El presidente Chávez no ha debido llamar troglodita al Cardenal Urosa porque los pobres hombres de las cavernas eran gente sencilla, sin otra forma de resolver sus necesidades que responder a sus instintos; en cambio el Cardenal; por la inmensa responsabilidad de su investidura, abusa de ella, con absoluta conciencia de provocar un efecto bien meditado, para lo cual cuenta con el apoyo cómplice de los medios de comunicación golpista.
Sr. Cardenal en usted la historia se repite, el verbo irresponsable de numerosos clérigos, en nombre de Dios, han llevado a la muerte a millones de seres humanos. Recuerde usted las Cruzadas, la Inquisición, los curas españoles antecesores nefastos del nefasto Luís de Ugalde, son culpables de máxima responsabilidad en la Guerra Civil Española en 1936. ¿ Sabe usted cuál fue la posición de curas católicos en la “Guerra de los mil días” en Colombia?: el liberalismo era sinónimo de comunismo. Un cura español que combatió al lado de los conservadores durante la guerra, cuando murió mandó a colocar en su epitafio: “ser liberal es pecado”. Imagine usted Sr. Cardenal lo que le espera a Venezuela si su verbo mentiroso y anticristiano llegase a provocar una hecatombe civil, como la que pudo ocurrir en el año 2002, cuando otro funesto Cardenal fue cabeza visible de la conspiración que, pese a ser derrotada, causó la muerte de 100 personas, y más de veinte mil millones de dólares perdidos por el paro petrolero.
Sr. Cardenal, el Presidente fue generoso con usted porque de la sencillez de los hombres de las cavernas usted no tiene nada. Si acaso, por la mentira y la maligna intención de su propósito, bien podemos llamarlo Torquemada siglo XXI.
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