Con esta frase Hugo Chávez Frías se refirió a los intelectuales del Centro Internacional Miranda y tiene gran vigencia también con motivo de la celebración del Día Nacional del Periodista. Se ha mencionado reiteradas veces que en toda revolución hay sectores que desean cambios pero no tantos. Incluso la historia de la humanidad está llena de aquel pensamiento gatopardiano acuñado en la Italia de Garibaldi que admite cambios formales para que nada cambie y que ha sido tan denunciado por los movimientos populares y revolucionarios de todas las épocas debido a las graves consecuencias que este trae, ya que impide alcanzar las verdaderas transformaciones. Este comentario viene a colación en momentos en que se conmemora el Día Nacional del Periodista y que se está celebrando la semana de “La Artillería del Pensamiento” en diferentes espacios de la capital.
El domingo pasado en el diario Ultimas Noticias salió con gran despliegue un trabajo sobre un diálogo que se avecina entre los que están a la cabeza del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y el Movimiento por el Periodismo Necesario (MPN). Me sorprendió esta información en el contexto político en el cual nos encontramos de posibles sanciones a Globovisión y enfrentamiento a un plan conspirativo que va desde la arremetida mediática de ese canal televisivo unido a toda la red de radioemisoras y periódicos repetidores de sus matrices de opinión, hasta la activación de los paramilitares en todo el territorio nacional.
William Echeverría, quien trabajara para la Voz de América, una plataforma comunicacional de onda corta del gobierno de EEUU, la cual sirvió de mampara para el departamento de estado y la CIA en sus labores de sabotaje, conspiración y terrorismo de estado en nuestro continente contra gobiernos democráticos durante más de tres décadas, no es sólo el Presidente del CNP sino también el representante de los intereses de Globovisión en el gremio, comprometido hasta los tuétanos con los intereses del gobierno de EEUU y sus políticas contra el gobierno legítimo de Hugo Chávez Frías.
La Voz de América se define a sí misma en su página web como “el servicio en español de Voice of America (VOA), un servicio internacional de noticias multimedia que se transmite desde 1942 financiado por el gobierno estadounidense por medio de la Junta de Gobernadores de Radiodifusión. Cada semana, VOA transmite más de 1,250 horas de noticias y programación informativa, educacional y cultural a una audiencia mundial de más de 134 millones de personas. Los programas de VOA son producidos en 45 idiomas”. No poca cosa, verdad.
Pues bien, muchos nos preguntamos: ¿cómo se puede ir a discutir el contenido de la Ley del Periodismo con quienes la violan constantemente? ¿Cómo legitimar a tu enemigo cuando este te pisa los talones con cargas explosivas? ¿Qué es lo que se pretende cuando precisamente a comienzos de la celebración de la semana de “La Artillería del Pensamiento” se anuncia la posibilidad de este diálogo?¿Cómo es posible que en lugar de solicitar al gobierno nacional que se ejerzan las sanciones que corresponden contra Globovisión y denunciar al CNP como cómplice de toda la patraña mediática, se pretenda dialogar precisamente con quienes han convertido a esa organización gremial en un bunker de la ultraderecha, emitiendo comunicados que ofenden la dignidad nacional cuando se han unido a campañas internacionales contra el Presidente de la República e incluso repitiendo matrices de opinión que incluso justificarían el magnicidio.
Creo que en estos momentos lo que deberíamos hacer es abrir un expediente a Globovisión, fortaleciendo organizaciones como el Movimiento por el Periodismo Necesario, el Consejo Nacional de Comunicadores Socialistas y todas aquellas que aglutinan a los comunicadores alternativos y comunitarios para convocar a una gran constituyente que pueda debatir sobre la crisis del ejercicio de la comunicación social en Venezuela y hacer propuestas para enfrentarla.
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