Grano de mostaza

Corazón Venezolano, Corazón Prohibido

La política es esencialmente humana; en sus eventos, situaciones y acciones no se puede ocultar fácilmente la naturaleza emocional y sentimental  que se transige. La derecha rancia venezolana solicitó al CNE suspender de las propagandas institucionales del Gobierno Bolivariano la insignia de “Corazón Venezolano”.

Los expertos mediáticos de la burguesía saben muy bien que el diseño de este emblema es poderosamente alegórico a los profundos afectos que tiene el pueblo humilde venezolano con su Presidente Chávez.

Hay que reconocer lo asertivo de este emblemático lema cargado de sonido, color y emoción. Pintar un corazón por siglos es señal que se ama, mucho más cuando se ama a un pueblo todo y se es militante del amor por la humanidad

¿Por qué la derecha quiere ocultar esta imagen simbólica de la TV venezolana? Lo que ha hecho Chávez como presidente de la nación en su gestión de gobierno, está inconmoviblemente enraizado con su conexión amorosa con la gente; no sólo son obras de un líder político asentado en ideales, valores y principios humanistas, también ha sido una faena tangible y real que impacta en la aceptación de un pueblo  de naturaleza amorosa, afectiva y telúrica; que reconoce que Chávez es un ser humano abismalmente amoroso y consagrado a su servicio.

La derecha con todos sus millones y asesores internacionales no ha conseguido esta fórmula expresiva para que su candidato se conecte emocionalmente con las masas. En esta campaña electoral, en la cual están repartidas las cartas decisivas, es prácticamente imposible que la relación de amor entre pueblo y Chávez cambie para atestiguar los deseos insanos de la burguesía y su expresión tradicional  opositora.

Es el síndrome de LIGIA ELENA, la famosa canción de Rubén Blades, como sátira de un  amor sencillo y humilde que se antepone a los deseos burgueses de una sociedad clasista y capitalista. Cuando se está enamorado se sigue al corazón y a las señales espirituales de la sabiduría infinita del ser humano, que sabe distinguir muy bien las intenciones interesadas de la imposición material de la burguesía con sus fines confusos, contra las vivencias sinceras y recónditas de la virtud más sublime del ser humano: El amor y su eterno símbolo que es el  corazón.

Ni el dinero, ni la arrogancia imperial, ni los innobles deseos de la burguesía y sus lacayos opositores podrán romper estos lazos amorosos de un pueblo maduro y decidido a ser libre e independiente. Esperemos con pasión patria el próximo 7 de octubre, para que ese corazón  prohibido se vea nuevamente en las pantallas chicas de la tv  venezolana. ! Viviremos y Venceremos. Te amamos Chávez. 

Enviado a través de

arizaidaarcia1@gmail.com


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William Fariñas

Diputado a la Asamblea Nacional


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