Qué es una mentira, por qué es el recurso que se ha usado desde siempre, para qué y por qué, y si su uso ha sido apropiado por quienes en su favor han manipulado a la propia humanidad, si nos percatamos de ello, acaso forma parte el engaño para que al final el daño que causa deje las cosas que sigan su curso, sin que haya responsabilidad, lo cual sin duda enajena la credibilidad de la gente y por tanto es causa de graves conflictos, entre lo que está bien y lo que no es bueno. Es o no es malo mentir, es cierto o hay equivocación en que la mentira sea una declaración intencionalmente contraria a la realidad. Porque la mentira se ha usado como una herramienta social y por tanto para la supervivencia, sin embargo, su abuso ha erosionado de tal modo la confianza, que el daño que ha causado, afecta al individuo y sobre todo al colectivo. Son muchos los casos en que la mentira pudiera parecer que sea útil, pero no siendo moralmente neutra, suele generar consecuencias negativas a largo plazo. Una mentira es comunicar algo que se sabe o se sospecha falso, con la intención de que otros lo crean, es como definición su origen, incluye omisiones deliberadas y verdades distorsionadas.

Desde el punto de vista evolutivo y social el engaño aparece temprano en la historia humana, al permitir ventajas inmediatas como el evitar castigos, obtener recursos, manipular relaciones y también aparece en otras especies como estrategia de supervivencia, básicamente la mentira se ha usado por diversas motivaciones, como protección personal, beneficio material, control social, evitar daño emocional, las llamadas mentiras piadosas; o la manipulación política y de propaganda, que son básicamente los contextos asociados con las instituciones que controlan y ejercen el poder, porque la mentira se ha convertido en una herramienta sistemática que siempre moldea a la opinión pública, con el fin de mantener ciertos privilegios entre muy pocos, en detrimento de muchos y muchas, porque la mentira no distingue hacia quien va dirigida, pero su usos lleva al final a consecuencias perjudiciales, porque lo que se montó sobre las bases del engaño, la manipulación no tiene en el tiempo estabilidad para la estructura que dependa de ella, y se vendrá abajo estrepitosamente a corto, mediano o largo plazo. Los contextos los conocemos, las motivaciones son las de ocultar la verdad, lo que de todas maneras posibles, trae sus consecuencias, porque lo que se cree apropiado, resulta al final inapropiado.

Si es una mentirita o mentirota piadosa para tratar de evitar algún daño emocional, acaso el daño desaparece en medio de una confianza que solo es temporal, un riesgo que se corre hasta que se descubre que se trató de una mentira, por lo que no dejará resentimientos. Hay quienes mienten para autoprotegerse y evitar ser castigados, lo cual deja un beneficio ficticio en lo inmediato, pero esa mentira llevará a otras, puesto que existe el peso de la culpa a largo plazo. Tampoco es ético mentir como lo hacen abusivamente sobre todo los políticos, los diplomáticos, los estrategas, los propagandistas, pues su fin es el de manipular y controlar a la opinión pública, esto traerá como consecuencia lógica que las instituciones se erosionen, lo que conlleva a la polarización de los contrarios, afectando a la sociedad, a un país completamente. Y peor aún, las consecuencias de arrastrar tantas mentiras a lo largo del tiempo, llevan sin duda a que se cometan fraudes de todo tipo con consecuencias perjudiciales, afectando ciertamente la economía, mentir es parte de la corrupción moral y por tanto, lleva a que haya quien obtenga alguna ganancia particular, siendo un perjuicio hacia los demás que han confiado, y lo peor, es que, en la mayoría de las ocasiones, sea escasa o no hay sanciones ni consecuencias legales.

Las consideraciones al respecto sugieren como acto lógico y racional en las personas con cordura, que con la mentira nunca se gana, sino se pierde, porque siempre afecta, o acaso no debemos regirnos por alternativas de honestidad y responsabilidad para que se reduzcan los daños. Acaso la mentira puede proteger a alguien vulnerable y desfavorecer a quien ya tiene poder. No se trata en todo caso de priorizar la transparencia, el punto es decidir si la confianza es o no esencial. Acaso al reservar la omisión evitará que un daño inmediato sea proporcional, y se evita que los beneficios no sean los de los manipuladores o de las instituciones donde se actúa irresponsablemente. Actuar con responsabilidad significa que se debe evaluar las consecuencias a corto y largo plazo, pues los riesgos y sus efectos sociales siguen ahí como la propia mentira que se vuelve sistemática, como consecuencia se degrada la credibilidad al facilitar la manipulación de la sociedad en su conjunto; con lo que aumenta la polarización y aumentan los conflictos morales. Si la gente deja de confiar en las fuentes y las instituciones, lo que esto genera es vacío, y es con rumores con los se tratará de llenarlo, entonces surgen las teorías conspirativas y la violencia social en ciernes. Normalizar el engaño legitima las prácticas injustas, dificultando que haya reparación del daño, y sus consecuencias se viven en la experiencia cotidiana, o no es así. Preocupa que se siga creyendo en que la mentira al tener usos puntuales, extendida como recurso manipulador, haya causado más beneficios. La ética sugiere no depender de la mentira, proteger a los vulnerables y exigir transparencia a quienes detentan el poder, puesto que se trata del bien común, y solo la verdad y la rendición de cuentas son herramientas sostenibles en justicia.