La lógica de los escuálidos se fue a pique

Que enredo inoportuno ha dejado el resultado de las elecciones próximas pasadas en la oposición venezolana que cada vez que vamos a un proceso de contarnos si pierden, desconocen el Álgebra de Boole y la tiran al móvil de los retardos y en su mal pensar ellos son siempre los ganadores –a lo Jalisco- y en ese afán de escamotear la verdad y el descontento que le deja el peso en la balanza de la merma de su baja popularidad, estiran sus mentirosos argumentos que la canalla se complace en repartir visualmente la complicidad de la creencia, y sus argumentos se hacen bien exóticos en calidad y tamaño y, como ellos piensan poco y cuando lo hacen es para colmar el pedestal de la ultraderecha de estupideces y, en ese ritual de antojos se jactan de su inigualable inteligencia para profanar la lógica universal que por encima de cero predomina lo mayor sobre lo menor, es decir, si a>0 y b>0, entonces a>b, que los lleva a trepar irrealidades y entonces se confunden y se esconden en que –b>-a, con lo que matemáticamente los lleva a la pérdida de los reflejos condicionados que lo que deja es una suerte de lástima por donde pasan que los lanza al fondo de su negatividad mental y, cuando el presidente Chávez los reta públicamente a que lo saquen del poder con votos mediante referendo, basado en la Constitución –para que demuestren que tienen la mayoría del electorado-, entonces se les viene el mundo encima y se van por la pendiente de los cuerdos dentro de su ceguera demencial y ni de vainas aceptan y, el espacio que dicen tener, se le reduce lastimosamente a un orgasmo sin esperanzas de fecundar el poder y lo único que atinan a decir, ya tenemos la Asamblea para echar para atrás las leyes aprobadas y enfriar las por venir que, son sus sueños en fases de amargura.

¿Quién puede confiar en las ideas políticas de esos fulanos si son un puñado de irresponsables dentro del desorden que conforman como oposición golpista? A no ser los mismos degenerados parasitarios que pululan su círculo lleno de un frenesí sin rumbo que los tiene en la pendiente del olvido.

¿Cuánto gastó la MUD en el desarrollo de su campaña electoral reciente? ¿Y de dónde salió ese chorro de dólares, transformados después en bolívares? Preguntas que deberían tener respuesta para el pueblo venezolano, porque un grupúsculo de limpios y tramposos que la mayoría de ellos lo son, no tienen de que brisa agarrarse a no ser a la que sopla del Norte, para empeñarse más de lo que están como fariseos dentro de la misma comparsa de delincuentes –inmorales y sinvergüenzas.

Los nuevos representantes del PSUV a la Asamblea Nacional deben tener mucho cuidado y atención con esos 65 individuos –hombres y mujeres- que estarán a la caza de cualquier desliz para meter sus garras que envilezcan situaciones y perviertan el clima democrático de nuestra revolución que, ellos como tenedores de malas mañas estarán a la caza del momento más oportuno para contaminar el desarrollo de los debates dentro de las escaramuzas de le dejó la IV-R, y jamás dejar pasar aquello que dice el vulgo dentro de su sabiduría pueblerina del Canto de Guaraña: “La cultura popular tiene amigos a montones, pero en ella se colean (adecos y copeyanos)” que eso es lo que han sido toda la vida, los políticos adecos-copeyanos con sus apéndices recientes y, bien lo sabe el viejo Juan Bimba.

De las elecciones del 26-S hay mucha tela que cortar y de cada retazo suelto de inconformidades e insuficiencia se deben revisar y analizar con pinzas pedagógicas las experiencias negativas que para el futuro deban ser corregidas y deben ser rellenas de validez para no cometer los mismos errores a cuanto al facilismo, mala praxis, desconfianza, zancadillas y falsos componentes que abundan y, que no se dependa del apoyo del máximo líder para poder trepar a lo que se aspira y, que la poca seriedad en el trabajo de calle que fue más el telefónico por los líderes de la comodidad al del abrazo del calor humano dentro de la visita espontánea que debe ser rutinaria líder-pueblo y, no cuanto lo necesitan.

En estos días y en los que siguen habrá mucho demonio suelto hilando disparates tras disparates lo que en oídos sordos no abrirá puertas de nuestra honestidad y, todavía nos faltan por oír las plegarias del cardenal Urosa que, debe estar en reunión permanente con dios para finalmente bañarnos de oraciones apretujadas y dilatadas de buenos augurios dentro de su paz diabólica que, ensalma vaivenes de mala gracia, por lo que feliz y contento por su inmenso triunfo de sus allegados debería estar si, por lo contrario la ira no se lo come vivo por tener conciencia del orden matemático.

La tropelía de los escuálidos en la escogencia de sus representantes al Parlatino, los deja bien mal parados por su baja moral, sobretodo a la clase media burguesa, al salir nominado el titiritero mayor de los adecos venezolanos como lo es Ramos Allup, distorsionador y espoletero orbital de la armonía nacional que enmendará hasta el modo de pensar de los latinos sin pujanza, atajará leyes, revisará convenios, creará cartas espaciales sin dirección, vomitará el fuego fatuo de algún lucero y quizás baile los 7 pasodobles de una tarde fría y sin menoscabo alguno llorará de celos de su propia petulancia –según él- y como buen degustador de afrentas, le meterá de lleno a los frijoles sin vaina y a la tortilla con picante que mate la delicia de los ineptos.

Y nuestra Asamblea también estará regocijada de bellezas incomparables que pintarán con su verbo la creatividad de las ideas que hagan posible desnudar la odiosa perversión que tienen otras como la malinche María Corina de plantarse arrodillada ante el imperio y acatar sus órdenes que van en detrimento de nuestras mujeres y de la voluntad de independencia que envuelve la revolución democrática que desarrolla la justicia social, en que la paz sea parte del rumbo de sosiego cultural del bienestar de los pueblos de América Latina.

¿Quién perdió las elecciones legislativas? La revolución o la oposición escuálida venezolana. ¿Ya lo sabe? Entonces déjelos que gocen una y la otra que la sufran como verdad única que los entierra como bichos de ultratumba.


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Esteban Rojas


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