Guerra económica

El modo de producción y cambio predominante y casi absoluto en nuestro país es el capitalismo, pero además de esa generalidad nuestra economía presenta rasgos particulares como consecuencia del desarrollo histórico concreto.

Para nadie es un secreto que nuestra economía, con grandes potencialidades para el desarrollo endógeno, presenta fallas estructurales que hasta tanto no sean superadas actuaran como serios obstáculo para cualquier cambio verdadero; ¿como puede desarrollarse un país con una economía rentística, monoproductura y multiimportadora que además se convierte en eficiente caldo de cultivo para la especulación y el sabotaje?.

Aunque con esquemas nada nuevos en el formato de golpes de estado y crisis generalizada que le ha aplicado el imperialismo a los gobiernos progresistas y revolucionarios, en el 2.002 nuestra “prospera” oligarquía parasitaria de la renta petrolera nos demostró de lo que son capaces poniendo, literalmente, al país en estado de sitio económico y de abastecimiento con su “paro cívico” que no fue más que la punta de lanza de la contrarrevolución para acabar con el proceso bolivariano, doce años después, aunque usted no lo crea, esta misma oligarquía está ejecutando una guerra económica, esta vez más silenciosa pero más efectiva, contra el pueblo venezolano intentando salir del gobierno nacional, esta política criminal saboteadora ya dio sus primeros frutos al ser factor importante en los resultados del pasado 14 de abril.

Lo que nos llena de estupor es lo muy poco que en materia económica hemos avanzado, y no me refiero a la evaluación de cifras macroeconómicas, me refiero a la falta de esfuerzos reales y sostenidos por la transformación verdadera del modelo económico venezolano y esta tarea no la podrá ejecutar la burguesía emergente y mucho menos la burocracia ineficiente, de allí la necesidad de la acumulación de fuerzas de quienes plantean la transformación revolucionaria de la sociedad venezolana y por ende de su economía para, sin afectar la necesaria y objetiva alianza antiimperialista, imponer criterios de transformación socialista en las relaciones de producción y de poder en nuestro país, lo cual constituye un trabajo que apunta a lo estructural y a objetivos históricos sin que esto excuse pausas o “lentitudes”.

Sin embargo, en este caso, de lo que se trata es del desarrollo descarado e impune de un mecanismo de conspiración en donde se están conjugando, ya lo hemos señalado, altos niveles de ineficiencia burocrática gubernamental con la determinación política de poderosos grupos privados que son a fin de cuentas brazos económicos de la reacción y que tiene en sus manos la producción, sería mejor decir importación, de productos básicos de alimentación con los cuales especulan y acaparan causando desespero e impotencia en el pueblo venezolano.

Una de las medidas inmediatas para derrotar el golpe económico es la conformación y masificación de los Comités de Defensa contra la Especulación y Acaparamiento, y cualquier otro mecanismo contenidos en las leyes específicas de este tema, es responsabilidad de los revolucionarios y antiimperialistas parar el “golpe avisado” contra nuestro gobierno nacional para restaurar en el poder político a los sectores asociados al imperialismo, pero una vez cumplida esta tarea no puede haber más excusas: sí de verdad queremos hacer una revolución hay que transformar desde la raíz el atrasado modelo de producción venezolano apuntando a superar el capitalismo, ¿qué tal si comenzamos creando Consejos de Trabajadores y Trabajadoras en todos los centros de trabajo?.
 



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Edgar Meléndez


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