Guerra de IV Generación: no basta con defendernos hay que atacar

Estimados camaradas socialistas, en estos días, próximos pasados, he estado leyendo, con mucho interés, una serie de artículos y entrevistas a un muy buen número de personas que o bien forman parte de nuestro gobierno o bien son muy afectas a él, en donde retoman el tema fundamental, para la defensa de nuestra revolución, como lo es, el de la guerra, no declarada, a través de los medios de comunicación y que se la ha dado el nombre de “Guerra de IV Generación.

En estos artículos y entrevistas la conclusión final, que de todos estos se sacaba, era la imperiosa necesidad de defendernos de esta nueva oleada de ataques, muy bien orquestados desde el imperio y cabalmente llevados adelante por los medios opositores de comunicación. Era más que claro y evidente el llamado a una necesidad imperiosa, de las fuerzas revolucionarias, de comenzar a conquistar estos nuevos espacios de batalla, como lo son, el Facebook y sobre todo el Twitter, ya que estos dos sistemas de interconexión social han pasado, en la actualidad, a jugar un papel preponderante en la lucha contra nuestra revolución.

De igual manera, vemos como también, se hace un llamado y en este sentido ya se comienzan a ver muy interesantes movimientos, a la conformación de una base de juventud universitaria revolucionaria que pueda hacer frente a esa fuerza de choque, a esa carne de cañón, en la que se han convertido un pequeño grupo de estudiantes afectos al oposicionismo y que se han dado, últimamente, a la tarea de volver a calentar las calles.

Ahora bien, tengamos muy presente algo, no debemos jamás olvidar que nuestra lucha no es contra unos estudiantes, ni contra unos canales de televisión y ni siquiera contra el imperio mismo, nuestra lucha es contra un sistema moribundo que se niega a morir y que como toda fiera herida comienza a arrojar zarpazos a diestra y siniestra con tal de alargar su ya maltrecha vida, nuestra lucha es claramente contra el capitalismo, contra ese sistema económico maldito que lo único que consiguió, en realidad, fue mantener la esclavitud de los pueblos, ahora de una manera más soterrada, más oculta, no tan clara a simple vista, pero más alienante y dominadora que la esclavitud misma del siglo XVIII.

Es así señores, nuestra lucha es contra el capitalismo y de ahí que se hace urgente urdir un plan maestro de contraataque a este nuevo zarpazo que experimenta la bestia en su afán por mantenerse con vida y así mantener su supremacía en nuestra sociedad. A el capitalismo poco le importa la vida humana, el capitalismo esta hecho de papel y números, de concreto y hierro, no de sangre, piel y huesos, de ahí, que poco o nada le importe la vida de unos jóvenes, que para lo único que sirven, es para tratar de desestabilizar la paz social y crear un nuevo conflicto ficticio para nuestro gobierno, en tal sentido, una muerte o dos serian hasta perfectas, ya que conseguirían el fin primordial, que no es otro, que el de por lo menos resquebrajar en algo, las base o pilares de nuestro gobierno, de ahí, que hay que tener mucho cuidado con esa iniciativa de la creación de una fuerza estudiantil revolucionaria, que salga a la calle a hacer frente a estos grupúsculos muy bien focalizados.

Es claro que la confrontación física directa solo beneficia a la parte opositora, de ahí la imperiosa necesidad de definir claramente el papel que han de jugar estos jóvenes revolucionarios en esta guerra de cuarta generación, este papel solo puede estar orientado a dos puntos únicos, el primero, al enfrentamiento directo con los cabecillas de los jóvenes opositores, pero este enfrentamiento solo se puede dar en el plano del debate de las ideas, de la toma de posiciones, a través de la exposición de los conceptos, tanto de unos como de otros y jamás al enfrentamiento físico, ya que un enfrentamiento fratricida solo serviría a la causa de la oposición.

El otro punto que estos jóvenes deben atacar, es el de la denuncia constante y sostenida de la falta de argumentos y de basamento moral de los actos de estos jóvenes opositores, solo con el desmantelamiento de las matrices de opinión y la constante denuncia de estos actos, como actos vandálicos, desestabilizadores, les podremos quitar a estos jóvenes esa careta de demócratas y demostrar claramente lo que verdaderamente son, unos golpistas fascistas, que lo único que buscan es la salvación de ese sistema moribundo llamado capitalismo.

El otro aspecto que quiero tocar en el presente artículo, es el de las redes sociales, en este sentido han sido muchos y muy notorios todos los representantes de la revolución que han hecho un llamado a llenar estos espacios, a dar la pelea en estos sectores y si bien a priori comparto claramente esa idea, no es menos cierto, que es más que obligatorio meterle la lupa un poco más a fondo a este asunto.

No debemos olvidar que el máximo poder del capitalismo es el dinero, es así, tengamos bien en claro, que si bien es cierto, que nuestro país es muy rico, no es menos cierto, que los recursos económicos del capitalismo son casi infinitos, de ahí que debamos tener cuidado al realizar esta confrontación en el terreno que ellos crearon, porque podríamos caer en su juego y en vez de hacerle un favor a la revolución, estaríamos más bien, favoreciendo al capitalismo.

De lo anteriormente expuesto saco dos conclusiones inmediatas y que a continuación expongo, ya para terminar mi artículo, la primera conclusión, es que esta nueva lucha que debemos librar en el nuevo campo de batalla, (Facebook y Twitter), tiene que ser muy bien planificada, muy bien orquestada, ya que de lo contrario caeríamos en el juego de ellos, ya que una campaña lanzada al boleo y sin un sentido final especifico, casi con toda seguridad, en vez de ayudar a la revolución se va a convertir en nuevo factor perturbador para la estabilidad de nuestro gobierno, en tal sentido, yo soy más afecto a la creación, a partir de un ente gubernamental, de una gran plataforma tecnológica que nos sirva como nuestra propia red social, una plataforma que no solo sirva en Venezuela, ya es necesario que esa plataforma se extienda a nuestros países amigos, como Cuba, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil y que además, penetre en los países con gobiernos que nos adversan, como Colombia y Perú, ahí sí es verdad, mis queridos camaradas, que no nos estaríamos solo defendiendo de nuestros enemigos, sino que realmente iniciaríamos un contraataque poderoso y global, a esa bestia moribunda llamada Capitalismo.

Si bien es cierto que como gobierno pacifico nuestra meta primordial es la defensa de nuestro gobierno, no es menos cierto, que la mejor defensa es un ataque y de ahí que ya es harto necesario que iniciemos un claro, sostenido y poderoso ataque, a nuestros enemigos mediáticos.

pito0726@hotmail.com.


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Alfredo Domínguez Fernández


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