El diablo y toda su gente tienen sus ojos puestos sobre PDVSA, así que lo peor que uno puede imaginar es que La MUD le ponga sus manos sucias a la patria.

Madame diputada Schwarzenegger amenazó al país con que vendría una espantosa catástrofe y uno tiene que advertir que, amenazar es propio de camorreros.

Una cosa es amenazar y otra muy distinta es advertir, dado el caso, que pueda ocurrir una calamidad pública.

Es irresponsable intentar meterle miedos al pueblo en vez de sí alentarlo con esperanzas; nuestro pueblo digno y trabajador no debe ser objeto de machomos y mucho menos por parte de una persona a la que el pueblo ha elegido como diputada; hay que ser bien caradura para actuar de mala fe como la Schwarzenegger Machado; si alguna catástrofe pudiese suceder aquí será seguramente a lo interno de la MUD, que pierda unas cuantas alcaldías y que luego esa tan mala juntilla se enfrasque en una guerra de fragmentos por las migajas de poder que seguramente obtendrá porque, a decir verdad, todavía hay mucha gente ciega y sorda ante el futuro, tal sordera y tal ceguera es consecuencia de la guerra informativa a la que es sometido el pueblo a diario, guerra que no cala en la inmensa mayoría pero que ciertamente enfermó de manera cuasi irreversible a muchos y que son -esos enfermos de noticias- quienes votan por la oposición falaz.

Hay que tener una clara noción de porvenir para echar a esta patria para adelante; no es ético que comprometamos el futuro de tantos niños que no han nacido todavía, cuando ellos nazcan han de nacer con derecho a disfrutar la riqueza de su patria y en eso figura nuestro petróleo, a todas luces es una inmoralidad entregarle al imperio norteamericano para que despilfarre, la inmensa riqueza petrolera de Venezuela, que no es sólo nuestra, es también de quienes nacerán sobre el suelo patrio y nosotros tenemos sobre nuestros hombros la enorme responsabilidad de defender lo que es de todos.

Pero hay un grupito de sinvergüenzas a quienes poco les importa eso y la diputada Schwarzenegger es propiamente -conjunta con Julio Borges y el “dueto capoldo”, además de con otros relambeñemas- nodriza de terrores que, a su vez, esparce contra el digno pueblo trabador, así como sembrar arroz.

Siembra vientos y cosecha tempestades, por lo que pienso que el funesto augurio de que “lo peor está por ocurrir” caerá sobre la MUD.

Esa caraja es maluca, qué cruel es, amenazar al pueblo para intimidarlo a que se someta a la esclavitud, ¡vaya que descaro el de esa señorita! Nomás que la institutriz del odio y la desesperanza, burguesa insolente y criminal e inmisericorde y frasquitera, buscapleitos, ignominiosa, pura desfachatez a lo Jalisco como aquél fatídico 11 de abril de 2002 cuando ella contrató a francotiradores para que mataran no sólo a chavistas sino, inclusive, a sus propios seguidores, a quienes llevaron engañados a una orgía de pólvora y sangre, para justificar su jaliscada.

Pero este pueblo ya está harto de que se le veje, de que se le ningunee, de que se le esclavice, por lo que es hora de asumir su liberación, su propio destino.

El pueblo debe llenarse de esperanzas de que lo mejor está por suceder, siempre y cuando se adjunte al proceso revolucionario bolivariano y chavista, única vía para la paz.

Vengan, incluso escuálidos, vengan con nosotros, vengan con nuestro gran partido de la revolución, el PSUV, vengan al partido de Chávez que no es otro que el Partido Socialista Unido de Venezuela; mas, si aún falta coraje para votar por el PSUV ahí está el Gran Polo Patriótico, digna alternativa para vuestro bienestar.

Tú no eres masoquista para votar por quienes sabotean la electricidad, las refinerías petroleras, el suministro de gasolina y la comida; además y por si fuese poco, esconden el papel con que te limpias el furrutaco, pero tú no eres bobo para no darte cuenta de que así sea; mas, si aún persistiese la duda de quienes son los culpables de la escasez de productos básicos, te bastará preguntarte a quien le conviene y a quien no le conviene y así tú te convences por tu propio pulso, tu propia elocuente respuesta.