Qué razones impulsaron al ofuscado e intolerante presidente de la Asamblea Nacional Henry Ramos Allup, mandar personalmente a despachar fuera del Palacio Federal Legislativo, los cuadros e imágenes de Simón Bolívar y Hugo Chávez. A saber ambos personajes botados son figuras históricas. El primero nada menos que El libertador, padre de la patria y referente espiritual de la venezolanidad; por otro lado El Comandante Bolivariano fue presidente de la república durante 4 periodos, recientemente fallecido y líder de millones de compatriotas que profesan su doctrina humanista y liberadora. Este cometido más allá de cualquier conjetura que abarque las complejas motivaciones emocionales y actitudinales del personaje de marras, las cuales son personalísimas; indudablemente esta acción tenemos que ubicarlas en el estricto espectro de la ideología y la política de la derecha reaccionaria venezolana. Ramos Allup es un liberal burgués con rasgos fascistoides que representa los más oscuros intereses aberrantes del puntofijismo y la llamada IV república, que aun pululan como fantasmas del pasado oprobiosos y vendepatria en este siglo XXI. Él como muchos otros sabe, que las ideas bolivarianas y sus iconos tienen una llamarada resplandeciente de redención para el imaginario del venezolano. Igualmente es necesario apuntar que la catadura fascista en la conducta de estos protagonistas no es, como generalmente se cree, un movimiento puramente retrógrado, sino que constituye una amalgama entre emociones sediciosas e ideas sociales reaccionarias para provocar a las masas chavistas con fines inconfesables. La insolencia fascista se origina siempre allí donde existe una autentica propuesta liberadora para el pueblo, contraria a los intereses pérfidos y crematísticos del fascismo, tal como lo es la emocionalidad bolivariana y patriota representada en la iconografía de Bolívar y Chávez. Esta conducta de Ramos Allup es absolutamente miedo a la fuerza revolucionaria de sus iconos. En su forma pura, el fascismo es la suma de todas las reacciones irracionales del carácter humano inestable, sumado a la intolerancia política, el odio racial y su expresión políticamente organizada de la derecha oposicionista de esta época venezolana, las cuales percibimos con desparpajo. Ya veremos la respuesta del pueblo bolivariano. Venceremos.
