Indudablemente que una alternativa contra la guerra del hambre que tienen muchos empresarios y bachaqueros contra el pueblo de Venezuela, son los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
No debería ser la única, hay que crear más y mejores mecanismos que derroten definitivamente esta pretensión de acabar con la Constitución Bolivariana, que es el fin último de los factores externos apoyados por la oposición venezolana.
Los CLAP hay que purificarlos, decantarlos, limpiarlos de toda contaminación interna o externa, que pueda poner en peligro la credibilidad del pueblo en este método.
Cualquier persona que se le demuestre mal manejo de un CLAP, debe ser inmediatamente separada de toda actividad concerniente a ellos y bajo ninguna circunstancia volver a participar en esas actividades.
Por ejemplo, en muchas localidades de Venezuela se dice que el consumidor último debe pagar “Flete” para que le llegue la “bolsa” de alimentos.
El gobierno tiene que implementar normas generales y publicarlas a nivel nacional para evitar distorsiones de este tipo y que el pueblo también pueda adaptarse a la circunstancia planteada.
Hay sitios donde la bolsa de alimentos llega sin pollo y sin carne. En otros, llega con dos harinas de maíz pre cocida, y en algunos con seis harinas. Tienen diferencias de precios, en ocasiones significativas, entre una localidad y otra.
Debe explicársele a la gente el porqué de estas variaciones y buscar estandarizar a nivel nacional el contenido de la bolsa o por lo menos crear clases de bolsas con su contenido bien especificado.
Algo así como la bolsa numero 1 a nivel nacional contiene tales y tales alimentos, la bolsa numero 2 contiene esto, esto y esto y su precio debe ser el mismo en Carayaca o en San Fernando de Atabapo, en Ureña o en Tucupita.
De esa forma se limitan los “creativos” que siempre consiguen como joder al mismo pueblo, que son como ellos.
Se pueden formar CLAP en las instituciones públicas. En todas las dependencias del IVSS deberían estar organizados. Sin colores políticos ni clases jerárquicas. Eso si, creo que deben ser manejados exclusivamente por trabajadores comunes, para evitar el trafico de influencias o que alguna persona, por su condición de mando, pretenda quedarse con varias bolsas y algún trabajador sin ninguna.
La última convención colectiva del IVSS obliga a que se les otorguen estos beneficios a los trabajadores, pero hasta el día de hoy es letra muerta.
Lo de la línea blanca y línea marrón, que esta en la nueva convención colectiva, ha sido solo un espejismo. Los PDVAL en el IVSS solo fue una ilusión.
Solo los trabajadores de “Caracas” tienen “derecho” a que le paguen prescolar para sus hijos. A los del interior del país, que se los coma el tigre.
Ojala que en esta ocasión ganemos una y los CLAP lleguen lo antes posible hasta el más humilde de los trabajadores del IVSS.
Desde el IVSS también se puede derrotar la guerra económica.