia como dirigentes espirituales del movimiento continuaba desarrollándose sin cesar. Después de la muerte de Marx, Engels siguió siendo el único consejero y dirigente de los socialistas europeos. A él acudían en busca de consejos y directivas tanto los socialistas alemanes, cuyas fuerzas a pesar de las persecuciones gubernamentales, iban constantemente en aumento, como los representantes de países atrasados, por ejemplo españoles, rumanos, rusos, que se veían en el trance de meditar y medir con toda cautela sus primeros pasos.

“La emancipación del proletariado debe ser obra del proletariado mismo”, nos enseñaron siempre Marx y Engels. Y para luchar por su emancipación económica, el proletariado debe conquistar ciertos derechos políticos.

¡Gloria eterna a Federico Engels, gran luchador y maestro del proletariado!

¡Gringos Go Home!

¡Libertad para Gerardo! ¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!

Hasta la Victoria Siempre. Patria Socialista o Muerte ¡Venceremos!


manuel.taibo@interlink.net.ve


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Manuel Taibo


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