México

Si no aprendemos a defendernos de la explotación y represión no enterrarán vivos

1. La lucha de los padres de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos por el gobierno de Peña Nieto en Ayotzinapa, ha sido ejemplar durante los dos años transcurridos. Han visitado todos los estados de México y algunos países del extranjero llamando a conocer el problema. Esta batalla de los padres ha desarrollado una enorme conciencia de dignidad en el pueblo mexicano convirtiéndose en una bandera de lucha nacional. ¿Qué ha hecho la clase dominante, es decir, la gran burguesía que domina absolutamente el ejecutivo, legislativo y judicial? Tapar a policías, militares, asesinos, para que nunca se llegue a conocer eso que llaman “la verdad”. ¿No será el momento de acudir a otra estrategia ante gobiernos, empresarios y partidos profundamente corruptos?

2. Lo mismo debe decirse de los heroicos maestros de la Coordinadora (la CNTE) que después de 35 años de lucha, siguen confiando en dialogar con el gobierno cuando se ha demostrado hasta el fastidio que esos diálogos, históricamente, sólo han sido para que se burle el gobierno. ¿Qué hacer? Pues la CNTE misma ha demostrado que si no hay bloqueos de carreteras, plazas comerciales, aeropuertos y glorietas –sobre todo en la CDMX y centros esenciales de la economía- pedir diálogo parece un lloriqueo. Hoy la demanda más importante es que los más de tres mil maestros cesados recuperen sus plazas y su dinero. Pero pedir el desconocimiento de la Reforma Educativa sería como sacar a Peña y a Nuño con patadas en el trasero. No se olviden que es un problema de fuerzas, nunca de razón.

3. No discutan sobre el premio Belisario por son chupadas; tampoco si Trump tuvo menos votos o si los empresarios plantean una migaja más al salario mínimo que debería ser de 250 pesos para comprar una canasta mínima. Las demandas contra los explotadores deben estar claras; lo que urge es cómo nos agrupamos en seis o siete estados para organizar bloqueos frente a un maldito ejército, marina y policías que siguen asesinando libremente y sobrepasan en número al millón de elementos entrenados en EEUU, Panamá, Israel, Colombia. Hoy el gobierno les está entregando a los milicos todo el poder para que personajes como Carmen Aristegui –gran luchadora por su dignidad- sean cateados en su hogar para intimidarla o amenazarla de muerte. ¡Qué jodido país de gobiernos asesinos hemos construido!



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Pedro Echeverría


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