1. En el sistema capitalista mexicano, todo se arregla con dinero. El llamado pueblo vota, pero su voto es comprado con muchos regalos (materiales de construcción, de cocina, dinero). Nunca candidato alguno ha sido conocido por haber participado en defensa de los trabajadores; sus candidaturas son por parentesco, amistad, recomendación y mucha habilidad para conseguir millones para su campaña. Por ello, si el presidente López Obrador tiene dinero de a montones, por ello para acabar con la "guerra sucia" que le preocupa puede comprar a los padres de los 43 y a su valiente abogado con unos 250 millones para que no hablen hasta que su candidata sea electa.
2. Fueron muchos millones del presupuesto el que dilapidó en la campaña de sus arrastradas corcholatas; les llenó las bolsas de Ebrard, Monreal, Augusto López, Noroña, Delgado, para que sigan haciéndose bueyes ante la corrupción rampante; lo peor es que estos sinvergüenzas siguen hablando y haciendo campaña a pesar de que les siga chorreando sangre por la boca. El presidente AMLO en vez de darle vergüenza porque le estén sobando o tallando el cuerpo, se siento feliz como todos los dictadores que les gusta ser mimados y acariciados. Yo que he conocido a fondo a los presidentes de México desde 1958 nunca vi a personajes tan ruines que se dedique a lamer el piso para que pase el presidente.
3. Observé bien la respuesta de Monreal a López Obrador cuando impuso a la Sheinbaum en el gobierno de la CDMX. Monreal amenazó fuerte y pensé que a pesar de exprísmo, tenía todos los elementos para pelear contra AMLO; a los pocos días ví que era un simple arrastrado del presidente. Fue exactamente lo mismo lo que sucedió, aunque en mayor escala, con Ebrard. Sabía éste que la candidata –como estábamos enterados en todo México- de AMLO era la Sheinbaum, por ello su ridículo fue mayor; Ebrard reunió todas las pruebas, las declaró y, al final se entregó como un simple borrego a su pastor para que los siga arreando. ¿Cómo se atreven hay a hablar sobre todo a hacer campaña?
4. El tercer priísta de esos entregados fielmente a López Obrador es el tal Augusto López. De este ni hablar porque lo único que se sabe de él es que es tabasqueño y expriísta como AMLO y que ha estado enredado con varios gobiernos. ¿Qué decir del nefastísimo Mario Delgado que es el quinto priista de los aquí nombrados? Lo mismo Noroña, valiente orador que se veía de izquierda; Pero lo que ha demostrado con su "hermano presidente" es un terrible oportunismo por los altos salarios, los viajes y las buenas viandas. Me confundí al acompañarlo en algunas protestas públicas pensando en que no dejaría de ser de oposición.