Haití, Petión, el Libertador y el ALBA

Es hora de salvar a Haití de las garras del poder imperialista norteamericano, europeo, organizaciones bancarias mundiales y/o de sus incondicionales aliados internos.  El   primer país independiente de América del Sur, Haití, se ha venido hablando desde hace muchos años, se ha venido oyendo que la República de Haití es la más pobre del caribe y de Sur América, y sin embargo después de décadas y más décadas, y medidas y más medidas tomadas por parte de los países ricos para sacarla de la pobreza, su situación sigue igual, o peor, pareciera que aquellas intenciones no fueran de verdad sino una mentira más de tantas que dicen la mayoría de los diplomático y voceros de ricos y poderosos gobiernos, porque verdaderamente que no es creíble que entre algunos de esos países no puedan reunir la cantidad de dólares suficientes para reconstruir y poner a funcionar la economía de aquel pequeño país en extensión, 27.000 kms. Cuadrados de superficie, circunstancia que significa que el gasto para su reconstrucción hoy día no debería sobre pasar los 30.000 millones de dólares, cantidad ésta que se irían invirtiendo en el transcurso de varios años, es de suponer que  10 años sean suficiente para que estén listas las infraestructuras destruidas por el terremoto de comienzo de 2.010 y sacar a sus habitantes del atraso y pobreza.

Los países deben seguir aquel adagio chino: No des al hombre un pescado, enséñalo a pescar. A Haití hay que salvarla enseñándola a pescar y no darle un pescado cada vez que sufre alguna tragedia, además de la tragedia habitual en la cual viven sus pobladores.  Cuando un pueblo sufre de hambre, le ocurre una catástrofe natural enorme que destruye las grandes, medianas y humildes edificaciones y además, sin tiempo haberse recuperado de la destrucción de las casas de habitación de miles y miles de haitianos les cae una epidemia de Cólera. No, el auxilio que necesita los haitianos es enorme y por ello hay que darle la mano franca y no el enviarle de vez en cuando unos pocos alimentos, medicinas y otras ayudas mientras pasa la emergencia, porque después de pasar esas emergencias seguirán quedando pobres y cundirá la miseria. No, Haití tiene que convertirse en un país prospero y esto tiene que ver con nosotros y los países que constituyen el ALBA, porque  ya hemos visto que los demás países llamados poderosos se hacen de la vista gorda cada vez que se menciona a Haití,  y ésto es llanamente la pura verdad; las Naciones Unidas, la Organización de Estado Americanos, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, miran para otro lado cuando se toca el tema Haití, ya que da la impresión de cuanto dicen los delegados de tantos países en estos organismos mundiales sobre la situación de Haití, internamente muchos se solazan y aprueban algunas dadivas para que así pase algún  tiempo más y luego desentenderse del asunto; ya que en el fondo lo que quieren es que los haitianos desaparezcan de la faz de la tierra, cosa que sus hermanos latinoamericanos no deben permitir. Y pienso que para hacer esta labor en buena hora apareció el ALBA, una organización sobre todo de carácter sensible que no ve solo el aspecto económico y estar siempre pendiente de cuanto podrá sacársele de beneficio en el futuro a quien se ayuda a no morirse de hambre, sino que la política del ALBA en su gran porcentaje es humanista antes que comercial.  ¡Ya el mundo se acordará de cómo el ALBA en unos pocos años pone al país haitiano a producir una cantidad de productos fabriles, agrícolas y de servicios debido a la alta inversión que harán allí los países firmantes del ALBA. Esperemos un tatito para que vean como Lázaro se levantará de la tumba  y su economía se elevará hasta hacer bajar drásticamente ese 80% de pobreza que allí existe.  

Los venezolanos tenemos que recordar que cuando Simón Bolívar tuvo problemas para continuar su campaña por la independencia de Venezuela, en enero de 1.816 acude por ayuda al Presidente de Haití, ALEJANDRO PETIÓN, y éste le  proporciona al Libertador 6.000 fusiles, bayonetas, hombres, víveres, dinero,  imprenta y dos goletas,  unos meses después, en el mes de diciembre del mismo año, Petión vuelve a auxiliarlo con similar equipamiento; y en ambas ocasiones Petión solo le pide al Libertador  que aboliera la esclavitud por donde pasara. Estas dos acciones de Petión a favor de la independencia de Venezuela nunca tendrán un justo pago, por lo que es cuestión de honor que Venezuela hoy plantee en el ALBA un acuerdo en el cual cada uno de los países bolivarianos que lo integran hagan su esfuerzo para aportar con el estudio de sus técnicos y expertos la manera de sacar a Haití a flote y no permitir que sus habitantes mueran de inanición; tal como esperan muchas naciones poderosas para luego invadirla y así hacerla su colonia. Por intermedio del ALBA allí se podrá instalar industrias manufactureras, empresas comerciales, agrícolas, de servicios etc., las cuales crearían una muy buena y fuerte fuente de empleo, y las remuneraciones de los haitianos por su laboracidad irían siendo mayores; y así ellos llegarían a sentirse felices. Con Haití lo que ha faltado es un poquito de susceptibilidad humana, pero menos mal que ahora llegó el ALBA, institución integradas por hombres de valía, muy diferentes a los capitalistas que solo piensan en las ganancias monetarias, y al no ser así les importa la gente muera de mengua.  Ya veremos a Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, Argentina y otros países más llevando adelante este proyecto, que en su debido momento lo proclamarán al mundo y entonces gritarán ¡Viva Haití!

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José M. Ameliach N.


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