La oposición venezolana y el Golfo de Venezuela

Tras largos años de silencio,vacilaciones y contradicciones por parte de la oposición venezolana respecto a un tema tan neurálgico para la Política Exterior venezolana como el diferendo de aguas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela, el pasado 09 de mayo de 2012, el candidato de la unidad opositora, Henrique Capriles Radosky reveló al fin la opinión del sector antichavista sobre el Golfo de Venezuela y su visión de cómo a su entender debería solventarse la disputa histórica con la República de Colombia. En una lamentable entrevista ofrecida por Capriles al legendario periodista colombiano Yamid Amad, el vocero de la oposición venezolana confesó de una vez por todas como pretende un eventual gobierno de la derecha venezolana afrontar este tema. Ver en http://www.cmi.com.co/?py=10

Dado la gravedad de lo señalado por Capriles, considero pertinente rescatar algunas de las perlas arrojadas por él candidato de la MUD; estas frases dejaron atónito al Señor Amad e inmediatamente fueron recogidas por todos los medios colombianos y lógicamente silenciadas por los medios en Venezuela. La razón de estas reacciones estriba en el simple hecho que lo dicho por Capriles implicaría en un hipotético gobierno opositor, un cambio radical de nuestra posición histórica respecto al Diferendo. Ante la incisiva pregunta del periodista, sobre si Colombia tenía o no derechos sobre el Golfo de Venezuela, Capriles con su acostumbrado lenguaje difuso y ambiguo, y asumiendo que se la estaba comiendo, hizo un comentario electorero que luego se derrumbó ante el peso de su suprema ignorancia y respondió que el golfo: “No es negociable” y al mismo tiempo dijo que era un “debate superado”; Yamid asombrado repreguntó una y otra vez, pues es bien conocido en Colombia que aún existe una Comisión Negociadora Binacional (CONEG) que trata el tema y que lejos de ser un asunto superado, esto continúa siendo para los dos países un tema bastante espinoso debido a las implicaciones históricas y geopolíticas.

Ante la insistencia del periodista, Capriles arrojó lo que a mi juicio es una verdadera bomba atómica contra los altos interés nacionales de Venezuela, y con una seguridad inequívoca dijo “para eso están las instancias internacionales tal como lo hemos hecho con Guyana...” Capriles sin darse cuenta estaba arrojando por el caño más de cincuenta años interrumpidos de Política Exterior en los cuales Venezuela se ha opuesto contundentemente a cualquier propuesta de Colombia de someter este delicado tema a instancias internacionales. Pero su entuerto no quedó allí y fue más allá. En una demostración de absoluta “estupidez ilustrada”, cuando el periodista neogranadino le consultó si tal instancia internacional sería la Corte Internacional de Justicia, absurdamente el opositor contestó que no, que ahí no sería la cosa, sino en las Naciones Unidas. Queda claro ya en este punto que los Ex-embajadores de la llamada Cuarta República, asesores de la MUD, no le explicaron a este Ex alcalde asaltante de Embajadas, que la Corte Internacional de Justicia es un órgano esencial del sistema de Naciones Unidas, establecido en 1945 en la Haya, Holanda, y que es el organismo internacional que se ocupa de las demandas y disputas territoriales entre los Estados.
Pero más allá de la gran ignorancia demostrada por Henrique Capriles en Política Exterior, Derecho Internacional Público y en Historia Diplomática, (algo muy cuestionable en un abogado aspirante a la máxima magistratura de Estado) lo más preocupante del asunto ha sido la euforia desatada en Colombia por sus declaraciones. Quienes sí nos hemos tomado el tiempo de estudiar estas disciplinas sabemos perfectamente que Colombia siempre ha favorecido las solución de diferencias territoriales en instancias internacionales; caso contrario ha ocurrido con Venezuela, pues bien conocido son los nefastos resultados que en el siglo XIX y XX tuvieron para Venezuela los famosos laudos arbitrales y la participación de terceras instancias en materia de límites y fronteras, tanto con la misma Colombia como con el Guyana, entonces colonia inglesa. Luego de estas terribles experiencias Venezuela ha privilegiado la negociación directa, bilateral y sin intermediarios en sus asuntos limítrofes, como método preferente a cualquier otro en materia de delimitación. Por otra parte, el hecho que Capriles haya dicho que es un tema que no se negocia porque esta superado y que no se debate, pero que al mismo tiempo diga, que debe ser sometido a instancias internacionales, es una tremenda contradicción, porque ciertamente sí es un tema que se ha negociado, se negocia y esta aún por negociarse bilateralmente con Colombia en la Comisión Negociadora establecida en la “Declaración de San Pedro Alejandrino en 1989” y que por lo tanto no puede ser un asunto que esta superado.

Otro punto a destacar es el garrafal error que comete Capriles al comparar la controversia sobre el Esequibo con el diferendo con Colombia; ambos casos no pueden ser tratados de igual forma, ya que en el caso del Esequibo se trata de un reclamo o disputa territorial, con Colombia se habla es de una delimitación de aguas marinas y submarinas; en el Esequibo existe la actuación de un buen oficiante de las Naciones Unidas que como su nombre bien lo indica, sirve de intermediario de buena voluntad, no decide ni influye en la controversia, ya que al final de cuentas la decisión esta en manos de las dos partes negociadoras y no de un organismo internacional.

Este hecho demuestra una vez más que la oposición en su ciega obsesión de poder ha elegido a un candidato que no cuenta con la formación ni con los asesores para defender los más esenciales principios del país y que sin duda responden a un lógica trasnacionalizada que para nada tiene que ver con los más altos interés de Venezuela como Estado Nación.



Lic.en Estudios Internacionales.



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Robinson Zapata T.


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