La peor vergüenza para Colombia, el recibimiento de Duque a Leopoldo López

"Un fantasma fotografiado no es más

interesante que una cafetera"

Antonio Machado

El descaro del imperialismo y sus serviles no tienen límites, y podemos terminar copiando un jingle publicitario: no tiene precio. La caricatura de presidente de Colombia, Iván Duque, acaba de echarse la última ensuciada al recibir a Leopoldo López, como un héroe nacional; significando una vergüenza para cualquier colombiano con la dignidad y la moral del Libertador Simón Bolívar, quien supo enfrentar al adversario, como lo dejó plasmado en un brillante pensamiento, formando parte de las infinidades de proclamas y documentos, que jamás podrán borrar del pueblo colombiano la inmoralidad de estos últimos mandatarios, bajo la atenta mirada del gobierno de Washington: "A mis enemigos los combato, desde cerca con la espada, y desde lejos con mi pluma".

Todo parece indicar, que es parte de la provocación sistemática del imperialismo contra el Presidente Nicolás Maduro, pero han llegado a una peligrosa y desesperada desfachatez de utilizar a un verdadero asesino, sentenciado a 14 años de cárcel –salió barato– por un número lamentable de muertos y heridos en las guarimbas dirigidas por el auténtico esbirro representado en Leopoldo López, quien ha regresado a Colombia con los instintos crimínales encendidos, sabiendo que tiene el apoyo incondicional del imperialismo por medio del desquiciado de Trump, y, el nuevo candidato a las páginas rojas de la historia de Colombia, Iván Duque.

El trabajo del imperialismo, está fríamente calculado, y para nadie es un secreto las siete bases militares, y el empeño de utilizar el suelo colombiano, como plataforma para sus ataques terroristas contra el pueblo venezolano, sin medir a quien se llevan por delante en sus desesperados intentos de acabar con el proyecto bolivariano, dirigido y defendido valientemente por el Presidente Nicolás Maduro Moros. Los últimos ataques tienen el sello de la aprobación de Iván Duque, y como quién –dice–se le está yendo la lengua, y no precisamente por guapo, sino por el contrario; se está chorreando antes las reiteradas metidas de "pata" porque aumenta la presión del gobierno de Washington, por ver resultados concretos, y al no tenerla nada fácil, antes la valentía y resistencia del pueblo venezolano, los oídos se le van a reventar, antes la alarma descompuesta con un solo fin: llamando a tumbar a Maduro, por cualquier vía.

El gesto desesperado de recibir a López, fue titulado con mucha cautela por algunos diarios colombianos. El (Plublimetro.com de Bogotá) reseña de la siguiente manera: ¡El polémico recibimiento de Iván Duque a Leopoldo López! saben que le han dado una bofetada al pueblo colombiano, que más temprano que tarde se lo puede cobrar, y no precisamente en peso, ni en dólares; sencillamente reclamando su verdadera identidad y respeto por su dignidad antes la cantidad de atropellos, y masacres, el cual ha dejado miles de víctimas, la mayoría de ellos, verdaderos luchadores sociales.

Iván Duque, representa en Colombia, una copia de Guaido en el poder; totalmente entregado al imperialismo, no hace absolutamente nada sin consultar a su amo. Las dos grandes diferencias, el cual marcan el gran distanciamiento entre el gobierno de Duque y Nicolás Maduro, es a quién defienden, y lo que en verdad representan para los pueblos que luchan por su libertad. Maduro, con todos sus errores, pero en medio de un hostigamiento nunca visto en ninguna parte del mundo, se encuentra con la bandera de la libertad en una mano, y con la otra arengando a sus compatriotas a no desmayar antes los ataques del imperialismo, porque la verdadera liberación se conquista con la razón, y la verdad, pero hay que defenderla, hasta con la propia vida, y nadie más que él se encuentra amenazado, por ser el guía en medio de la tempestad.

Es el momento propicio para repetir unas máximas de Mahatma Gandhi: "Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza. Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan. Voy a seguir hablando de Paz, aún en medio de una guerra. Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad. Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha Y seguiré gritando, aún cuando otros callen. Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas. Y transmitiré alivio, cuando vea dolor. Y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristezas. Invitaré a caminar al que decidió quedarse sentado. Y levantaré los brazos, a los que se han rendido. Porque en medio de la desolación, habrá un niño que nos mirará, esperanzado, esperando algo. Y aún en medio de la tormenta, por algún lado saldrá el sol. Y en medio del desierto crecerá una planta. Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonríe y una mariposa que nos regale su belleza".



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Narciso Torrealba


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