Doctor Pedro Grima Gallardo: Parábola luminosa en la historia intelectual de Venezuela

Hombre de pensamiento sereno y verbo claro, Pedro Grima Gallardo concibe la filosofía como camino de servicio, no de soberbia. En sus escritos y conferencias destaca la importancia de la verdad como compromiso ético antes que como herramienta de poder. Cree que la tarea del intelectual consistía no en acumular datos o títulos, sino en orientar a la sociedad hacia el bien común.

En tiempos turbulentos, ha mantenido una postura firme basada en principios éticos y cristianos, defendiendo la dignidad del ser humano por encima de cualquier interés ideológico. Su lenguaje, accesible y profundo, atraía tanto al estudiante novato como al pensador experimentado, porque se sostenía en una convicción esencial: que toda verdad auténtica debía expresar amor. Para él, el pensamiento desprovisto de compasión se convertía en mera vanidad erudita.

En su faceta académica, el Doctor Grima Gallardo ha impulsado incansablemente la investigación científica y humanística en los espacios académicos donde le ha tocado estar; su participación en proyectos de desarrollo educativo y cultural ha fortalecido el vínculo entre la ciencia, la filosofía y la espiritualidad. En cada iniciativa veía la oportunidad de sembrar esperanza y elevar la conciencia colectiva. Ha sido un defensor del rigor intelectual, pero también del diálogo interdisciplinario, adelantándose a su tiempo en la comprensión de la transdisciplinariedad como horizonte del saber. Su visión integradora ayudó a formar generaciones de investigadores que hoy combinan con naturalidad la objetividad de la ciencia con la sensibilidad ética del humanismo. Grima Gallardo no sólo ha enseñado cómo pensar, sino también cómo sentir con responsabilidad.

Detrás del académico se hallaba un hombre de profunda fe; su cercanía a los saberes le otorgaba un carácter humilde y compasivo, lejano al elitismo intelectual. Comprende que el conocimiento debe ser un instrumento al servicio del amor fraterno, y que la misión del sabio estaba en tender puentes entre los hombres. En escritos insiste en la reconciliación como camino transformador, llamando siempre a redescubrir la bondad esencial del otro. Ha sido impulsor de la cultura anti imperial y de la radical sentencia del capitaloceno como servicio a sabiduría consiste en servir desde el corazón.

Su pensamiento filosófico y pedagógico se basó en una idea clave: el ser humano es un proyecto inacabado, llamado a realizarse en comunidad. Esta visión lo llevó a desarrollar propuestas educativas donde el estudiante era protagonista activo de su propio proceso de aprendizaje. Cree que educar es un acto de fe en el porvenir, una apuesta por la posibilidad del bien. En el ejercicio de su papel como académico, integra la reflexión moral con la indagación científica, mostrando que los grandes enigmas del mundo —desde el origen del cosmos hasta la esencia del alma— sólo puede abordarse desde la apertura al misterio. Entre sus discípulos ha dejado no sólo conocimientos, sino una forma de mirar la realidad con ternura y asombro. Así cultiva una pedagogía del espíritu que sigue inspirando a quienes buscan unir sabiduría y emociones, ya que para él es importante sentir la sapiencia de las ideas a través del sentir y la pasión en la vida.

Hoy, el nombre del Doctor Pedro Grima Gallardo, resplandece en el colectivo de las academias, como símbolo de integridad, sabiduría y servicio. Su trabajo trasciende las fronteras de la academia y se adentra en el territorio de la experiencia humana más noble: la búsqueda constante de la verdad guiada por el amor. El Dr. Grima es un sembrador de diálogo, un arquitecto de pensamiento y un servidor de la luz en medio de las sombras. Sus libros, conferencias y testimonios de vida continúan invitando a vivir con autenticidad y profundidad. Vivir su certeza de que la educación, cuando nace del alma y se orienta al bien, se convierte en el acto más sublime del espíritu humano, es hacer surgir, de manera permanente, la llama que sigue iluminando conciencias en el camino del saber y la esperanza.

Recientemente el Dr., Grima, en coautoría con el Dr. Félix Barloil León, publicó el libro "Capitaloceno: camino hacia el fin de la humanidad" (2025), el cual constituye un aporte fundamental al pensamiento sociopolítico contemporáneo al replantear la crisis ambiental global desde la perspectiva crítica del capitalismo. En sus páginas, los autores profundizan en el análisis de las relaciones entre el poder económico y la transformación acelerada de los ecosistemas, destacando cómo el capitalismo del siglo XXI ha multiplicado la explotación y segregación de medios de vida, desde el colonialismo europeo hasta los esquemas de acumulación de capital actuales. Esta visión permite comprender el Capitaloceno como una época dominada por el capital, en la que las bases de la crisis ecológica y social son explicitadas con rigor argumentativo.

Una de las aportaciones intelectuales del Dr. Grima y el Dr. Barloil León, reside en su crítica a las explicaciones oficiales, principalmente las impulsadas por organismos internacionales como la ONU, que atribuyen el cambio climático exclusivamente a la quema de combustibles fósiles. Para los autores, estas narrativas simplifican un fenómeno multidimensional y eluden el papel central de la acumulación capitalista en la ruptura metabólica de la naturaleza, lo que da pie a nuevas políticas y discursos ecológicos que, lejos de resolver las raíces del problema, perpetúan la desigualdad y el consumo insostenible. De este modo, cuestionan el supuesto de que basta eliminar los combustibles fósiles para detener la catástrofe, atendiendo a procesos históricos de apropiación social, producción y colonialismo.

El texto introduce el concepto de "eco-fascismo" y advierte sobre los riesgos de una eco dictadura global, donde la crisis ecológica sirve como excusa para implementar mecanismos autoritarios y fortalecer privilegios de una élite minoritaria.

Grima y Barloil León analizan cómo los discursos ambientalistas pueden ser instrumentalizados por grupos de poder, generando políticas represivas que socavan los derechos humanos en nombre de la conservación del medio ambiente.

Este enfoque permite entender la problemática ecológica no solo como lucha contra el cambio climático, sino también como escenario de tensiones sociopolíticas donde se redefine la gestión de recursos y la vida humana.

A todas estas, Grima y Barloil León, como partes a la obra, expone modelos matemáticos y ecuaciones sencillas para ilustrar el consumo global de recursos, evidenciando que el patrón actual requiere varios planetas Tierra para sostenerse y que cualquier solución debe considerar la reducción significativa tanto del consumo como del número de habitantes.

En este sentido, los autores critican la obsolescencia programada, el desperdicio de alimentos y la manipulación de la ciencia y la información por los intereses corporativos, alertando sobre los peligros de un sistema diseñado para explotar y desechar a las personas. De este modo, el Capitaloceno se entiende como una maquinaria que destruye el tejido humano y natural bajo lógicas de consumo y poder.

En materia filosófica y social, el aporte de Grima y Barloil León se manifiesta en la discusión profunda sobre las necesidades humanas y el desarrollo insustentable, contraponiendo las nociones convencionales de crecimiento económico con la imperiosa necesidad de un modelo de "Solidaridad Mutuamente Asegurada". Los autores recuperan las propuestas de Max-Neef y critican la visión eurocéntrica y prometéica que ha guiado la modernidad, proponiendo alternativas basadas en la cooperación, la equidad y la autonomía local. Esta perspectiva invita a resignificar el futuro, privilegiando el bienestar colectivo y la protección del planeta desde una racionalidad holística.

De manera puntual, el "Capitaloceno: camino hacia el fin de la humanidad", se erige como una obra crucial para repensar la ecología mundial desde una óptica histórica y ontológica, abriendo el debate sobre la creación de nuevos valores políticos, éticos y sociales. Grima y Barloil León defienden la necesidad de una "política ontológica", donde la soberanía alimentaria, la sostenibilidad ecológica y la democracia cultural sean respuestas integrales a la crisis civilizatoria. Con planteamientos innovadores y una mirada transdisciplinaria, el libro contribuye sustancialmente al pensamiento sociopolítico moderno y a la búsqueda de escenarios emancipadores.



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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