Economía política del consumo simbólico digital

Hoy día predominan las prácticas compulsivas e inerciales de consumo alienantes a través de la interfaz de los símbolos digitales distractores y vaciados de sentido trascendente, sin el análisis a través de criterios críticos de selección y procesamiento afectual-cognitivo. Prácticas que pueden denominarse, como se ha hecho, de antropofagia digital porque atrapan o sujetan la atención devoradora de modo compulsivo de símbolos e imágenes donde el consumidor o la consumidora desprevenido(a) es a la vez consumido(a) por el sinsentido del vaciamiento de la liviandad y su satisfacción superficial esteticista seductora, vacua y efímera; frente a lo cual Byung-Chul Han recomienda desarrollar la focalización de la contemplación neutralizando los deslizamientos táctiles sin detención, automáticos y rápidos, de símbolos-imagenes sobre las pantallas hipermediales que impiden la reflexión y construcción sentidizadora profundas.

La focalización contemplativa sensorial alterizadora de los cuerpos confronta emancipadoramente en el campo simbólico a la industria neoliberal digitalizadora que busca apoderarse hegemónicamente de la atención corporal para su consumo manipulador alienante. Pero a diferencia de Han, consideramos la contemplación como despliegue proactivo de la potencialidad afectual activadora de un nuevo registro sensible de los(as) demás y del mundo para transformarlo radicalmente desde las perspectivas ecosófica, estética, ética y la política de los contrapoderes liberadores.

Para ello, hay que revertir nuestra relación dependiente con las tecnologías digitales transfigurándolas al enmarcar la interactividad con ellas en ámbitos de resonancia afectual, hasta donde sea posible su transfiguración en dispositivos resonadores que medien sin mediatizar perversamente con su metaversidad e hiperrealidad las virtualizaciones irreales de la multidiversidad y libertad real posible de la vida con su emancipación de las neoliberalidades virtualizadoras de la mistificada Inteligencia Artificial; sustitutiva del sentipensamiento autónomo, crítico, imaginativo, intersubjetivo y creador de los cuerpos.

Por otra parte, la hiperconexión tecnológica-digital se está constituyendo en una mediación indispensable y totalizadora de la vida sociocultural que está definiendo las dinámicas configuradoras de un ecosistema existencial que nos atrapa con sus redes, convirtiéndonos en uno de sus nodos de reproducción; haciéndonos a imagen y semejanza de las pantallas digitales al reflejar los símbolos e imágenes que en su superficie lisa circulan y son consumidos acríticamente alienándonos.

Nos están convirtiendo también en mediaciones interfácicas corporeizadas inmersas en campos de simbolización, significación y sentidización funcionales a las lógicas reproductoras de los ecosistemas tecnológicos digitales al servicio ahora de la Inteligencia Artificial y sus dictados, creyéndonos libres de su adicción cuando en verdad somos coaccionados seductoramente por su incitación ideológica de adicción simbólica neoliberal.

Su tendencia alienante interfácica o mediacional es de tal magnitud que va en vías de ser una condición existencial (ejemplo, "se ES en el selfie", "soy cuando me conecto") que modela ontológicamente el ser de la vida social actual con su entramado conectivo de una textura algoritmica de flujos que nos define por defecto y no por afecto; condicionado a su vez por el contexto mediático narcisista y hedonista del neoliberalismo que reconfigura las identidades líquidas o transitorias señaladas por Zygmundt Bauman. De aquí que las mediaciones ya no median tan solo, ahora constituyen las otredades narcisistas en detrimento de la formación de las alteridades afectuales resonantes.

Mediaciones o medios a través de los cuales ya no nos representamos la realidad, su multidiversidad real y potencial, sino la hiperrealidad fantasmal, su metaverso. Tampoco nos representamos a nosotros(as) mismos(as) para comprendernos en la interpretación objetivadora de la realidad en que vivimos.

Una interfaz alienadora que afecta nuestra existencia perversamente al imponer manipuladoramente la experimentación de sentires artificiosos sin profundidad y pensamientos sin sentido trascendente.

De allí que es imperativo neutralizar los efectos alienantes en los cuerpos de su transfiguración reproductora como interfaces de la hiperconectividad total o totalitaria, revirtiéndola auto-co-poiéticamente (ver a Humberto Maturana y Francisco Varela) al potenciar la capacidad regeneradora de la resonancia afectual en las interacciones sentipensantes, mediante la radicalización de las sensibilidades y la resimbolización crítica emancipadora en la interacción significadora y sentidizadora haciendo del dispositivo hipermedial sociotecnológico, teniendo en cuenta sus limitantes, un resonador simbólico afectual alternativo mediante el sentipensar impugnador de la interacción social de la comunicación alterizadora constructiva.



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Jorge Eliecer Díaz Piña

Doctor en Ciencias de la Educación (ULAC), Magister en Enseñanza de la Geografía (UPEL), Licenciado en Ciencias Sociales (UPEL). Profesor universitario de la UNESR

 diazjorge47@gmail.com

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